miércoles, 27 de mayo de 2015

¡Mi primer Liebster Award!



Nota: Antes de nada me quiero disculpar por publicar mi respuesta en mi idioma natal y no en inglés, me temo que mi traducción quedaría bastante pobre por mi escasa soltura con el idioma, y para eso mejor usar el traductor que es más rápido xD

¡Hola a tod@s!

Hace unos días fui nominada por Daijah para recibir este premio, y aunque estoy un poco perdida en el asunto y he tenido que informarme antes para enterarme de qué iba me ha hecho bastante ilusión. Daijah es la creadora del blog Cold Blooded, y aparte de éste tiene publicadas un montón de historias sims de distintas temáticas en sus otros blogs, como After Midnight o Twisted Tales. ¡Os invito a que paséis y les echéis un vistazo! (Están en inglés y merecen mucho la pena)

Y después de esta breve introducción propia, paso a hablar del premio en sí…

El Liebster Award es un premio que se entrega entre bloggers para promocionar los blogs que más nos gustan y apoyarlos.

Aceptar esta nominación significa aceptar también ciertas condiciones:

1 – Publicar el premio en tu blog.

2 – Agradecer el premio al blogger que te lo entregó y poner un enlace a su blog.

3 - Nominar de 5 a 11 bloggers que creamos que merezcan el premio y que tengan 3000 seguidores o menos.

4 – Responder las 11 preguntas posteadas por quien nos nomina, y hacer a nuestros nominados otras 11 preguntas.

Mis Nominaciones:

-          Reminiscencias del Futuro de Mary Terry “Arahel”
-          Moonlight and Sims de Marsar
-          My Dark Sin de Vampydark y Vam Darck
-          Kahtleen Nyman de Sandra Cabanes
-          Romance em 3D de Aline T.
-          Eclipse Sims de eclipse
-          Somewere over the rainbow de Mexe
-          Ru’s Corner de rucklia
-          Only Mine de Fyachii y itsmegeuliz
-          Speak no Evil de Brial-Immortelle

(Me encantaría poder nominar a algunos más, pero por desgracia la mayoría de los blogs que seguía antes fueron abandonados y hace tiempo que no actualizan o han desaparecido T_T)

Y aquí van las 11 preguntas que me han hecho:

01. ¿Cuándo empezaste a escribir?

Pues que yo recuerde…empecé muy pequeña, me dedicaba a escribir cuentos que luego ilustraba yo misma y después se los contaba a mi abuelo, no es que fuesen muy buenos pero yo le ponía ganas al menos jajaja. Siempre ha sido uno de mis hobbies favoritos, aunque hasta que no me atreví con Los Hijos de Édora nunca me lo tomé demasiado en serio, como mucho publicaba alguna de las historias o los relatos de mis personajes en los foros de los juegos de rol donde yo jugaba, pero siempre me dio algo de corte compartir mis escritos.

02. ¿Hay algún personaje o situación que esté basado en personas o eventos reales?

Creo que muchos de mis personajes tienen un poquito de mí misma y a su vez han podido adquirir rasgos de otras personas que he conocido, pero basados en alguien en concreto…alguno hay, por ejemplo, uno de los dioses de Édora (que no ha salido) y que está basado en mi hijo, o la señora Porter, que me inspiré en una de mis profesoras de un curso de costura que hice hace unos años y me caía muy bien. También hay muchos personajes de series, juegos y novelas que me han inspirado bastante, pero personas reales y famosas sobre todo me han podido inspirar físicamente, el más destacado podría ser Ville Valo de HIM, en el que me inspiré para sacar el lado musical de Thaerion y su mirada sexy ;)

Por otro lado, también hay algunas escenas de mi pasado que me han inspirado a la hora de escribir, pero por desgracia mi vida es mucho más aburrida que la de mis personajes :P

03. ¿Qué te inspira para escribir?

La música tranquila y a poder ser algo melancólica me ayuda mucho a escribir, y después de eso ver películas o series que me motiven, románticas principalmente. Aunque lo que más me inspira es el silencio, sobre todo cuando me voy a la cama e intento dormir, hay momentos que viene mi Musa a visitarme y no me deja en paz si no me levanto y escribo unas cuantas líneas hasta que mi cerebro dice “basta”.

04. ¿Cuál de tus personajes es tu favorito?

Sithan, o Janne. Le tengo un cariño muy especial aunque no sea el protagonista de mi historia, y creo que de los personajes que he creado es el que más me llena.

05. ¿Cuál es tu autor favorito?

Shakespeare. Vale, sí, es muy típico, y realmente me gustan unos cuantos. Pero fue quien inició mi pasión por el drama romántico y guarda un lugar muy especial entre mis favoritos.

06. ¿Qué tipo de libros lees?

Me gusta ir variando entre géneros para no centrarme sólo en un tema, pero si debo elegir mis favoritos serían los dramas románticos del estilo Cumbres Borrascosas, Otello, Tristán e Isolda, Orgullo y Prejuicio, etc. También me encanta la fantasía medieval y las aventuras, durante muchos años fui seguidora de la saga Dragonlance (creo que fue la que me introdujo en el mundillo) y más recientemente la saga Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin. Uno de los estilos que más me llaman también es la de las novelas con temática gótica, Anne Rice es una de mis escritoras favoritas y he leído muuuchos libros con chupasangres y criaturas sobrenaturales como protagonistas, no todas de carácter romántico. Actualmente estoy leyendo El diario secreto de Laszlo, Conde Drácula de Roderick Anscombe (que no me está gustando mucho, la verdad) y una novela histórica que habla del imperio comanche. Y de adolescente estaba obsesionada con la novela romántico-erótica, podía leerme una media de tres libros al mes siempre de lo mismo, mi profesora de lengua debía partirse de risa conmigo y mis comentarios de texto sobre mis lecturas xD

07. ¿Si pudieses usar la Máquina del Tiempo de los Sims, donde irías y por qué?

Bufff…hay muchos lugares en el pasado a los que me gustaría viajar (el futuro prefiero dejarlo para otro momento), pero si me diesen a elegir sólo uno…seguramente viajaría a una época en la que pudiese contemplar a alguna tribu nativa de Norteamérica antes de que pisásemos sus tierras. El por qué, me apasiona su cultura, y me encantaría poder aprender de primera mano quienes fueron y ver en realidad como eran.

08. Has encallado en una isla desierta con cuatro de los personajes de tu(s) historia(s). ¿Quiénes son y qué crees que pasaría?

Depende del público que me lea podría elegir unos u otros jijiji. Pero como tengo pareja y no quiero que se sienta ofendido y le coja manía a mis personajes masculinos…elegiré por ejemplo a Sithan, del que seguramente aprendería bastante y me ayudaría a sobrevivir y a sentirme segura en un ambiente hostil (no es para otra cosa ni mucho menos…Sithan es el más inofensivo de mis personajes en ese sentido, ya sabéis ;)). A Lande para que me anime cuando lo necesite con sus tonterías, su optimismo y buena suerte seguro que me vienen de maravilla. A Nadia para que si hace falta use sus poderes y me enseñe unos cuántos trucos de magia y a…Fiona, la abuela de Alidaen, que junto a Sithan me ayudaría a mantener la cabeza en su sitio y sería para todos como una madre.

09. Si pudieses ser un personaje de algún libro o película, ¿cuál serías y por qué?

Sería tantos que me costaría elegir, pero me encantaría estar en la piel de alguna mujer con coraje como Daenerys Targaryen, que lucha por los derechos de los más desfavorecidos y tiene dragones para chamuscarle el culo a los esclavistas, aunque claro, elegir estar en un mundo creado por George R.R. Martin dice mucho de mi escasa cordura. También me gustaría ser Alicia en el País de las Maravillas y conocer al Sombrerero Loco.

10. ¿Si pudieses casarte con el hombre o la mujer de tus sueños, a quién elegirías y por qué?

Prefiero vivir en pecado a volver a casarme, y aunque suene cursi…diría que ya estoy con el hombre de mis sueños ;)

11. Los Sims tienen una gran cantidad de invenciones y objetos extravagantes y divertidos que no se encuentran en la vida real. Si pudieras elegir una cosa (por ejemplo, el libro de hechizos, la máquina del tiempo, Bonehilda) ¿cuál sería y por qué? (Siéntete libre de elegir entre cualquiera de las increíbles creaciones de encargo, por ejemplo el Pose Player, controlador de Embarazo, ajustes de iluminación, etc.)

NRass MasterController de Twallan, sin duda jajaja ¿El motivo? ¡Puedo ser lo que quiera y aprender cualquier habilidad en un momento! Me subiría la habilidad escritura al máximo, elegiría el trabajo que más me guste y ya de paso me convertiría en vampiresa ^^

Preguntas a mis nominados:

1. ¿Qué es lo que te llevó a publicar tu primera historia/legado o a crear tu propio blog de los sims?
2. ¿Cuál es la música que prefieres escuchar para inspirarte?
3. ¿Odias a alguno de tus personajes o le tienes especial manía? ¿A cuál?
4.  ¿Cuáles son las escenas que más te gusta escribir o recrear en los Sims?
5. ¿Y las que más te cuestan?
6. ¿Qué juego de los Sims prefieres para ambientar con imágenes tu historia o legacy?
7. Si pudieses ser una criatura sobrenatural de las que aparecen en Los Sims (licántropos, sim-planta, muñeco imaginario…) ¿Cuál serías y por qué?
8. ¿Crees que alguno de tus personajes se adapta a tu visión del hombre o la mujer perfecto/a para ti?
9. ¿Qué tipo de finales te gustan más en las historias que sigues o películas que ves? ¿Los felices, los dramáticos o los agridulces?
10. ¿Algún consejo o truco que quieras compartir con aquellos que aún no se han animado a publicar su historia o su legacy o a crear su propio blog?
11. ¿Qué es lo que menos te gusta de los Sims?


viernes, 22 de mayo de 2015

Nueva actualización ^^

¡Buenos días!

Hoy vengo con más historia, aunque esta vez creo que se me ha quedado algo corto el capítulo. He decidido dividir este en tres partes para que no quedase muy largo y poder actualizar pronto con lo que ya tenía, y el resto dejarlo para otra entrada que espero no tardar mucho en subir si mi tiempo libre y el juego me lo permite.

Como veréis, este capítulo se divide a su vez en tres partes, cada una narrada desde el punto de vista de un personaje, el tercero ya veréis quien es ;) Esa parte en concreto puede que haya quedado un poco confusa, pero aún así creo que puede abrir la puerta a nuevas incógnitas relacionadas con uno de los personajes más misteriosos de la historia, y revelar a su manera algunos detalles sobre éste. Espero que os guste, yo personalmente os puedo asegurar que he disfrutado mucho sacando esas imágenes en concreto :3

Y bueno, por parte del legacy Murray os informo de que ya hay dos nuevos capítulos más en el foro y que podéis pasaros a leer si os gusta y os apetece, en breve subiré el siguiente y seguramente actualice con más asiduidad, ya que de momento tengo imágenes de sobra para montar más capítulos (al contrario que con mi historia >_<).

¡Y nada más! Espero que disfrutéis de la lectura y comentéis si os apetece ¡Un abrazo!

Capítulo XXXII: Capturada II

- Thaerion -

Música: Música Celta (este enlace dura cinco horas, recomiendo que lo quitéis al final de esta parte narrada por Thaerion)

Creía que moriría ahogado en aquel lago, pero lo que ocurrió en esas aguas fue tan confuso que ni yo mismo recuerdo muchas de sus partes con claridad.
 Recuerdo que sus manos me guiaban y tiraban de mí en todo momento, y que a mi alrededor no había sólo agua y oscuridad como habría esperado, sino que la luz parecía filtrarse por cada recoveco de tierra y piedra húmeda que recorríamos, cegándome y a la vez haciéndome sentir seguro y en paz.

Primero atravesamos lo que parecía un túnel interminable, y mientras buceábamos por él podía escuchar el sonido de risas femeninas acompañándonos en todo momento, risas agradables, traviesas y algo infantiles a veces.
De vez en cuando podía ver de pasada el bello rostro de alguna náyade que nadaba a mi lado, o la serena sonrisa de aquella que me guiaba. A veces…incluso me parecía ver a Alidaen entre ellas, feliz y juguetona con sus hermanas…pero sabía que aquello no era posible, pues me habían dicho que se encontraba en peligro y yo estaba allí para buscarla.

Llegó un punto en el que el largo túnel desapareció de nuestra vista para dar paso a un increíble y enorme mundo submarino plagado de vida, donde algunas náyades y otras criaturas acuáticas convivían sin que mi presencia les importunase.
  -          Sé bienvenido al corazón de Gaia, Vanar – volvía a escuchar su voz en mi cabeza. – Puedes hablarme a través de tus pensamientos si así lo deseas, intentaré resolver tus dudas.

-          ¿Esto es Gaia? ¿Bajo el mar?

-          ¿El mar? – sonrió y negó con la cabeza. – Estás en medio de ninguna parte, y a la vez en todos los lugares que has visitado en tu vida. Nuestro hogar es infinito…y puede llevarte donde tú quieras si realmente lo deseas.

Mientras hablaba daba vueltas con ella como eje, como si quisiera abarcar con un elegante movimiento de su cuerpo todo lo que nos rodeaba.
 -          Todo ser vivo parte de aquí y emerge hacia la superficie como el recién nacido surge de las entrañas de su madre. Nimiel, la diosa de la vida, creó este mundo para conectarnos a Gaia y ofrecernos un refugio donde la muerte no tiene cabida.

-          ¿Pero Nimiel no es una diosa de Édora?

-          Nimiel es la representación en Édora de algo tan común y universal como lo es la vida. Y todos los mundos, todas las culturas por distintas que sean, tienen su propia diosa que los protege. Tiamat, Afrodita, Ishtar, Venus…todas son lo mismo y velan por nosotros.

- ¿Incluso por los seres que procedemos de la oscuridad? En Shelüne la vida no es precisamente de cuento de hadas, y Nimiel no es de las diosas más reverenciadas por los vanarian.
 -          La vida puede abrirse paso incluso en los lugares más sombríos. Y Shelüne está llena de ella al igual que su otra mitad, Andhüne.

-          Pero se dice que Nimiel renegó de nosotros, los Vanar, al igual que el resto de dioses de la luz.

-          Fue Dhalaria, diosa Madre de la Pureza, quién renegó de sus propios hijos. Nimiel, su hija, nunca os abandonó. Si fuese así la vida no seguiría corriendo por vuestras venas.

-          ¿Como ocurre con los vampiros?

-          Ellos son un ejemplo, sí.

-          ¿Son ellos los que han capturado a Alidaen?

Su gesto cambió para dejar paso a la preocupación.
 -          No lo sé, tan sólo siento que está en peligro.

-          ¿Y cómo lo sabes? – pregunté, aunque podía sospecharlo.

-          Porque Alidaen es mi hija, una de las pocas criaturas que nacieron directamente de mis entrañas – contestó, embargándome con su pena. – Y puedo sentir lo que ella siente, puedo percibir…su miedo.

-          Tu hija… ¿y tú…eres?

-          Entre las mías me llaman Maahra, o madre, pero no di a luz a ninguna de las presentes.

Vi que varias náyades nos observaban curiosas, como si supieran que hablábamos de ellas.

- Cirene – añadió una.
 -          Sauce Dorado – dijo otra con una risita.

-          Maahra Néade. Madre de las náyades – aclaró la última.

Las observé pensativo unos segundos antes de continuar hablando.

-          Entonces, ¿por qué te llaman madre?

-          Supongo que porque soy la más antigua entre ellas – contestó sonriendo dulcemente.

-          ¿Y por qué tu verdadera hija no está con vosotras?

-          Porque su lado humano es más fuerte que el feérico, y éste no es su lugar. Ella está vinculada a la tierra y a un ser que camina sobre ella.

-          ¿Vinculada?

Se acercó muy despacio, y posó con suavidad un beso sobre mi frente.
 -          Pronto recordarás – me prometió, posando sus dedos sobre mis párpados para cerrarlos. – Pero ahora debes volver a la superficie.

***

- Alidaen -

Aquel vampiro desprendía un aura distinta a los demás que había conocido hasta el momento, y no sé si era por ésta o por la calma que aparentaba, pero su presencia me sobrecogía y era incapaz de mantenerme de pie sin temblar, por lo que acepté su invitación y me senté en el sillón que había delante de su mesa.
 Debía de ser muy viejo, pero había algo más que le diferenciaba de los suyos. Su forma de mirar no era la de un depredador que quería beberse mi sangre, sino más bien la de un ser capaz de ver en mi interior y llegar a hasta él sin ni siquiera tocarme o dominarme antes.

-          ¿Quién eres? – pregunté inquieta.

- Me llamo Marcus Larssen. Hemos hablado recientemente por teléfono.
 -          ¿Tú eres quién ha secuestrado a mi amiga y matado a Jake?

-          No directamente, pero sí – admitió. - Por favor, disculpa mis modales, pero debía asegurarme de que aceptabas mi invitación sin oponer resistencia.

- Pues podrías haber usado formas más sutiles para hacerlo – solté sin ningún tipo de simpatía.
 -          Lo sé. ¿Pero habrías venido por tu propio pie si te hubiese mandado una tarjeta?

¿Intentaba ser sarcástico? En aquel rostro tan serio era difícil de saber.

-          No – respondí tratando de controlar mi rabia. – Pero Jake no tenía la culpa de nada…era un superviviente.

- Sobrevivió una vez, es cierto. Pero tenía el don de la oportunidad y sabía más de lo que debía.
 -          Él no sabía nada, le borraron la memoria, como hacéis cada vez que se os antoja.

-          ¿Preferías que tu amiga hubiese sido el cebo que apareciese muerto para atraerte?

-          Hubiese preferido que no muriese nadie – zanjé. - ¿Dónde está Violeta?

- A salvo – contestó, e hizo un gesto para que me fijase en el espejo de uno de los laterales.
 De pronto vi como la pared reflectora se volvía transparente, y al otro lado pude ver a Violeta sentada sobre una silla con los ojos llorosos atada a ésta.

Parecía muy asustada, pero intacta. Y aunque no podía escucharla desde allí me levanté de la silla para golpear el cristal que nos separaba.

-          ¡Violeta! – exclamé.

Pero ella no me contestó.

- ¡Violeta! ¡Pienso sacarte de aquí, te lo prometo!
 En ese momento el cristal volvió a oscurecerse y segundos después vi en él mi reflejo. El vampiro seguía sentado tranquilamente en su asiento, observando lo que hacía.

-          ¿Qué tengo que hacer para que la sueltes? – pregunté volviendo a dirigirme a él bastante más decidida. - ¿Es a mí a quién querías, no?

Él asintió.

- Pues aquí me tienes.
-          A pesar de lo que piensas no deseo hacerte ningún daño. Y tampoco retenerte aquí durante mucho tiempo.

-          ¿Entonces qué quieres de mí?

Me sentía muy confusa y dolida por todo lo que había pasado, y lo que menos me apetecía era que intentase ir de buenas ahora que me tenía delante de él.

-          En realidad…sólo quiero que te bebas esto.

Abrió el cajón de su mesa y sacó un extraño vial de color casi negro que posó sobre la superficie. Le miré extrañada, tanto a él como al líquido que me ofrecía.
-          ¿Es alguna clase de veneno?

-          Prefiero llamarlo remedio.

-          ¿Quieres envenenarme y dices que no me deseas ningún daño? ¿Cómo puedes ser tan cínico?

-          Lo que yo desee es irrelevante si se trata de hacer lo que es debido.

-          No me vengas con monsergas. ¿Si me bebo esto moriré?

- No si haces lo que te digo. Si fuese lo que buscase ya estarías muerta, te lo aseguro.
Eso tenía en parte su lógica.

-          ¿Puedo fiarme de tu palabra? ¿Soltarás a Violeta y la devolverás a salvo a la Compañía cuando me lo tome?

-          No lo preguntarías si creyeses que te miento.

-          No lo preguntaría si creyese que es cierto.

-          Pero algo te dice que puedes confiar en mi palabra ¿verdad?

Tardé en contestar unos segundos, pero algo dentro de mí me decía que tenía razón. Y que mi amiga estaría bien si yo hacía todo lo que me pedía. O al menos eso quería creer.

- Está bien. Acabemos con esto de una vez.
Me acerqué a la mesa y tomé el vial entre mis dedos. A pesar de que el cristal que lo envolvía estaba frío, podía sentir el líquido como bullía en su interior.

Algo muy oscuro, que se retorcía queriendo salir de allí…

Destapé el tapón sin pensarlo y me llevé la boquilla a los labios, tragando de una sola vez aquel asqueroso “remedio” y fijando la vista en la intensa mirada del vampiro.
Torcí el gesto por el asco que me dio su sabor amargo y metalizado, y esperé a que surtiese efecto, imaginándome que en cuestión de segundos empezaría a sentir que me ahogaba o algo por el estilo.

Pero no pasó nada de eso, y Marcus me ofreció otro frasco con un líquido en el de color amarillo.

-          ¿Otro veneno?

-          No, en realidad es zumo de limón con hierbas. Para matar el sabor.

También lo bebí. Y aunque sabía como colonia al principio, dejó un agradable sabor mentolado y cítrico en mi boca.

- ¿Sientes algo extraño? – preguntó mirándome con atención.
-          ¿Aparte de ganas de vomitar lo primero que me has dado? – contesté asqueada.

-          Tienes que esforzarte por mantenerlo dentro.

-          Creo que podré soportarlo – aseguré sin querer darle mucha importancia. – ¿Y ahora puedo irme ya?

-          No.

-          Pero dijiste…

-          Dije que soltaría a tu amiga, y eso pienso hacer – hizo un gesto hacia la puerta y ésta se abrió de golpe. - Pero tú debes quedarte de momento.

- ¡Pero…!
Traté de contradecirle y negarme, pero su frío gesto hizo que enmudeciese al instante.

-          Créeme, aquí estarás a salvo.

-          ¡Y una mierda! – exclamé.

Uno de los guardias entró y tiró de mí mientras forcejeaba inútilmente.

- No te resistas, Alidaen – me dijo Marcuss antes de que me sacase de la habitación tirándome del brazo. - Debes reservar fuerzas para lo que te espera.
***

- Sithan -
Había ayunado y ofrecido su cuerpo en el plano material durante dos días a cambio de una visión que pudiese guiarle por el buen camino.

Cuarenta y ocho horas sin descansar entregado a la meditación, tratando de alejar de su mente cualquier rastro de los contradictorios sentimientos que últimamente le embargaban para así obtener respuestas.
Y cada vez le costaba más separarse de su parte humana para viajar al mundo espiritual donde realmente encontraba la paz. Por mucho que se esforzara sentía que se estaba perdiendo a sí mismo.

Pero no podía permitirlo.

La seguridad de aquellos seres que amaba dependía de su propio dominio, de su capacidad para controlar sus impulsos y ver el futuro a través de sus visiones.

SU seguridad…
Si hubiese visto que estaba en peligro en una de sus visiones no se habría  confiado y alejado de Shelüne. Pero en cambio había dejado que la calma que se respiraba últimamente lo engañase, que ella le convenciese de que no le necesitaba a su lado.

No…

Había sido otra cosa lo que le había alejado de ella. El miedo a sí mismo.

Necesitaba tiempo para meditar alejado de lo mundano y de su propia humanidad, necesitaba aquello.
-          Espíritus… guiadme hasta ella.

Pero ahora estaba en verdadero peligro y no había sabido preverlo como antes, estar tan cerca no era seguro para ninguno de los dos.
Debía alejarse por su propio bien, vigilarla en las sombras como antes.

No podía ser su amigo, y mucho menos podía llegar a ser…
“La deseas”

- No.
“No es tuya…pero te gustaría que lo fuese”

- Sal de mi cabeza.
 “Aunque…”

-          Esto no es lo que busco.

“Recuerda”
“Existe una posibilidad”

- Lo sé…
“Consecuencias”
-          No dejaré que eso ocurra, lo juro. Pero…me siento perdido, no sé qué debo hacer ahora mismo para protegerla.

“No puedes hacerlo sólo”

- Necesito que me envíes una señal.
“Busca en tu interior. Tú tienes la respuesta”


domingo, 3 de mayo de 2015

Nuevo capítulo y legacy

¡Buenas noches!

Hoy traigo algo de publicidad aparte de un capítulo nuevo de Hijos de Édora, y es que acabo de publicar un nuevo legacy en un foro que sigo desde hace un tiempo y que os recomiendo si os gusta leer retos de éste tipo y también publicarlos. El foro se llama Avenida Legacy, y aunque es bastante nuevo promete llegar muy lejos, así que os animo a que os paséis si os apetece ^^

La familia de mi legacy se llama Murray, y bueno...su fundadora es una friki empedernida que está algo loca y que sueña con convertirse en una gran experta en ordenadores. Aquí os dejo una imagen de ella, que ya compartí también por facebook. 


Sobre la historia...este capítulo en concreto y el siguiente van a ser bastante largos, por lo que he tenido que dividirlo en distintas partes, que iré diferenciando con los nombres de los personajes que la cuentan. Esta parte en concreto es sólo de Alidaen, pero en la siguiente ya se verán distintos personajes.

Como veréis, va a haber unas cuantas reapariciones de personajes, así que os recomiendo que estéis muy atentos, a ver si adivináis quién es el personaje que sale al final del capítulo, creo que es bastante sencillo a pesar de las modificaciones que ha sufrido ;)

Y no sé que más contaros...¡ah si! Quiero mandar desde aquí un agradecimiento muy especial a cierta personita (que sabrá muy bien quién es cuando lea esto) por su apoyo y sus ánimos a través de sus mensajes por Facebook. Saber que hay personas dispuestas a echarte una mano y colaborar en lo posible a que esta historia siga adelante me da fuerzas para seguir luchando por ella con empeño a pesar de los altibajos.

¡Gracias guapa, y gracias a todos y todas por seguir leyendo! ¡Os quiero!

CAPÍTULO XXXII: Capturada I

- Alidaen - 

Lo único que sabía sobre el posible paradero de Violeta es que había quedado con aquel desconocido en el pub donde The Reapers dio el concierto hacía unas semanas, así que allí fue donde me dirigí en un primer momento.

Aún no me atrevía a moverme en metro yo sola, pero la única forma de llegar lo más rápido posible era aventurándome por aquellos túneles subterráneos, y no es que tuviese demasiado tiempo para sopesarlo. Así que me lancé a la aventura.
En veinte minutos aproximadamente llegué hasta la puerta del gran edificio, donde un montón de gente hacía cola para entrar a ver tocar a un nuevo grupo recién llegado a la ciudad.

Miré por todas partes, buscando la pelirroja melena de Violeta sobresalir entre tantas personas apiñadas, pero ni rastro de ella.

Di una vuelta a la manzana en busca de cualquier señal, algo que pudiese llevarme hasta ella. Pero nada.

Entonces saqué mi móvil y busqué su número en las llamadas entrantes.

Esta vez dio señal, esperé un par de pitidos y una voz masculina sonó al otro lado.
Música: Vampire The Masquerade Bloodlines - Chinatown Theme

-          Has tardado bastante – dijo una voz desconocida que sonaba algo apática. -  No parece que te preocupe demasiado el estado de tu amiga.

-          ¿Quién eres?  - pregunté acelerada. - ¿Qué le habéis hecho a Violeta?

-          Lo sabrás cuando vengas a verla.

-          ¿Dónde está?

-          Vuelve al parque, te has olvidado algo allí.

Colgó.

Miré a mí alrededor para guiarme, desde allí el parque central estaba a diez minutos andando. Así que eché a correr mientras marcaba el número de Janne.

No solía tener el móvil operativo cuando se iba a uno de sus retiros, pero en esa ocasión lo había dejado encendido y me contestó en seguida.

-          Alice ¿qué ocurre? – su voz sonaba preocupada.
-          Tienen a Violeta.

-          ¿Quiénes?

-          No lo sé…pero me han citado en el parque central. Voy de camino.

-          Espera… ¡¿qué?! ¡espérame en Shelüne!

-          ¡Ya estoy de camino! ¡No puedo esperar, Janne!

-          ¡Alice, ni se te ocurra salir de allí tú sola!

Esta vez fui yo la que colgué. No podía hacerle caso, esta vez no. Esperarle podría significar la muerte de Violeta.

Llegué al parque en menos de cinco minutos, y lo que encontré allí me dejó sin habla.
-          ¡Violeta!

Corrí hasta el bulto oscuro que había tirado bajo la estructura infantil con miedo a encontrarme a mi compañera sin vida.

Pero no era ella…
-          ¡Jake! ¡NO!

Posé mis manos sobre su pecho, y busqué cualquier señal de pulso tanto en su cuello como en las muñecas. Mi propio pulso me hacía sentir torpe al no dejar de temblar descontroladamente.
Estaba muy frío y demasiado pálido. ¿Le habían desangrado? No estaba segura. Pero no había marca alguna de mordiscos en ningún sitio visible de su cuerpo. Quizás porque se la habrían borrado antes de dejarlo allí tirado, vi como Dale lo hacía con Salma en cuestión de segundos.

- Jake…lo siento…- susurré tratando de desatar el nudo de mi garganta y respirar pausadamente.
Si Dale había tenido algo que ver con su muerte tendría que rendir cuentas por ello, no pensaba perdonarle nunca.

Cuando el móvil volvió a sonar lo cogí al primer tono.

-          Espero que hayas entendido la importancia de una buena colaboración por el bien de tu compañera.

-          Dime donde la tienes, hijo de perra.

-          Él te llevará.

-          ¿Él?

-          Creo que habla de mí – escuché a mi espalda.

Me di la vuelta y ahí estaba.
No sabría cómo describir mi primera reacción al verle, supongo que me quedé paralizada intentando asimilar sus extraños rasgos, esa mirada enfermiza, la burla de su sonrisa al ver mi gesto, y como no, mis posibilidades para escapar de él.

Él me analizaba en silencio apoyado en la estructura de metal, con los brazos cruzados y con un gesto pasivo que indicaba claramente que no me consideraba tan peligrosa como yo a él.
Si quería huir aún tenía una oportunidad para correr con todas mis fuerzas y meterme en la compañía. Pero ese tipo, a pesar de su extrema palidez no parecía un vampiro, y si escapaba y me encerraba en Shelüne dudo que ningún hechizo le impidiese entrar a por mí.

Y algo me decía que eso sería mucho peor que seguirle.

Él parecía disfrutar de mis dudas, pero aun así no se anduvo por las ramas.

- ¿Vas a quedarte todo el día desnudándome con la mirada?
-          Lo siento, pero creo que ya tengo suficiente con el exterior.

-          Bien, pues sígueme y no me obligues a enseñarte lo que tengo guardado para ti si me das problemas.

Me dedicó una sonrisa maliciosa y se dirigió hacia los árboles sin prestarle ninguna atención al cadáver de Jake.

-          ¿Piensas dejarlo allí tirado?

-          ¿Me ves cara de basurero?

-          No – contesté furiosa – tienes cara de asesino y desalmado… ¿cómo pudisteis hacerle algo así? ¡Era una persona, no un deshecho!
-          ¿Quieres que te explique el proceso? No quisiera que su alteza se desmayase antes de tiempo.

-          ¿Fuiste tú, verdad?

-          Puede – dijo dándose la vuelta para encararme - ¿vas a hacer algo al respecto?

-          Puede.

Y en ese momento tomé impulso para levantarme y mi puño se estampó contra su cara.

Fue un acto completamente inconsciente, ni siquiera me moví después de hacerlo porque quedé el shock por unos instantes, tratando de asimilar las consecuencias de ese acto tan imprudente.
Pero aunque creí que había echado todo a perder y me mataría, él me sorprendió echándose a reír a carcajada limpia.

-          Parece que te he juzgado mal – dijo llevándose el índice al labio. - Al menos tienes cojones.

Me quedé observando como recogía un poco de sangre con su dedo y después se lo llevaba a la boca para probarla con un gesto lascivo que me causó repulsión.

- Ahora más te vale que me sigas y mantengas la boca cerrada. La caballerosidad no me suele durar mucho tiempo.
Eché un último vistazo al cadáver de Jake e hice lo que me decía. No pensaba seguir tentando a la suerte.

Él me llevó hasta un lugar medio oculto del parque, y pude ver que allí había una bonita moto bastante parecida a la que Thaerion montaba el día que le volví a ver en el puerto.

-          Sube – me ordenó tras montarse en ella con soltura.

Volví a obedecer y él arrancó sin darme tiempo de afianzarme en el asiento, por lo que mi primer impulso fue aferrarme a él como una garrapata.

Su cuerpo olía a una mezcla de sudor, cuero gastado y cigarrillos aliñados.
Volví a oír su irritante carcajada y me obligué a sacar valor para soltarme de su cintura con la poca dignidad que me quedaba.

-          Tranquila palomita, puedes tocar todo lo que quieras.

Me mordí el labio para no contestar alguna barbaridad y esperé que aquel viaje insufrible acabase cuanto antes.

Tenía miedo por lo que me esperaba, pero a la vez estaba deseando volver a ver a Violeta.

Volver a verla con vida.

***
Aquel tipo tan extraño no era tonto, y aunque me dediqué a observar muy fijamente el camino durante todo el viaje para poder guiarme de vuelta a casa, noté que intentaba confundirme llevándome por caminos que ya habíamos pasado antes y conduciendo en círculo en diversos tramos del recorrido.

Al final como era lógico me perdí, y dejé de concentrarme en el camino para pensar en mis posibilidades una vez que liberasen a mi amiga, si es que lo hacían.

No sabía a quienes me enfrentaba, pero me imaginé que tendrían que ver con los vampiros del Darkness, al fin y al cabo eran ellos los que parecían más interesados en sacarme de Shelüne.
Decidí que independientemente de quiénes fueran mis captores, trataría de hacerles creer en todo momento que pensaba colaborar. Quizás así pudiese aprovechar algún momento de confianza por su parte para tratar de escapar.

Eso si no les daba por matarme, en cuyo caso poco me tendría que importar después de eso.

Tras media hora en moto llegamos a una especie de sendero oculto entre los árboles, y allí nos detuvimos para seguir andando introduciéndonos directamente en el bosque.

- Espero que hayas traído calzado cómodo, porque no te pienso llevar como una princesita y nos espera una buena caminata.
-          Se moverme en el bosque – fue lo único que dije mientras miraba nerviosa hacia un lado.

Aunque lo cierto es que llevaba muchos años sin ir por ellos con la misma soltura que antes.

-          Ya lo veremos – siguió caminando, pisando la maleza con la ligereza de un felino. – Cuidado con esa rama.

No me dio tiempo a verla, pues la soltó a caso hecho nada más pasar para que me diese en la cara. Por suerte la esquivé en parte y sólo me rozó la mejilla sin llegar a meterse en mi ojo.

Él esperó que le recriminase, pero no le di esa satisfacción y seguí sus pasos en silencio. Mordiéndome la lengua y bastante más atenta que antes por si volvía a jugármela.
Continuamos caminando durante aproximadamente una hora, hasta que al final llegamos a lo que parecía un pequeño grupo de chabolas destartaladas en medio del bosque.

-          ¿Es aquí?

Al fijarme mejor, me di cuenta de que en realidad se trataba de tres cabañas unidas entre sí por un amasijo informe de ramas y barro en forma de tejado, y todas formaban parte de la misma casa, sólo que en vez de dividirse por habitaciones permanecían separadas casi de forma independiente.

- ¿Esperabas algo más lujoso, alteza? – se volvió para mirarme y arqueó una ceja inquisitivamente, pero no le contesté, tan sólo me limité a observar – Pues te vas a tener que conformar con mi humilde picadero.
-          ¿Picadero?

-          Sí, el lugar donde traigo a las muchachas incautas como tú para divertirme con ellas antes de dárselas de comer a los lobos.

-          … - paré en seco y le miré con gesto incrédulo mientras él caminaba despreocupadamente hacia la puerta de la cabaña más grande.

-          Yo no me quedaría ahí fuera, suelen acudir cuando huelen a hembra. Los tengo bien entrenados.

Hice lo que me dijo, pero aun así no sabía quién me daba más miedo…si él, los lobos, o el desconocido que supuestamente me estaba esperando.

Temía ser atacada por alguno de los suyos al entrar, pero el lugar parecía desierto, y a su modo bastante acogedor. Aunque demasiado sucio para mí gusto.
-          Aquí dentro huele…raro- comenté llevándome la mano a la nariz.

-          Es lo que tiene vivir con una letrina cerca.

-          ¿Letrina? ¿Pero eso no es lo que se usaba antiguamente?

-          ¿Crees que aquí llega el agua corriente, niña?

-          ¿Por qué no dejas de llamarme como primero se te ocurre?   

Ignoró mi pregunta y lo primero que hizo fue servirse algún tipo de licor color pardusco en una jarra de madera que había sobre una vieja mesa del mismo material.
Era como estar de nuevo en la compañía Shelüne convertida en un lugar digno de una película ambientada en la Edad Media. Sólo que en esta ocasión olía como debería oler en la realidad, o al menos de forma parecida.

Había varias hogazas de pan rancio y un montón de colillas de cigarrillo desperdigadas junto a las migas. Obviamente detalles como ese o la escopeta le quitaba autenticidad, y sirvieron para recordarme que aquello no era ningún cuento ni una de mis películas, sino un lugar demasiado peligroso, extraño y alejado de la civilización para mi gusto, y que además estaba compartiendo con un completo desconocido con cara de loco.

- ¿Qué haces ahí parada? – preguntó sin volver la vista. - Sírvete lo que quieras. No esperes que haga de anfitrión además de guía y chófer.
-          No gracias, ya he cenado – respondí tratando de destensar el nudo que tenía en la garganta.

Se encogió de hombros y siguió bebiendo hasta acabarse la primera jarra casi de tirón mientras yo echaba una ojeada sin moverme del sitio.

-          ¿Es cierto que has matado mujeres aquí dentro? – pregunté sin poder borrar la imagen de Violeta de mi cabeza.

-          Las he hecho gritar toda la noche y dejado destrozadas al día siguiente, pero no del modo que piensas – se dio la vuelta para mirarme y sonrió de medio lado con gesto burlón al ver que no era muy rápida entendiendo ese tipo de indirectas.

Rodé los ojos cuando logré captar su fanfarronada, y curiosamente me sentí algo más tranquila por mi seguridad y la de ella.

-          ¿Dónde está mi amiga? – inquirí casi con exigencia.
-          En algún lugar de esta casa, quizás en la letrina… ¿por qué no vas a buscarla y me dejas tranquilo un rato?

Se levantó del taburete y subió por unas escaleras de mano hasta una zona abuhardillada situada en la parte más alta de la cabaña, desde podía vigilarme tanto dentro como fuera del edificio gracias a una pequeña ventana que daba al patio.

Después se dejó caer en una especie de banco de madera roñosa y comenzó a hurgarse las uñas con la punta de su daga (o lo que fuese).

- ¡Grita si te muerde algún lobo! – exclamó viéndome salir por la puerta.
Yo le lancé una mirada fulminante, pero aproveché la invitación para salir de su mismo cuarto y librarme así de su insoportable presencia.

Ya buscaría a Violeta por mi cuenta.

***

La cabaña era más grande de lo que parecía desde fuera, y aunque carecía de las comodidades más típicas de nuestro tiempo, tenía lo básico para que una persona o dos viviesen allí.

Me recordaba al hogar de algún cazador furtivo, o esos pequeños refugios situados en el bosque para viajeros extraviados que se usaban hace muchos años.
Apenas había sido acondicionada y se notaba que aún conservaba el mobiliario de otra época. El olor de los excrementos de animales y vete tú a saber qué más se mezclaba con el aroma del bosque, que se abría paso por las ventanas o la madera medio podrida del suelo.

Tuve que dar varias vueltas por todo el patio y sus distintas estancias para encontrar el pasadizo que finalmente me llevó hasta mi amiga.

Di con él de milagro al rebuscar en lo que parecía un viejo almacén situado al otro extremo de la casa.

Al principio fui reticente a entrar allí, pues lo primero que vi al abrir la puerta fue una masa sanguinolenta de carne chorreante y despiezada colgando de un gancho, y mi imaginación hizo de las suyas antes de que mi parte racional descubriese que se trataba de un ciervo y no una pobre mujer violada bajo ese techo.
Tras el susto inicial, entré y vi que había un armario enorme en el que cabía perfectamente una persona.

Dentro de éste había varias mantas y algunos trastos viejos que no me paré a mirar, una colección completa de revistas guarras para tíos y una pequeña trampilla que al abrirla reveló una escalera de madera descendente.

-          Veo que has encontrado el escondite del viejo Tom.

El tipo me miraba desde fuera apoyado en el marco de la puerta del almacén.

- ¿Está ahí abajo?
-          ¿Tom? No, creo que murió de un infarto y anda enterrado bajo alguno de esos árboles, junto el número preferido de su colección: el “especial leñadoras calentorras”

Suspiré mentalmente.

-          Hablo de mi amiga.

-          Puedes bajar y así lo compruebas – sugirió.

- - ¿No vienes conmigo?
-          ¿Yo? No me pagan lo suficiente para acompañarte ahí abajo. Además, se te ve muy desenvuelta, seguro que encuentras más cosas interesantes por ahí.

Cogió una de las revistas y ojeó la portada con una sonrisilla divertida. Después me mostró una página al azar donde se veía una mujer con más pechos que cabeza en una postura que dejaba a la vista hasta sus pensamientos más profundos.

-          Y yo tengo lectura pendiente.

Volvió a apoyarse en la pared y comenzó a ojear la revista ignorando mi presencia.

-          ¿Quiénes te han pagado? – pregunté intentando no parecer incómoda. - ¿Han sido esos vampiros, verdad? ¿Ellos la tienen?

- Preguntas demasiado y haces más bien poco.
Hizo un gesto con la mano para que me largase.

-          ¿Vas a contestar o no?

-          No.

-          Esto es una pérdida de tiempo…- murmuré empezando a descender.

-          Ni que lo digas, son todas iguales – contestó cerrando la revista y tirándola al suelo. – Suerte ahí abajo – dijo después acercándose hasta el borde de la trampilla. – Y cuidado con las ratas.

-          Ya lo hago – dije, lanzándole una última mirada que respondió con una de sus burlonas sonrisas.

-          Nos vemos – se despidió desde arriba.

Tras decir eso cerró con brusquedad la trampilla, y la poca luz que se filtraba desde el cuarto desapareció dejándome a oscuras y pérdida en aquel claustrofóbico lugar.
-          Mierda…- susurré, tratando de tantear con el pie cada escalón de madera antes de apoyarme en él para no caer.

Conté treinta y tres escalones antes de dar con suelo firme, di varios pasos más usando mis manos como guía a través de las paredes de piedra por lo que parecía un pasillo estrecho de unos seis metros.

Temí no encontrar nada más al final del túnel y quedarme allí encerrada, pero di con una puerta de madera que se abrió nada más posar la mano en el oxidado pomo.

El aire allí dentro estaba muy viciado, hacía bastante más frío que en el exterior y olía incluso peor que la letrina de la cabaña de aquel tipo. Como si hubiese algún bicho muerto por ahí cerca.
Por suerte no veía nada de lo que pisaba.

Seguía sin haber ninguna luz que me guiase, pero salvo el sonido del agua fluir en algún punto lejano y el de pequeñas alimañas asustadizas correteando cerca no sentí nada raro que me pusiese de los nervios.

Dejé que mi temor se disipase tratando de pensar sólo en Violeta y su bienestar, y esto ayudó bastante a que siguiese caminando hasta dar por fin con una sala pobremente iluminada en medio de ninguna parte.

En ella había un hombre de pelo oscuro al que en un primer momento confundí con Thaerion por la falta de luz.
Me quedé paralizada.

-          ¡Vaya! ¡Al fin te encuentro! – exclamó el desconocido con aparente entusiasmo. - Creía que te habrías perdido en el bosque.

Al acercarse al centro de la sala pude verlo más nítidamente y me di cuenta de que hasta tenía sus mismos ojos claros. Pero éstos eran curiosos y alegres como los de un niño, no voraces como los suyos.

También parecía más joven, debería rondar los diecisiete como mucho. Y parecía sacado de alguna granja de Appaloosa Plains.
Me quedé en silencio, intentando recuperarme de la impresión de su encuentro.

-          ¿Cómo es que Petardo no te ha acompañado? No está bien dejar que una señorita camine sola por sitios oscuros.

Su tono de voz era alegre y despreocupado, me recordaba en parte a Lande, que podía parecer amigable hasta en los momentos más tensos.

-          ¿P-Petardo?

- En realidad le gusta que le llamen Dardo, pero yo le suelo llamar así cuando no me puede dar una paliza para evitarlo – me lanzó una sonrisita confidente y me tendió su mano. – Y yo soy Theran, encantado.
Lo último que hubiese esperado después de lo que había pasado era tanta amabilidad, sobre todo después de haber conocido al tal Dardo y su afilada lengua, pero aun así miré al chico de forma desconfiada y pegué las manos a mis costados, negándome a tocarlo.

- Tranquila, no pensaba hacerte nada malo – volvió a sonreír amistosamente y se quedó mirándome con un gesto algo bobalicón que me hizo sentir un poco incómoda. – Vaaaya…la verdad es que eres preciosa – soltó sin venir a cuento - no me extraña que mi tío no pudiese pensar en otra chica.
-          ¿Tu tío? – pregunté extrañada.

-          ¡Si! Estaba obsesionado, porque resulta que no sabía quién…

-          ¡Theran!

El grito de advertencia hizo que cerrase la boca tan de golpe que se mordió la lengua y tuvo que llevarse la mano a ésta para reprimir su quejido, mientras yo miraba preocupada hacia los lados en busca de la causante de su pequeña y torpe autotortura.
La mujer no tardó en aparecer, caminando con paso acelerado hacia nosotros y con el ceño fruncido.

Nunca había visto una piel tan oscura y brillante como aquella en mi vida, parecía tallada en ónice puro, y resultaba tan fascinante y sobrenatural como la de los vampiros, sólo que en su caso desprendía vida, a diferencia de ellos. Aunque estaba segura de que aquella mujer no era humana.

-          ¿Qué parte de guiar a la prisionera en silencio no has entendido?

-          ¡Ah! ¿Pero es nuestra prisionera?
La mujer suspiró y le lanzó una penetrante mirada antes de volverse hacia mí. Y el muchacho se quedó en silencio mirándole algo atemorizado, pero al girarse hacia mí para hablarme éste me guiñó el ojo y puso una mueca muy seria imitándola.

-          Síguenos en silencio y todo acabará rápido – dijo ella.

Asentí y decidí seguirles sin darles muchos problemas, a esas alturas ya era demasiado tarde para echarme atrás y prefería seguir haciéndoles creer que estaba de su parte.
Después de unos minutos caminando por pasillos subterráneos y salas talladas en piedra, llegamos a una puerta de metal reforzado muy distinta a las que nos habíamos encontrado hasta ese momento, que parecían viejas y a punto de caerse a pedazos y todas estaban hechas de madera.

La mujer introdujo un código en un panel de seguridad bastante moderno situado junto a ésta, evitando que yo lo viese, y me invitó a entrar.

-          Pasa.

- Las damas primero ¿no, Yaila? – se burló el chico.
-          No, tú te quedas el último por imbécil – contestó ella secamente.

-          Que tú te comportes siempre como un hombre no me convierte a mí en dama – replicó él acercándose con una sonrisa.

- ¿Quieres que te de otra paliza para demostrarlo?
Traté de pasar entre ellos para zanjar aquella absurda disputa y acabar con todo de una vez, pero estaban tan cerca el uno del otro que casi podían tocarse, y habría tenido que darles un buen empujón para hacerlo. Algo poco amistoso y cooperativo por mi parte.

-          Preferiría resolverlo de otro modo, y en un lugar más íntimo si puede ser.

-          Por última vez, jodido niñato…No pienso acostarme contigo. Y menos mientras te sigas empeñando en llevar ese estúpido sombrero.

- Eso es lo que todas decís al principio – respondió sin darse por vencido. – Y no sé qué tienes en contra de mi sombrero, es la última moda por aquí.
-          La última moda hace cincuenta años por lo menos y entre mortales de pueblo.

-          Me da igual, me queda genial. Y yo al menos intento pasar desapercibido. No como tú, que te vistes como la protagonista de una de esas revistas que Dardo me enseñó en la que salían mujeres fustigándose las unas a las otras en el trasero.

-          Te vas a ganar una hostia al final…

-          ¿Espero a que saques el látigo?

-          Pfff…a veces pienso que tu madre es una santa por aguantarte tantos años sin volverse loca.

- Esto… ¿Podemos continuar?
Mi interrupción surtió el efecto que deseaba, pues los dos me miraron como si de repente recordaran que yo estaba allí y la pelea acabó al instante con un leve gruñido de advertencia por parte de ella.

-          Quédate aquí y vigílala hasta que soliciten su presencia – ordenó al chico. - Voy a avisar de su llegada.

Me había dado cuenta, por su forma de hablar y actuar, de que ninguno de ellos parecía del todo humano, y sus características físicas también evidenciaban sus diferencias con el resto del mundo. Dardo y esa mujer tenían las orejas terminadas en punta como yo, y ese chico, Theran, era increíblemente pálido y con rasgos tan fascinantes como los de Thaerion. No sabría explicar por qué, pero había algo en ellos que llamaba la atención desde el principio, y no era sólo por su apariencia. Era como si desprendiesen un aura distinta y yo fuese capaz de reparar en ella.

- ¡A sus órdenes, mi capitana!
-          ¡Y cierra la puñetera boca! – añadió. - Lo que daría por volver a mi barco y alejarme de éste cuervo idiota…- esto último lo dijo murmurando para sí misma.

Tras maldecir y suspirar de nuevo se retiró por la única puerta visible que había, aparte de la que nos había llevado hasta allí, y el chico se quedó mirándome sonriente. Pero esta vez sin decir ni una palabra, a pesar de que intenté que lo hiciera.

- Sólo dime si Violeta está bien – le pedí.
Él sonrió, pero me contestó haciendo un gesto parecido al que usamos aquí simulando una cremallera, sólo que lo que hizo fue imitar el movimiento de la mano al manejar una aguja cosiendo.

Si no fuese porque tenía miedo por lo que vendría a continuación seguramente habría sonreído al verlo. Parecía un buen chico, y cada vez me recordaba más a la primera vez que vi a Lande. Pero sus compañías no eran para nada tan agradables como las que encontré en Shelüne, y allí no me podía fiar de nadie.

Esperé a que me llamasen y me llevasen ante quién estaba detrás de todo cuanto antes para volver a ver a Violeta. Pero conforme pasaban los minutos más impaciente y nerviosa me sentía, y también menos preparada para enfrentarme a aquello.
Empezaba a sentir náuseas.

Hasta que finalmente, tras diez minutos de espera, la mujer a la que llamaban Yaila volvió y me condujo hasta una especie de estudio lleno de muebles y artilugios antiguos, donde un vampiro de pelo negro y fría mirada me esperaba sentado en una especie de trono adornado con dos calaveras de dragón.

Estaba garabateando algo sobre un pergamino viejo, manejando con soltura una pluma que debió de pertenecer a Shakespeare (por lo menos), y que dejó pulcramente en el tintero sin derramar ni una sola gota al verme aparecer.

Buenas noches – dijo esbozando una leve sonrisa. - Me alegra ver que has llegado de una pieza. Por favor, toma asiento.