martes, 9 de octubre de 2012

¡Nuevo capítulo!

¡Buenas noches a tod@s!

Aquí os traigo un nuevo capítulo, como últimamente con bastante retraso pero que espero os guste ^^

La verdad es que estos meses estoy teniendo bastante qué hacer y qué pensar, y apenas me queda tiempo para dedicarle al blog y contestar a vuestros comentarios, aparte de que mi cabeza no anda todo lo centrada que me gustaría para escribir y entrar al juego. Pero aun así tengo muy en cuenta cada comentario vuestro y me anima leer los ánimos que cada día me enviáis tanto por aquí como por Facebook, ¡no sé qué haría sin vosotros!

Quiero agradeceros a todos vuestra paciencia y que sigáis por aquí a pesar de todo,  espero de corazón que la historia os siga gustando y no os preocupéis que aunque tenga menos tiempo la historia no va a quedarse parada, tengo aun muchísimas ideas y tramas pendientes, así como alguna que otra ficha que me queda por subir.

En fin cielotes, ¡un beso enorme y nos vemos en el siguiente capítulo!

Capítulo XIX: La Musa II

(SEGUNDA PARTE)

(Bridgeport - 12 Febrero 2011)


Las clases fueron más duras de lo que pensaba en un principio, y el intenso horario de ese mes me tenía casi consumida, pero las pocas semanas que llevaba ensayando para la obra dieron su fruto bastante rápido (para sorpresa de todos).

 -          No puedo creer que empezásemos hace tan sólo tres semanas, bien hecho Alice – me felicitó Meena, mi maestra de canto – si sigues así llegarás alto.

Meena y su hermana Shayla habían venido de un pueblecito costero situado en la isla de Thai-Rihndab. Su peculiar acento y su exótica belleza era fruto de la rica mezcla entre distintas culturas orientales, y ambas eran conocidas en su país como dos famosas artistas de Bollywood. Su apellido: Arushi, era conocido por toda la India, donde habían trabajado varios años para algunas de las mejores compañías de cine de ese género.

Meena era la mayor de seis hermanas, y era quien me daba clases de canto. Era una mujer amable y muy divertida, y le encantaba amenizar sus clases con anécdotas sobre sus primeros años como cantante y su familia.
 Shayla era la segunda más joven, tenía sólo veinte años pero ya llevaba seis trabajando como bailarina. Su carácter era algo más apagado que el de su hermana, se notaba que echaba de menos su país, pero también era amable conmigo y muy paciente. Ella me daba clases de expresión corporal y de momento también alguna que otra de danza oriental y antigua.

-          Gracias, pero tan sólo quedan dos días para la obra y aun me siento muy insegura ¿es necesario que toque también el arpa?

Meena se echó a reír.

-          No, me parece que de momento tienes bastante con aprender la coreografía ¿Cómo van las clases con mi hermana? Espero que no esté siendo muy dura.
 -          Sólo lo justo – contesté con una sonrisa cansada.

Me sentía agotada, y los nervios me dejaban sin apetito. Todo lo que comía me sentaba mal y había perdido un par de kilos que empezaban a notarse bastante. Pero estaba muy ilusionada y apenas tenía tiempo para pensar en mis problemas, así que agradecí ese nuevo ritmo de vida.

Nadia también me daba clases y había empezado a conocerla un poco mejor, aunque a diferencia de mis otras maestras ella no soltaba prenda sobre su vida antes de Shelüne. Tampoco es que yo le preguntase, pero digamos que en todo este tiempo había empezado a acostumbrarme a que la gente me hablase de sí misma como si me conociese de toda la vida.

Era agradable saber que confiaban en mí, pero a veces me hacía sentir mal por no poder hacer lo mismo, pues yo seguía siendo una completa desconocida para todos.

La única persona con la que había logrado abrirme un poco más era con Janne, pero aquellas semanas ambos estuvimos muy ocupados y apenas tuvimos tiempo para vernos. Además, volvía a mostrarse distante (más de lo normal) aunque no sabía muy bien el motivo. Parecía preocupado y algo tenso, sobre todo cuando venía de los ensayos.
 Tanto él como mi hermano y el resto de miembros de Ligthning estaban bastante liados con su grupo. No me habían contado mucho, pero por lo que entendí andaban haciendo algunas pruebas con un nuevo cantante y les iba bastante bien. Pasaban muchas horas fuera.

Lande parecía emocionado, y las pocas veces que lo vi no dejaba de hablar del nuevo rumbo que pensaban tomar con el grupo, algo sobre darle un toque más siniestro y melancólico, pues al parecer triunfaba bastante lo gótico en Bridgeport (¿os imagináis porqué?).

 Pero siempre iba con tantas prisas y hablaba tan rápido que no me enteraba de nada. Aunque me alegraba muchísimo por él, sobre todo porque también parecía estar cumpliendo su propósito de Año Nuevo de hacer resurgir el grupo de sus cenizas.
 Y hablando de propósitos…yo también estaba haciendo bastantes progresos con los míos.

Sobre todo en lo que concernía a Thaerion…pues me había propuesto dejar de pensar en él y de algún modo lo estaba consiguiendo.

Y es que cuando llegaba a la cama estaba tan rendida que apenas tenía tiempo ni de ponerme el pijama, y era tal mi cansancio que ni soñaba. O al menos no recordaba si lo hacía.

Claro que sabía que era algo temporal y que en el momento que me relajase volvería a ocupar gran parte de mis pensamientos, pero al menos de momento estaba empezando a hacerme a la idea de que lo que había pasado en el Darkness fue sólo cosa de una noche, y debía olvidarme de él por increíble que hubiese sido.

Pues la verdad era que Thaerion…al igual que muchos tíos, se había convertido en un mujeriego que andaba un día con una y otro con otra, y al parecer yo sólo había sido una más de una larga lista.

Violeta solía decir que era algo muy normal en ellos, y que para que no te dejasen tirada era bueno ponerle las cosas difíciles y no darles todo desde el principio.

El problema es que poco me quedaba ya que entregarle…y aunque me doliese pensar así después de lo mucho que lo había amado, había decidido pasar página y no seguir esperando.

Ese mismo sábado, cuando acabó la última hora de clases, me fui directa hacia los baños para darme una ducha rápida, pero Violeta me interceptó por el pasillo.
 -          ¿De donde vienes con esa cara?

Ni recordaba la última vez que me miré al espejo, debía tener bastante mal aspecto.

-          De ensayar…

-          ¿Ensayar un sábado?

-          Quería practicar un poco más antes del recital. A Meena no le importó y…

-          ¡No puedes seguir así niña! – exclamó señalándome - ¡pero mírate! Si parece que te consumen los vampiros por la noche. ¿Pero tú comes algo?

-          No me hables de vampiros…- murmuré acariciándome la frente con gesto cansado - y si, algo como pero no me sienta demasiado bien. 
 Vi que me miraba preocupada y sonreí para tranquilizarla.

-          No pienses cosas raras, es sólo que estoy muy nerviosa. Es la primera obra en la que participo y quiero que todo salga bien.

-          Pero para que salga bien debes tenerte en pie, y animarte un poco mujer ¿Hace cuánto que no sales de aquí?

-          Pues…- lo pensé – hace un par de días salí a comprar telas con la señora Porter, y a hacer unos cuantos recados.

Mi encierro había terminado, así que era libre de salir de la Compañía siempre y cuando no saliese por las noches sola. Tenía pensado haber hecho una visita al piso de Herald y comprobar su estado, y también a Jake, pero me enteré de que ya había salido del Hospital y no tuve tiempo para verlo.

Janne no me dejaba pisar mi antiguo trabajo, así que de momento quedaba descartado poder hablar con él aunque quisiera.

-          Pero digo salir de verdad, a beber, bailar y echar un buen…

-          Violeta…ya te dije que prefería dejar ese tipo de salidas. Una vez y no más.
 -          ¿Sigues pensando en ese tío?

-          ¿Quién? – sabía a quién se refería, pero prefería hacerme la loca.

-          El que te dejó tirada.

-          No – mentí – pero gracias por recordármelo…

Le lancé una mirada asesina, con estos temas solía pecar de ser demasiado sincera y aprovechar para poner verdes a los tíos. Y yo no tenía la cabeza para enfrentarme a la cruda realidad de mis fracasos amorosos, o mejor dicho, de mi único fracaso de ese estilo.

-          Tranquila, ya conocerás a otro. Anda que no hay peces en el mar.

-          El problema es que a mí el pescado…

-          ¡Oh! Una broma verde y sarcástica viniendo de tus labios – me miró con diversión – creo que estamos creando un monstruo.
 Arqueé una ceja sin entender a qué se refería, pero no estaba para pensar así que lo olvidé enseguida.

-          Bueno a lo que iba…mañana vamos a salir de bares por el puerto ¿te apuntas?

-          No sé si a Janne…

-          Y dale con Janne…¡ni que fuera tu novio para andar controlándote a todas horas! Espera…- vi cómo entrecerraba los ojos y me miraba con esa sonrisita que solía poner cuando no se le ocurría nada bueno – ¿No será que tu y nuestro querido piel roja…?

Mientras hablaba fue acercándose hasta tener mi cara a unos centímetros de la suya para mirarme fijamente y de forma insinuante. No pude evitar sonrojarme ante la estúpida idea.

-          ¿Q-qué? ¿Qué estás pensando?
 -          Lo mismo que tú por lo que parece - contestó complacida por mi reacción.

-          Entre Janne y yo no hay nada – dije tajante.

-          Pero te lo comes con los ojos, he visto cómo le miras.

Puede que un poco si le mirase ¿pero qué mujer en su sano juicio no se deleitaría la vista con semejante criatura cerca? Joder vale que llevase la “dieta de un solo hombre” durante toda mi vida, pero ciega (gracias a los dioses) no era.

-          Vale sí, me gusta Janne ¿y qué? – confesé. – Eso no significa que estemos juntos ni nada por el estilo.

-          Pero te gustaría.

-          Tampoco he dicho eso…

-          Tampoco lo has negado.
 -          ¿Podemos dejar de hablar de sexo durante un día? Siempre estás igual…- contesté mirando hacia otro lado avergonzada.

-          ¡Eh! Eres tu quién ha sacado el tema del sexo – se echó a reír.

-          ¡Porque siempre estás pensando en eso! – exclamé exasperada – y pensé que TÚ te referías a…

-          Vamos mujer, no te enfades. Además es completamente lógico y normal que te sientas atraída por él, no has sido la única en caer bajo sus encantos masculinos.

-          No sabía que Janne fuese un donjuán…

-          Y no lo es, precisamente por eso…y por su magnífico cuerpo todo sea dicho…creo que nos llama tanto la atención.

-          Así que tú también te incluyes – le dije.

-          Si…- suspiró de forma algo dramática y me miró con carita de pena (obviamente exagerando) – pero mis encantos femeninos no fueron suficientes para él, me rechazó como ha rechazado a todas las mujeres que he visto que se han acercado a él desde que le conozco.
 -          ¿Y han sido muchas?

-          ¿Tu qué crees? Las mujeres que pasan por aquí no es que sean monjitas de la caridad, algunas fueron muy poco sutiles y él nunca dio muestras de estar interesado – ahí me tuve que sentir algo identificada…- Yo anduve un tiempo detrás suya, pero en cuanto vi del pie que cojeaba me di por vencida.

-          Bueno…quizás se esté reservando para alguien especial.

Violeta sonrió mirándome con picardía.

-          ¿Y tienes alguien en mente?

-          No – dije devolviéndole la sonrisa – pero estoy segura de que será una mujer muy afortunada el día que la encuentre.
 -          ¿Y si ya la ha encontrado?

-          Pues…supongo que tendríamos una razón de peso para explicar lo raro que está últimamente, y sus constantes desapariciones – sonreí al ver que no era lo que esperaba escuchar.

Pero ella no pensaba darse por vencida, la muy cotilla no pensaba parar hasta que le contase lo poco que había pasado entre nosotros.

-          ¿Por qué crees que él te rechazaría? Se nota que hay algo especial entre vosotros, hay que estar muy ciego para no darse cuenta de que el sentimiento es mutuo. Se preocupa por ti y te mira de forma distinta a las demás.

“Porque soy una ninfa y por algún motivo debe protegerme y guiarme a no se donde”, pensé. Pero a ella no le valdría esa explicación.

-          Porque ya me ha rechazado una vez, y sé que ESO no va a pasar nunca. Lo que hay entre nosotros es…especial sí, pero no sé si llegarías a entenderlo.

-          ¡Así que se lo has pedido! – exclamó triunfante - ¡tienes que contármelo todo!
 -          No…no hay mucho que contar – dije tranquilamente - Me insinué en un momento de debilidad…me rechazó y fin de la historia.

Ella suspiró poniéndome una mano en el hombro, estuve a punto de soltarle que no hacía falta que se apenase por mí, ya que había sido una tontería, pero dejé que pensase lo que quisiese.

-          Este chico…no sabe lo que se pierde. Pero tu tranquila, que encontraremos a alguien adecuado para ti – dijo finalmente, como si fuese una especie de promesa – y…bueno a lo que iba – noté cómo cambiaba de tema para evitar que le rechistase - ¿saldrás con nosotras mañana por la noche? Janne – remarcó su nombre – y los demás chicos puede que se apunten. Hace tiempo que no hacemos una salida como Dios manda y tú nunca nos has acompañado. Seguro que te diviertes.

-          Me encantaría pero estoy agotada, si salgo mañana y me acuesto tarde no sé cómo llegaré viva para la actuación.

-          Jo…- hizo pucheros, pero ni ellos tenían la fuerza suficiente para sacarme de casa ese domingo.
 Tenía pensado relajarme y pasar todo el día viendo pelis cutres en la tele. Que era lo que realmente lo único que me apetecía en esos momentos.

-          Vamos no pongas esa cara…la próxima vez iré con vosotros. Sin excusas – le prometí.

-          Vaaaale – contestó con una sonrisa – y ahora no te entretengo más, ¡que descanses princesa!

-          ¡Gracias! ¡Y tú diviértete mucho! Ya me contarás si conociste a alguien interesante – me despedí con un guiño.

-          ¡Con pelos y señales! – bromeó despidiéndose con la mano.

Suspiré y me dirigí hacia los baños compartidos donde mientras me duchaba pensé en la conversación con Violeta.

La verdad es que Janne era alguien muy especial para mí, pero prefería verlo como un hermano mayor antes que seguir metiendo la pata intentando pedirle más de lo que él podía darme. Después de todo había sido bastante claro al respecto.
 Y tampoco era justo para él intentar usarlo para olvidarme de Thaerion, no cuando lo que sentía por él si que no dejaba ningún rastro de dudas.

Aunque si pensaba de esa forma seguramente nunca podría olvidarlo y me quedaría más sola que la una…

-          Bueno…estar sola no es tan malo…- murmuré tras lavarme los dientes.

Pero ni diciéndolo en voz alta sonaba más convincente.

-          ¿A quién quiero engañar?
 Llevaba diez años “sola” y habían sido una mierda. Necesitaba hacer algo al respecto…

(Minutos más tarde)

Después de la ducha fui a mi cuarto y me tumbé un rato para leer. Eran aproximadamente las once de la noche cuando me llegó un mensaje al móvil.

“Hola, soy Fran. He pensado en pasar mañana por el videoclub y hacer una maratón de pelis de zombies en mi piso ¿Te apuntas?”

Sonreí mirando el móvil y le respondí enseguida.
 “Hemos pensado en lo mismo, me gusta la idea de los zombies”

No tardó en contestar.

“¡Genial! ¿Me paso mañana por Shelüne y te recojo?”

Pensé en la respuesta y en lo curiosa que podía llegar a ser la casualidad en ciertos momentos. La verdad es que la idea de pasar la tarde viendo pelis con un amigo se me antojaba mucho más atractiva que hacerlo sola.

“Claro. Pásate sobre las seis, yo me encargo de llevar la comida basura”

“Ok. A las seis me tienes allí. Buenas noches Ali”

“Buenas noches Fran”

***
 -          ¿Has hablado con ella ya?

-          Si, hemos quedado mañana para ver unas pelis. Me pasaré por Shelüne a recogerla.

-          ¡Bien! ¿Habéis quedado en tu piso no? – preguntó dándolo por sentado.

-          Si...

-          ¿Y estaréis solos…?

Fran podía adivinar una sonrisilla al otro lado de la línea.

-          Mi compañero de piso va a estar el finde fuera así que si no se presenta antes de tiempo supongo que si.

-          Tienes una oportunidad perfecta, no la desaproveches – le dijo.

-          Sólo vamos a ver unas pelis…- aclaró empezando a sentirse bastante nervioso.
 -          Ya, claro. ¿Quieres que te cuente cómo acabaron mis citas de “sólo vamos a ver unas pelis”?

-          Erm…no.

Por desgracia ya empezaba a imaginárselo.

“Me pregunto si no hubiese sido mejor invitarla a algo un poco más romántico…”

-          Bueno, te dejo querido…que empieza mi programa. Que pases buena noche.

-          Igualmente.

-          Y que no se te olvide ir bien equipado, ya sabes a qué me refiero…

Francessco pensó que se refería a las películas, los ganchitos, la coca cola y unas cuantas mantas por si hacía frío.

-          Claro – contestó con una sonrisa inocentona.

-          ¡Adios!

-          Adios…

Colgó y se quedó mirando el móvil en silencio. 
 Hablar con Violeta y hacer planes con ella siempre le ponía nervioso. Pero quizás fuese la oportunidad perfecta para poder pasar una agradable velada a solas con Alice.

-          Bueno, ya has dado el primer paso Francessco – se dijo - ahora no la cagues.

Y quizás así poder confesarle sus sentimientos…

(Siguiente capítulo)
(Comentario sobre este capítulo)
(Capítulo anterior)