martes, 29 de noviembre de 2011

PERSONAJE: Lobo

* Ojo, esta ficha contiene spoilers de la historia, no leer si no habéis finalizado la primera temporada *

“Lo único eterno en esta vida es la soledad”

Rasgos Generales:

Edad: Desconocida
Nombre verdadero: Arathor Laremion
Raza: Vampiro, aunque no era humano al ser transformado.
Origen: Édora
Signo: Tauro
Color: Negro
Música: Clásica
Comida favorita: Sangre Fresca
Trabajo: Líder de las Sombras
Aparece por primera vez en…Palabras de un Condenado (Capítulo VII)
Familia: Es el fundador de la familia Laremion.

Rasgos físicos:

Altura: 1,88 m.
Peso: 85 Kg.
Ojos: Gris Oscuro
Cabello: Negro
Detalles: Palidez mortecina. Extrañas marcas por todo su cuerpo.

Rasgos de personalidad:

Adicto al trabajo: Lobo se centra en su trabajo para olvidar todo su pasado y seguir adelante, y con el paso de los años ha aprendido a aceptar su deber y disfrutar de éste, sobre todo cuando tiene que cargarse a algún vampiro corrupto.

Atlético: Lleva tantos siglos combatiendo y entrenándose que es casi imposible vencerle en combate.

Desafortunado: Desde que Ahasa le maldijo por culpa de su traición la vida de Arathor (Lobo) dio un giro. Perdió todo lo que quería y por lo que había luchado, hasta que finalmente terminó convertido en lo que más odiaba: un vampiro.

Solitario: Con los años Arathor aprendió que por mucho que luchase estaba condenado a estar solo, y es así como ha aceptado vivir. De hecho disfruta mucho más así que en compañía de los demás, aunque hay presencias, como la de Thaerion, que tolera.

Valiente: Arathor dedicó su juventud al servicio de los dioses de su mundo de origen (Édora), y hasta ellos supieron reconocer su valor, otorgándole el don de la inmortalidad a él y a todos aquellos que llevasen su sangre en las venas. Fue un héroe reconocido entre los suyos como el primer Elegido, aunque para las personas del mundo en el que reside actualmente sea un desconocido.

Cualidad especial: Comparte todas las virtudes de los vampiros, y gran parte de sus defectos. Es el único vampiro que lleva la sangre de Ahasa en sus venas, lo que le hace ser mucho más poderoso que el resto. Pero sus poderes van incluso más allá, ya que fue el primer humano bendecido por los dioses de Édora.

Le gusta: Disfrutar de los momentos a solas, escuchar música clásica o leer un buen libro. Y aunque no lo parezca le gusta pasar tiempo junto a Thaerion, en el cual se ve reflejado.

Odia: A la persona que le convirtió en lo que es y le maldijo, y se odia a sí mismo por haber dejado que lo hiciese y por los errores del pasado. Odia a los vampiros, aunque él sea ahora uno de ellos.

Defectos: Demasiados secretos inconfesables. Y un instinto sobreprotector hacía Thaerion, su descendiente, el cual quiere proteger para que no cometa sus mismos errores, aunque para ello tenga que perjudicarlo a él o a las personas que le rodean.

Virtudes: Ama a su familia, y haría lo que fuese por ellos.

BIOGRAFÍA:

Pasado:

Poco se sabe del pasado de este personaje, salvo que su nombre real es Arathor y fue el fundador de la familia Laremion.

Presente:


Desde hace muchos años ha trabajado como líder de las Sombras, siendo el maestro de Thaerion desde su regreso durante los últimos dos años. Pero el miedo a que éste cometiese sus mismos errores uniéndose a Alidaen (su vínculo), hizo que intentase apartarla de ella tendiéndole una trampa en la que Thaerion acabó siendo detenido. Aunque realmente lo hiciese para intentar proteger a ambos y atraer a los que buscaban a Alidaen hasta otra persona.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Y llegó el final...

...de la temporada!

Ya he posteado el epílogo y doy por finalizada la primera temporada de la serie "Hijos de Édora". Espero que os haya gustado y que leáis la siguiente ^^

Si no entendéis bien esta última parte narrada por Lobo os recomiendo que echéis un vistazo al relato "Marcado y Maldito", así entenderéis mejor de que maldición habla, y quiénes son esos personajes.

¡Besos!

EPÍLOGO: El Maldito

❧❃❧ Epílogo ❧❃❧

♫ The Last Dance - Within Temptation ♫

Lo siento…Thaerion
He hecho todo cuanto he podido por ayudarte, pero no sé cuánto tiempo podré seguir luchando contra tu destino.

Me recuerdas tanto a mí cuando tenía tu edad, tu fuerza…cuando estaba vivo y sólo deseaba estar con ella…
-          ¿Sabes a lo que hemos venido, verdad?

-          Sí.

-          Marcus Larssen, quedas relegado de tu puesto como líder de las Sombras.

¿Debería dejar que cometas mis mismos errores? ¿Qué aprendas tú sólo que lo único eterno en esta vida es la soledad?

-          Detenedle. Ella quiere verle.
-          ¿Vas a ser un buen chico o prefieres ir armando guerra?
-          Tu qué crees, ¿Serpiente?

Yo también intenté protegerla, salvarla de aquel destino…Pero no sirvió de nada.
Ella me la arrebató…
-          ¿Me has echado de menos?
Y seguirá haciéndolo hasta cumplir su promesa.

-          No te preocupes mi amor, pronto estaré contigo.

-          No si yo puedo impedirlo…Ahasa.
-          ¿Es que no te das cuenta de que hago esto por nosotros? Pronto estaremos juntos… para siempre.

-          Tú nunca has hecho nada por nadie, sólo piensas en ti misma y en tu venganza.

- Jajajaja.
-          Tienes suerte de que siga amándote a pesar de tu traición….Arathor.

Hacía tanto que no escuchaba ese nombre que ya casi lo había olvidado.

-          Pero te empeñas en seguir un camino sin salida, tú mejor que nadie sabes que no se puede luchar contra el verdadero amor.

-          ¿Amor? ¿Acaso sabes lo que es eso?
-          Lo sé perfectamente. He hecho grandes sacrificios en su nombre…empezando por el de tu querida Ylaina… ¿recuerdas?

-          No te atrevas a nombrarla.
Soy aquel que te ha convertido en lo que eres…Thaerion.

Un ser condenado con la sangre del Maldito, mi sangre…Y ahora tú debes pagar por mis errores.

Como ella lo hizo.

-          ¡Soy tu Sire! soy yo quién da las órdenes aquí.
-          No dejaré que sigas interponiéndote en mi camino. Hasta ahora he sido muy benevolente, pero es hora de que aprendas a obedecerme.
-          Nunca seguiré tus órdenes, zorra. Así que acaba conmigo de una vez.

Llevo una eternidad luchando y estoy cansado. Pero sé que nunca me dará el descanso que anhelo desde el día que la perdí.

-          Sigue soñando con tu estúpida liberación...pero eres y siempre serás mío…
Su esclavo, eternamente.
Que los dioses me perdonen…

(Comentario sobre este capítulo)

viernes, 25 de noviembre de 2011

Capítulo XIII finalizado ^^

¡Buenas noches!

Aquí os dejo el final del capítulo XIII, y ya nos acercamos al fin de la temporada...

Esta parte del capítulo es más floja que las demás, la tormenta ha pasado y ahora se acerca la calma ¿cuánto durará? ¿y qué pasará con los protagonistas? Este capítulo finaliza lleno de incógnitas nuevas que darán lugar a la introducción de la segunda temporada, de la cual ya llevo escritos unos cuántos capítulos de momento. Espero que os guste ^^

Y en cuanto pueda doy por finalizada la temporada posteando el epílogo, a ver si acabo las poses que necesito y hago las imágenes necesarias.

¡Un saludo y muchas gracias por leer!

CAPÍTULO XIII.III

❧❃❧ XIII. LA SEÑAL ❧❃❧

❃ (TERCERA PARTE) 

(Sala de interrogatorios)
Acababan de darme una paliza, y de las buenas los muy cabrones…pero es lo que tiene hacer locuras como esa para intentar proteger a alguien.

No me preguntéis porqué le hice escapar ya que sigo sin tenerlo demasiado claro, aun hay piezas que no encajan del todo…pero sé que hice lo correcto. Llamarlo intuición.

Sólo espero que ahora esté a salvo.
- La has cagado bien cagada, Halcón.

Fragman era uno de los compinches de las Sombras, llevaba años infiltrado en la poli y actuaba como soplón para ayudarnos a “cubrir” los casos en los que los vampiros estuviesen implicados. En este caso no había vampiros, pero aun así las Sombras habían sido avisadas con tiempo para que nosotros encontrásemos a la víctima antes que ellos.

El motivo de todo aquello no lo conocía aun, pero en ese momento apenas quería pensar en ello.
Lo único que me importaba es que ella estaba viva, y que una mujer inocente había muerto en lo que había sido una clara ejecución.

Me sentía fatal después del alivio que supuso para mí descubrir que era Beth, y no ella la víctima, pero no podía evitarlo…esos minutos en los que creí haberla perdido para siempre se convirtieron en la peor tortura a la que pude ser sometido nunca. Y tenerla entre mis brazos después de lo ocurrido y sentir sus latidos fue como volver a nacer.

Era como si mi vida dependiese ahora de su  propio aliento.

- Acabas de inmiscuirte en una investigación, convertirte en el primer sospechoso de un asesinato... ayudar a una posible testigo a escapar, cargarte el lugar del crimen y darle una paliza a mis hombres en ¿Cuánto? ¿Cinco minutos?
- Soy así de precoz, que le vamos a hacer – contesté sin mucho entusiasmo.

Fragman resopló masajeándose las sienes.

- Puñeteros novatos - murmuró - Vas a pasar un tiempo aquí encerrado, lo sabes ¿verdad?
- Supongo… ¿Tenéis tele, no?

(Compañía Shelüne)

Me desperté por segunda vez en un cuarto que no conocía de nada, y con un dolor de cabeza que debía al fuerte golpe que seguramente me hizo caer inconsciente.

Pero en esa ocasión no estaba sola.
Janne estaba sentado en un taburete de madera enfrente de la cama. Le miré sorprendida y automáticamente busqué un objeto que poder tirarle para defenderme de una posible agresión sexual.

Tampoco es que pareciese muy predispuesto, pero nunca estaba de más ser prevenida, sobre todo cuando acababas de vivir una experiencia como aquella.

- Lo siento…a veces no controlo mi fuerza – dijo con un tono de voz que sonaba algo avergonzado.

-Vuelve a tocarme o intenta algo raro y te corto las manos – dije empuñando la funda de unas gafas de leer en una mano y un tocho de “Los Pilares de la Tierra” en la otra.

Miró mis “armas” con una ceja arqueada y después se levantó, estirando las piernas y los brazos perezosamente.
- No te preocupes, no eres mi tipo – dijo amortiguando un bostezo con su manaza.

Y se quedaba tan pancho el tío…

Ahí estaba yo después de ver a mi compañera tirada en el suelo con media cabeza reventada, ver como detienen a su ligue en el lugar del crimen, huir de la policía, descubrir que mi piso había sido destrozado y ser secuestrada por un mastodonte…y el muy bestia va y me contesta eso.

Que no me preocupe…

- Pasas mucho tiempo solo, ¿verdad?
 También podría haberle preguntado que de qué cueva había salido, pero no quería llevarme otro golpe en la cabeza.

Él parpadeó dos veces, pero no contestó a mi pregunta. Tampoco es que hiciese falta…

- ¿Porqué me has secuestrado? Si esperas un rescate la llevas clara…nadie va a pagar un centavo por mí.

- No te he secuestrado. Intentaba protegerte – aclaró.

¿Otra vez?

- ¿Protegerme? ¿De qué? – pregunté confusa.

- De las personas que entraron en tu piso.

Le miré preocupada.

- P-pero… ¿que estaban buscando? No tengo nada de valor…

- A ti.
El tono de voz de Janne era siempre bastante neutro, parecía acortar todo lo posible las respuestas para no hablar demasiado y nunca elevaba el sonido de cada palabra por encima de otra. Se notaba que dar explicaciones no entraba en su lista de cosas favoritas que hacer, pero después de su falta de tacto y sutileza supongo que merecía al menos saber qué estaba pasando.

- No lo entiendo…pero yo no he hecho nada.

¿Tendría aquello algo que ver con Hamming?

- No es por lo que hayas hecho.

- ¿Entonces?

 - Es por lo que eres. Por quién eres – contestó dejando más enigmas en mi ya de por sí saturado cerebro.

Me miró fijamente, y temí que pudiese ver más allá de la máscara que había creado con mi nueva identidad.

- Y tú…sabes quién soy – murmuré con inseguridad.
Él se limitó a asentir tranquilamente.

- ¿Y por qué me ayudas?

- Porque es mi deber.

- ¿Tu deber?

- Debo protegerte- contestó con seguridad.

- ¿De qué?

- No puedo decírtelo aún. Pero debes quedarte en la Compañía durante un tiempo, aquí no van a buscarte.

Cada vez entendía menos, pero sabía que por mucho que lo intentase no podría sacarle más información. Y tampoco es que mi cabeza estuviese muy preparada en ese momento para recibirla.
Me sentía agotada, y a punto de caer en una nueva etapa de autocompasión depresiva.

Beth había muerto, y no es que me cayese demasiado bien pero ninguna persona merecía acabar de esa forma. Era mi compañera, y tenía toda la vida por delante. Y yo me había comportado como una niña celosa e imbécil que deseaba con todas sus fuerzas que se quitase de mi camino. Las últimas palabras dirigidas a ella habían sido déspotas y crueles, y todo por culpa de lo que sentía por ese músico…

¿Qué habría sido de él? ¿Y porque supuso para él un alivio que yo estuviese viva? ¿Acaso pensaba que era yo la que había…?

-          Tan sólo ha empezado.

-          ¿Cómo?

Casi me había olvidado de la presencia de Janne.

-          Debes estar preparada para lo que viene, Alidaen – pronunció mi nombre con cautela, sin dejar de mirarme a los ojos. El tono de su iris era tan oscuro que casi se camuflaba con su pupila – Pronto tendrás que elegir, y de la decisión que tomes no sólo dependerá tu destino, sino el del mundo en el que vives.
Era incapaz de hablar, aquella frase parecía sacada de una peli de misterio pero ni se me pasó por la cabeza interrumpirle o tomarme a broma sus palabras. Parecía muy concentrado, como si su mente y su cuerpo se encontrasen en planos distintos.

-          N-no lo entiendo…

-          Los Condenados se alzarán con su llegada, y en ti está la clave para detenerlos o…dejar que surjan de entre las Sombras.

Volví a dejarme caer en la cama, tratando de encontrar algún sentido a sus palabras. Enseguida pareció volver en sí, como si acabase de despertar de un sueño. Por un segundo me recordó a la reacción de aquella extraña anciana a la que pedí indicaciones meses atrás.

-          ¿Q-quién eres realmente…? – pregunté atemorizada.

Janne apartó la mirada antes de seguir hablando, en un gesto cargado de humildad.
-          Yo…sólo soy un Guía, y debo cuidar de ti para que encuentres tu camino.

(Cárcel de Bridgeport)
No sabía cuánto tiempo llevaba ahí encerrado, las horas se hacían eternas mientras daba vueltas una y otra vez a todo lo ocurrido, tratando de buscar respuestas a todas las incógnitas que a lo largo de esas últimas semanas habían ido acumulándose dentro de mi cabeza.

Finalmente, y cuando casi había llegado a una conclusión, Lobo apareció en la puerta de mi celda, como si hubiese esperado todo este tiempo a que yo mismo encontrase las respuestas que necesitaba.
-          Esperaba que todos estos años de entrenamiento te hubiesen servido de algo. Pero ya veo que no – dijo golpeando con severidad en mi orgullo herido.

-          Tú sabías que todo esto pasaría…- dije al ver su figura inmóvil frente a los barrotes de mi celda.

-          Si – contestó con sinceridad.

-          Me tendiste una trampa – continué con calma.

-          Todos los actos tienen sus consecuencias, debes aprender a meditarlos antes de tomar una decisión. Decidiste actuar sin pensar y ahora sufres las secuelas de tu error.  

Tenía toda la razón, pero que yo hubiese sido o no demasiado impulsivo no habría cambiado lo que pasó.

-          ¡No me vengas con discursos! ¡Ha muerto una mujer inocente!

-          A veces es necesario hacer sacrificios, lo sabes muy bien.
        
Sacrificios. Ahora entendía todo aquello. Las Sombras habían usado a Beth como conejillo de indias. Querían que la confundiese con ella y yo había caído como un imbécil en aquel juego.
-          ¿Es esta la forma que tienen las Sombras de actuar realmente? ¿Haciendo sacrificios humanos?

-          ¿Preferirías que hubiese sido ella? – me inquirió clavándome la mirada.

No quería ni pensar en ello.

-          Puedes odiarme si quieres por lo que he hecho – continuó hablando -  pero nunca he deseado ningún mal para ti, ni para ella…

-          ¿Por eso intentas alejarme de su lado?

-          No lo entiendes…si no lo haces acabarás destrozando su vida y la de todas las personas que puedan importarte. Sé lo que sientes ahora, créeme… lo sé perfectamente - hizo una pausa antes de continuar hablando, parecía realmente afectado por todo aquello - Pero alejarte de esa mujer es lo mejor para ambos.

-          Así que ahora eres un santo y yo debo agradecerte todo lo que has hecho - contesté con ironía.

-          No hace falta que lo hagas, pero sólo intento ayudarte.

¿Cómo se atrevía a confundirme de ese modo? ¿Por qué decía que me ayudaba cuando lo único que yo necesitaba era estar junto a esa mujer? Puede que fuese un gilipollas egoísta y no me diese cuenta de nada, pero era incapaz de pensar en otra cosa. Por primera y única vez sólo pedía una cosa….y me la estaban arrebatando.
-          Escúchame Thae…- rápidamente se corrigió al estar a punto de pronunciar otro nombre, pero yo estaba tan cabreado que apenas le di importancia – Halcón. Te juro que haré todo lo posible por protegeros, a ambos.

-          ¿Haciendo que las personas que van a por ella la confundan con cualquier otra mujer con peluca rubia? – pregunté con sarcasmo - ¿O dejándome aquí tirado para que no pueda cuidar de ella yo mismo?

-          Debes permanecer aquí, de momento.

Odiaba que me mantuviese al margen de ese asunto, y yo desde luego no pensaba quedarme de brazos cruzados mientras ella corría peligro.

Tenía que encontrar un modo de salir de allí…
Me dejé caer sobre el catre, golpeándome sin querer la cabeza contra la pared de la celda mientras él se alejaba de mí para dirigirse a la salida.

-          Espera…- le pedí volviendo la vista hacia él.

Lobo se dio la vuelta para enfrentarse a mi última pregunta.

-          Dime al menos quién la está buscando.

Había una profunda tristeza en su mirada, en la que yo no había reparado hasta ese momento.
-          Tu familia…- dijo tras una larga pausa – tu padre ha sido quien los ha enviado.



miércoles, 23 de noviembre de 2011

Nuevo capítulo de mi relato ^^

Buenas noches ^^

Aquí os dejo el cuarto capítulo del relato "Golpes del Destino". Esta parte es la más "romanticona" del relato (para mi gusto), pero a partir de los capítulos que faltan las cosas cambiarán un poquito para los dos. Como en todas mis historias siempre me ha gustado mezclar romance con el drama (y un poco de humor a veces), y las siguientes dos partes veréis que tienen más de lo segundo ya que tratan de los momentos más difíciles de la vida de los protagonistas durante su adolescencia. Espero que no os aburran mucho y os estén gustando ^^U

Y bueno, para este capítulo he tardado un poco más en hacer las imágenes porque he tenido que crear unas cuantas poses nuevas. Aquí os dejo la imagen de la pose que más me ha gustado cómo ha quedado:
(La pongo pequeñita, lo siento pero no sé crear SPOLER aquí >_<)
Para esta pose me he basado en una imagen que encontré hace años buscando alguna que se asemejase a los protagonistas de mi libro y de la que me enamoré a primera vista porque era exáctamente cómo tenía en mente. Os enseño las dos para que comparéis.
 (Imagen de Vyrl. Una de mis dibujantes favoritas ^^)

Algún día la subiré en otro pack que ando preparando, esta vez de temática romántica, que será seguramente bastante grande, con unas veinte poses aproximadamente. Lo que pasa es que al ser todas de parejas tardo muchísimo más en dejarlo listo, pues tengo que hacer muuuchas modificaciones hasta que quedan más o menos decentes. 

Por último decir que en el relato como veréis hay una parte marcada con asteriscos, es así porque la extraje directamente de mi libro, que espero sacar algún día de éstos >_< y al que llamaré seguramente igual que la serie, más que nada porque esta ultima está basada en la novela ^^U

Y por hoy nada más, espero que os guste el relatillo y sigáis leyendo!

¡¡¡Besazos!!!

PD: Por si os lo habéis preguntado...si, Thaerion tiene alas en la novela xD (¿porque será?)

martes, 22 de noviembre de 2011

RELATO: Golpes del Destino IV

(CUARTA PARTE)

Había intentado ser una chica obediente y no desoír las advertencias de su abuela. Realmente quería poder cumplir la promesa que le hizo al señor Laremion de no volver a acercarse a su casa…pero no pasó ni una semana cuando se dio cuenta de que tenía que volver allí, que no podía estar más tiempo sin verle.

Sólo serían unos minutos, y nadie se daría cuenta…

  
- Abuela, ¡voy al bosque a recoger setas! – gritó ya en la puerta, sin darle tiempo a preguntar más.

Su abuela se encontraba en cama, hacía un par de días que le habían dado el alta y aún estaba algo débil para salir de casa.

- Hija no tardes, ¡y ten cuidado ahí fuera!

- ¡No te preocupes! ¡Siempre lo tengo!

Era la primera vez que mentía a su abuela, al menos de una forma tan descarada, y nada menos que para ir a ver a un chico a su casa y ya de paso tratar de esquivar por el camino a esos supuestos lobos.

- ¿Lobos en Riverview? Seguro que sólo son historias para asustarme… - dijo tratando de tranquilizarse a sí misma.


Pero al parecer Kheran no mentía, pues tras abandonar la seguridad del bosque para internarse en el sendero que conducía a la casa de los Laremion no tardó en escuchar el inconfundible aullido de un lobo, al que siguieron dos más. Y parecían cada vez más cerca.
  
- Oh, oh…

El problema de ser perseguido en prado abierto es que hay pocos sitios donde esconderse, y pocos árboles que trepar para intentar escapar. La ventaja…es que podía verlos acercarse desde bastante distancia y bueno…poco más.

Corrió en dirección al bosque sin pararse a mirar atrás, guiada solamente por su instinto de supervivencia, olvidándose al instante de la estúpida idea de arriesgar su vida para ir a casa de los Laremion.

- Si salgo de esta no volveré a desobedecer a Fionah, ¡ni miraré a más chicos! – gritaba mientras trataba de ponerse a salvo en el bosque.

Pero a pesar de estar acostumbrada a correr largas distancias y moverse por ese tipo de terrenos, no tenía demasiado aguante, y los lobos parecían demasiado hambrientos para dejarla escapar.

Estaban muy cerca de darle caza cuando escuchó el grito de alguien azuzando a su caballo, y el sonido de los cascos de éste al chocar contra la hierba.

Estuvo a punto de mirar quién era, pero el gruñido de un lobo demasiado cerca le hizo cambiar de opinión al instante.

- ¡Vamos Dark! – gritaba a su caballo – ¡más rápido!

- ¡No voy a aguantar, estoy muy cansada! ¡Si muero dile a mi abuela que eran setas asesinas!

- ¡Cállate y escóndete en el bosque!

Sería borde…

- ¡¿Y qué crees que estoy intentando hacer, listillo?!

Él no contestó, estaba muy cerca de los lobos para llamar su atención y tratar de deshacerse de uno de ellos con el caballo.
El animal actuó con certeza, propinando una buena coz a uno de los animales, que quedó malherido en el suelo por el fuerte golpe.

Sólo quedaban dos, y Alidaen estaba suficientemente cerca de un árbol para intentar trepar por él. Apenas tenía fuerzas para saltar, pero en esos momentos la adrenalina sirvió de refuerzo para tomar impulso en el suelo y engancharse a una de las ramas del roble que tenía delante.

Uno de los lobos había dado la vuelta para enfrentarse al jinete y su caballo, mientras el otro trataba inútilmente de alcanzar a la muchacha, que no tardó en ponerse a salvo trepando rápidamente hasta una gruesa rama.

Desde el refugio de aquel árbol vio entonces a su salvador, dándose cuenta enseguida de que el muchacho que intentaba salvarla era el mismo que ella había ido a buscar.

- Thaerion…

Fue como un cuento, o eso pensó días más tarde, ya que en ese momento todo fue tan rápido y estaba tan asustada que no disfrutó demasiado con la escenita. Y mucho menos cuando vio al chico caerse del caballo cuando éste hizo una brusca maniobra para intentar esquivar una de las dentelladas de aquel lobo.
- ¡No! – gritó incorporándose de la rama para intentar saltar.

- ¡No te muevas de ahí! – le ordenó el chico mientras sacaba una daga de su cinto.

El lobo gris, que hasta ese momento se había centrado en ella, no tardó en perder su interés e ir junto a su compañero para enfrentarse a una víctima más expuesta.

- ¡Pero te van a matar!

No le hizo el menor caso, y mientras el muchacho se enfrentaba a los animales con su cuchillo, amenazándoles mientras los lobos le rodeaban y olfateaban mostrando sus fauces, ella aprovechó para buscar algo con lo que poder ayudarle.

Encontró una piedra bastante grande y probó puntería con el más cercano, errando su primer tiro y rozándole sólo en una pata. El lobo la esquivó con facilidad, pero Thaerion aprovechó ese momento para clavarle la daga en el costado.

El lobo lanzó un aullido ahogado y murió enseguida al ser alcanzado en una zona vital. Pero el siguiente aprovechó el descuido del muchacho para lanzarse a por él.

Fue directo al cuello del joven, pero este actuó con rapidez poniendo el brazo por delante para defenderse de las dentelladas del animal.
Thaerion soltó un gruñido de dolor cuando el lobo clavo los dientes en su brazo, desgarrando por suerte sólo una parte superficial de su piel.

Alidaen, desesperada ante la idea de verlo morir, buscó otra piedra, pero sólo había pequeños guijarros en el suelo, ninguna lo suficientemente grande como para poder quitárselo de encima.

El muchacho mientras luchaba contra el animal, que se había colocado sobre él y trataba por todos los medios de volver a clavar las fauces en su carne.

El forcejeo apenas duró unos segundos, pero a la joven se le hicieron eternos. Y a ver que Thaerion no aguantaría mucho más, llenó sus manos de guijarros y se acercó lo suficiente para poder coser al lobo a pedradas.

Thaerion no tenía demasiada fuerza, pero aún así era lo suficientemente ágil para esquivar sus destelladas y después de varias estocadas al aire, logró degollar al animal con su cuchillo.

Agotado, intentó levantarse para comprobar que ella estuviese bien.

Sólo una piedra de la decena lanzada por la muchacha dio en el clavo. Pero por desgracia no lo hizo en el objetivo correcto…y a él no le dio tiempo a verla demasiado antes de caer inconsciente en el suelo después de ser alcanzado en la cabeza.

 (Más tarde…en el claro)



  (*)“Sus manos acariciaban con suavidad el perfil de su rostro, era frío al tacto y su palidez tan extrema que daba la sensación de estar observando a la propia muerte.

Pero era hermoso. Y no podía dejar de mirarlo.

Temblando, se movía insegura por aquellas facciones juveniles tratando de guardar cada rasgo en su memoria. Pequeñas descargas que empezaban en las yemas de sus dedos recorrían lentamente todo su cuerpo mientras escuchaba el bombear de su pecho, latiendo acelerado a causa de los nervios.

Las finas hebras de su cabello negro se entrelazaban entre sus dedos, mechones de ébano suaves como la seda que caían graciosamente sobre su pálido rostro contrastando a la perfección entre el blanco y el negro.

Mientras, él reposaba con la cabeza sobre su regazo completamente ajeno al concienzudo examen al que estaba siendo sometido.”(*)

Thaerion abrió los ojos lentamente, tratando de asimilar la bella visión que tenía delante. Había visto tantas veces aquella imagen que creía seguir soñando.
- No me dejes despertar esta vez – murmuró.

Alidaen sonrió, sonrojándose al instante al ver que acababa de despertar y que se había quedado mirándolo como una boba.

- Sólo dime tu nombre.

- Alidaen – contestó tímidamente - y acabo de darte una buena pedrada en la cabeza, creo que estás delirando.

Thaerion parpadeó incrédulo, era la primera vez que ella le contestaba, y desde luego aquella no entraba en su lista de respuestas esperadas.

Aunque por fin sabía su nombre.

Tardó poco en reaccionar y darse cuenta de que tenía la cabeza en su regazo y de que el dolor de sus heridas era tan real como ella.

Avergonzado, se incorporó tanta brusquedad que chocó contra a cabeza de la muchacha.
- Au…vale…ya estamos en paz… - contestó llevándose la mano a la cabeza.

- ¡P-perdón! – se disculpó haciendo lo mismo.

Ella se echó a reír, al ver la carita que se le había quedado.

No, desde luego aquello no entraba en su lista de posibles encuentros con el amor de toda su vida.

Ahora se sentía como un imbécil, y le daba tanto miedo seguir metiendo la pata que decidió marcharse de ahí cuanto antes. Se levantó tambaleante y miró a su alrededor, estaban en el claro del bosque y su caballo andaba cerca, refrescándose en el lago.

- ¡Espera! – Dijo dando un paso hacia él - no te levantes tan rápido o volverás a caerte.

- Y eso te haría mucha gracia…- murmuró por lo bajo.

- Sobre todo si te caes al agua – contestó con una risita.

Él se quedó quieto, mirándola mientras ella caminaba hasta él con esa preciosa sonrisa que después de todos esos años, dedicaba por primera vez sólo a él.

- Me has salvado – dijo estrechando su mano.

No era la primera vez que sentía aquella descarga, pero fue más fuerte que la anterior, cuando era sólo un niño. Tanto que instintivamente apartó la mano de la de la muchacha.

- No ha sido nada.

- ¿Casi te comen unos lobos y dices que no ha sido nada?

- Estoy vivo, ¿no?

Alidaen ladeó la cabeza con curiosidad y Thaerion temió que le hubiese reconocido. Al cabo de unos segundos, volvió a hablar.
- Eres un chico muy raro…

Él se sonrojó al ver cómo le miraba.

-Y tú tienes una puntería pésima…- contestó apartando la mirada tímidamente.

Ella se echó a reír de nuevo.

- Anda ven…deja que cure esas heridas – dijo volviendo a coger su mano para llevarlo a la orilla del lago.

- No es necesario…estoy bien – murmuró dejándose llevar.

- Es lo mínimo que puedo hacer, me has salvado y te debo una.

Thaerion se quedó quieto, observando como la muchacha comenzaba a rasgar la tela de su camisa para hacer jirones con ella. Estuvo a punto de decirle que parase, pero sin darse cuenta se había quedado atontado fijándose en los muslos de la joven, a la vista perfectamente desde su posición.
“Tiene tres años menos que tú, imbécil”, se regañó a sí mismo “Estás enfermo”

Alidaen terminó de limpiar la herida de su brazo y vendarla cuando se dio cuenta de que el pobre chico estaba sudando como un pollo.

- ¿Estás bien? – Preguntó llevando una mano a su frente – estás ardiendo…

Él sacudió la cabeza, tratando de centrarse y no parecer nervioso.

- S-sí…

Con sumo cuidado Alidaen acercó un trozo de tela húmeda y limpia hasta la herida de su frente, apartando con delicadeza su cabello negro para ver mejor sus rasgos.

Esta vez fue ella la que se quedó sin palabras, completamente prendada de aquellos ojos grises que la observaban como si la conociese de toda la vida.

- C-creo que ya estás…- dijo tras retirar la sangre y ver que era sólo un rasguño.

- Gracias – susurró sin dejar de mirarla.
- De…nada – contestó obligándose a sí misma a apartar la mano de su rostro.

Si por ella hubiese sido se habría quedado así toda el día, pero estaba oscureciendo y recordó que su abuela le estaba esperando y seguramente estaría preocupada.

- Ahora…tengo que irme…- dijo con dificultad.

Thaerion asintió con la cabeza rápidamente, levantándose de un salto y caminando hacia su caballo. Era la primera vez que la tenía tan cerca y había sentido unas ganas terribles de besarla, por suerte ella lo paró a tiempo.

- ¡Nos vemos! – dijo dirigiéndose hacia el animal.

- P-pero espera – contestó Alidaen extrañada por su reacción, parecía desear alejarse de ella cuanto antes.

Pero no pensaba dejar que lo hiciese, al menos hasta saber algo.

- ¿Volveré a verte?

Thaerion se dio la vuelta, sorprendido por su pregunta.
- ¿Quieres volver a verme?

- ¡Claro! Quiero decir…si tú quieres…

- Entonces…mañana estaré aquí…- contestó con una tímida sonrisa.


Y todos los días de su vida…si ella quisiese.

(Fragmento de "Los Hijos de Édora: El Vínculo")