Y por fin llega el momento de revelar quién era la peculiar chica de la imagen de Facebook...jijiji creo que nadie lo adivinó :P
Me ha costado bastante, pero espero que los problemas con el juego no me retengan de nuevo tanto tiempo, aunque me parece que el fallo no está del todo solucionado y aun me sigue dando el pantallazo azul de vez en cuando (kernel data inpage error o algo así >_<), pero vaya, lo importante es que de momento puedo volver a iniciar el juego y me va más o menos, así que puedo ir sacando imágenes para los siguientes capítulos.
En breve subiré también otro nuevo capítulo en mi otro blog (Errores Reincidentes) para quien quiera leer mi otra historia ^^
Espero que este capítulo os de ganas de más y os revele más cosillas que poco a poco se irán descubriendo a lo largo de la temporada y el final del relato Golpes del Destino. Ya nos vamos acercando al final de esta temporada, así que si no me alargo demasiado terminarán aclarándose pronto muchas de vuestras dudas.
¡Besazos y gracias por leer!
lunes, 9 de diciembre de 2013
Capítulo XXIII: Un Viaje al Pasado I
(PRIMERA PARTE)
Nada más firmar mi contrato en la Compañía preparé mis cosas
y emprendí el camino al pueblo donde Alidaen se había criado, esperaba
encontrar más información sobre ella y ese chico al que tanto nombraba en mi
presencia. Thaerion.
Fue un viaje tranquilo, quería tomarme mi tiempo tanto
dentro de la investigación como en la carretera, y pude disfrutar de un paisaje
distinto al de la ciudad, rústico y lejos de la ajetreada vida a la que estaba tan
acostumbrado últimamente.
Hice varias paradas antes de llegar, pero viajé durante la
noche para no perder demasiado tiempo en moteles de mala muerte que tan malos
recuerdos me traían.
Y al atardecer de mi segundo día de viaje llegué a mi
destino.
Riverview.
Había leído un poco sobre el pueblo, lo típico…buenas
vistas, buena gente y un índice de criminalidad prácticamente inexistente. Te
lo vendían bastante bien en las guías de viaje, por no hablar de las páginas
webs creadas por algunos de sus habitantes más aburridos.
No era raro pensar que un hecho como el de meses atrás, en
la que un importante empresario desaparece y aparece semanas después ahogado en
el lago iniciase todo tipo de rumores de los que yo podría nutrirme para crear
mi propio escenario sobre lo ocurrido.
Seguramente la gente allí tendría todo tipo de historias y
estarían deseando contarlas a los pocos desconocidos que pasasen por allí
preguntando por cotilleos jugosos.
Pero para mi sorpresa, la gente allí no parecía muy
dispuesta a hablar con desconocidos, y menos a dar detalles sobre lo ocurrido.
Nada más llegar noté que la gente me miraba con desconfianza y extrañeza al
acercarme a ellos.
Pregunté a varias personas por la calle, haciéndome pasar
por un detective privado usando una de mis distintas identidades, y lo poco que
pude averiguar no me sirvió de nada, salvo para sospechar que allí todo el
mundo intentaba olvidar lo ocurrido.
¿O quizás ocultarlo?
Sobre Hamming, todos coincidían en que era un buen hombre,
que ayudaba mucho al pueblo y no merecía un final como aquel. Más de uno
sospechaba de su secretaria, y el nombre de Alidaen apareció en varias
conversaciones.
Sobre ella, las opiniones no eran muy distintas a lo que
había leído anteriormente.
Supuestamente había sido una chica problemática desde su
infancia, con un retraso bastante acusado con respecto al resto de chicos de su
edad debido a su pobre educación. Me indicaron el lugar donde se había criado
junto a su abuela y decidí visitarlo al día siguiente, cuando amaneciese.
Por último intenté averiguar algo más sobre Thaerion, y
misteriosamente nadie en el pueblo recordaba al muchacho. Era como si nunca
hubiese existido, y los pocos que lo recordaban lo hacían vagamente y sin dar
muchos detalles, salvo su nombre y poco más.
En principio no le di demasiada importancia, de todas formas
a esas horas era difícil encontrar demasiada gente a la que preguntar fuera de
sus casas. Así que decidí tomarme un descanso y parar por un bar al que me
habían recomendado ir si quería información.
El “Winchester” era el local de moda del lugar, y por lo que
vi lo era desde la época colonial (por lo menos).
Y como en todo garito de mala muerte que se precie me dieron
una cálida bienvenida.
-
¡Mira por
dónde vas, gilipollas! – gritó un tipo tamaño cómoda (porque a ropero no
llegaba), que apestaba a vómito y alcohol.
-
No soy yo
el que no distingue entre persona y puerta de roble, así que aparta –
contesté continuando mi camino.
Pero el tipo se volvió y me
empujó contra el marco de la puerta.
- ¡¿Me estás vacilando?! - me quedé quieto mirándole fijamente, y al cabo de unos segundos su mirada turbada por el alcohol adoptó un gesto que pasó de la ira a la sorpresa, y después al terror en cuestión de segundos - T-tú...n-no puede ser...- comenzó a tartamudear trastabillando hacia atrás cómicamente, como si acabase de ver a su peor pesadilla.
Normalmente le habría seguido
ignorando hasta que se cansase de hacer el capullo, pero estaba claro que me
había confundido con alguien, y podía imaginar con quién. Di un paso hacia él
para cogerle de la pechera antes de que saliese por patas, pero alguien me
detuvo agarrándome del brazo.
El tipo huyó antes de que pudiese
detenerlo y me volví para mirar ceñudo a la persona que tenía a mi lado.
-
No
pierdas el tiempo con él, no merece la pena.
Era una mujer de unos treinta
años, una preciosidad tatuada y con pintas punk que a pesar de su
aspecto no me hizo perder el interés en aquel borracho.
-
Acabo de
perder una buena oportunidad de saber qué coño pasa en este pueblo conmigo, así
que espero que tengas una explicación del porque me has detenido.
-
Tranquilo
chico duro - La chica colocó una mano en su cadera y sonrió mirándome como
si me tratase del típico tío que va buscando broncas por donde pasa - Para empezar Tom está demasiado borracho
para decirte algo coherente.
-
Y supongo
que ya no podré comprobarlo por mí mismo.
-
Seguramente
puedas alcanzarlo aun – se dio la vuelta sin dejar de mirarme e hizo un
gesto hacia el interior del bar con la cabeza - pero yo puedo ofrecerte lo que buscas y soy mejor compañía.
Me quedé contemplándola a través
de la puerta de cristal mientras caminaba muy segura hacia la barra y le decía
algo al camarero, esperando, como no, que fuese detrás de ella como un perrito
faldero.
Me gustaban las tías seguras de
sí mismas, más aun si no se andaban con tonterías, pero últimamente no estaba
muy por la labor de bailar al son de ninguna mujer para llevármela a la cama.
Esperaba que tuviese información
que pudiese interesarme y seguir mi camino, aunque debía admitir que prefería
su presencia a la de aquel paleto beodo.
-
Me alegra
que hayas decidido invitarme a una cerveza.
-
No he
venido aquí a ligar – dije claramente – así que espero que merezca la pena.
Volvió a sonreír e hizo un gesto
al camarero para que nos atendiese.
-
Mejor, me
gustan los retos – contestó volviéndose hacia la barra - Sam, un par de cervezas. Invita él. Por cierto, me llamo Zoe.
-
Arian.
El camarero me echo una ojeada
como el que sopesa a su posible adversario. Seguramente habría tenido algún lío
que no terminó de cuajar con la chica del pelo rosa, y yo me había convertido
sin quererlo en uno más que engrosase su lista de capullos indeseables.
Dejé mi billete sobre la mesa y
le di lo que sobraba en propina como señal de buena fe. Él dejó un par de
botellines, unos quicos rancios y se fue a atender al resto de clientela y
limpiar las mesas.
-
¿Qué
vienes buscando en un pueblo como este? Está claro que eres un chico de ciudad.
-
Creía que
tú lo sabías – esta vez fui yo el que adoptó una actitud algo sobrada para
darle de su propia medicina - ¿O era sólo una estratagema para entrarme?
Ella volvió a mirarme fingiendo
curiosidad.
-
¿Y qué
pasa si es así?
-
Que ahora
mismo estaría perdiendo el tiempo, y eso es algo que no me gusta demasiado.
-
¿Sabes
que esa no es forma de ligar con una chica?
-
Ya te he
dicho que no he venido a ligar. Así que iré al grano. Estoy buscando información
sobre una tal Alidaen y su supuesto novio.
-
Thaerion.
Me sorprendió que fuese tan
directa, era la primera persona que decía ese nombre sin titubear, lo cual hizo
que me alegrase de no haber seguido al otro tipo, aunque empezaba a tener mis sospechas sobre él.
-
Así es
¿le conoces?
-
Puede,
por aquí no se suele hablar de él.
-
Ya me he
dado cuenta, pero no parece que en tu caso sea un problema.
-
No lo es.
-
¿Y tú me
hablarás de él?
-
Depende
de las birras a las que me invites.
Me guiñó el ojo y dio un trago a
su nueva cerveza, acercando la boquilla a sus labios de una forma muy
sugerente.
Normalmente le habría seguido el juego
y habría intentado continuar con el interrogatorio en un lugar más íntimo, pero
decidí comportarme como un caballero y mantener la compostura.
-
Está bien.
Comienza hablándome de ella, a poder ser para decirme algo más que pueda
servirme de ayuda y no sea que era una marginada y le gustaban los chicos
rebeldes.
-
A ella
sólo le gustaba un chico, y si, era un rebelde. Pero estaba loco por ella –
el gesto de su ceño al decir esto hizo que tomase mis propias conclusiones,
pero no dije nada y dejé que continuase hablando – apenas tenían contacto, los dos eran muy suyos…y sobre todo él, no
solía relacionarse con nadie y lo único que hacía era observarla desde la
distancia.
-
¿Tú los
conocías en persona?
Guardó silencio unos segundos y
me miró fijamente, después asintió con un leve cabeceo y dio otro trago.
Música: Sun Kill Moon - Alesund
- A él más que a ella. Era un buen chico, y yo era una de sus pocas amistades.
- A él más que a ella. Era un buen chico, y yo era una de sus pocas amistades.
-
Hablas de
él en pasado ¿Sabes si le ocurrió algo?
-
Desapareció
sin más, dijeron que se había ido a vivir a casa de unos familiares, fuera de
la ciudad. Pero yo sé que su única familia vivía en Riverview.
-
¿Y ella
cómo se lo tomó?
-
Pues mal,
dejó de aparecer por el instituto y volvió a encerrarse en su mundo. Los chicos
del pueblo hablaban mal de ella, comenzaron a expandir rumores absurdos sobre
que estaba embarazada y que él había desaparecido porque no quería hacerse
cargo del niño, después dijeron que el señor Lehmann le había pagado el aborto,
que se acostaba con cualquiera. Ya sabes lo capullos que pueden ser una panda
de adolescentes humillados. Con el tiempo comenzaron a decir que tenía un lío
con su tutor. Se armó una buena.
Su tutor, el mismo que
desapareció también de forma misteriosa.
-
Por lo
que me cuentas parece que todos hicieron piña contra ella. ¿Y no crees que nada
de lo que decían era cierto?
-
No creo
que Thaerion la dejase preñada, ni tampoco que ella fuese de las que se
acuestan con todos. Solía ignorar bastante a los chicos de su edad. Pude
observarla durante mucho tiempo y sólo se relacionaba con Lehmann y su mujer.
Tras la marcha de Thaerion la vi muy apagada, la verdad es que me daba algo de
pena – hizo una pausa para seguir bebiendo y saludó a un par de chicos que
entraron en el bar - Sobre lo de Lehmann…tampoco
lo puedo confirmar, aunque es cierto que estaban muy unidos y su mujer no es
que le tuviese a ella mucho aprecio.
-
Por lo
que tengo entendido Lehmann también desapareció.
-
Así es, y
no fue el único tipo que estuvo cerca de ella que lo hizo. Supongo que habrás
oído hablar de Hamming.
-
El empresario.
- Sip, ella trabajaba para él.
-
¿Tú
también piensas que ella tuvo que ver con su desaparición?
-
No lo sé,
es raro la verdad. Apareció muerto en el mismo lago donde solía verse con
Thaerion cuando eran críos. Era de las pocas personas que solían ir allí, y
justo en ese momento desapareció sin dejar rastro. La verdad es que es
sospechoso.
-
¿Y crees
que ella tendría algún motivo para matarlo? Al fin y al cabo era su jefe y el
que pagaba sus facturas.
La chica recapacitó unos segundos
antes de continuar hablando.
-
Creo que
si lo hizo los tendría. La he visto y sé que sabe defenderse, y que no duda en
hacerlo cuando corre peligro.
Aquello coincidía perfectamente
con lo poco que conocía de Alidaen, yo mismo le había visto defenderse y
enfrentarse a un grupo sediento de vampiros. Aunque no fuese de forma muy
inteligente.
-
Pero todo
el mundo habla maravillas de ese tal Hamming – dije intentado averiguar su
opinión sobre él - era un hombre con una
reputación intachable.
Cosa que aumentaba mis sospechas
hacia él, pocas personas llegaban tan lejos sin pisar a nadie y sin dejar
rastro de mierda, por inodoro que éste fuese.
-
Hamming
era un capullo, lo que pasa es que este pueblo está lleno de lameculos. Además,
cuando alguien muere la gente tiende a ensalzar sus virtudes y olvidar el
resto.
Me empezaba a gustar esa chica,
al fin encontraba a alguien coherente en ese pueblo que no pareciese seguir al
rebaño de paletos de turno.
-
¿También
le conocías?
-
No mucho,
pero conozco bien a los tipos como él que se creen que por ser guapos y ricos
pueden tener todo lo que desean.
-
¿Así que
sospechas que no era buena persona por ser rico y guapo? – pregunté
esbozando una ligera sonrisa mientras bebía con ella.
Ella se apoyó en la barra y alzó el
mentón orgullosamente.
-
Exacto
– contestó rotundamente mientras me miraba de arriba abajo - Al igual que lo sospecho de ti.
-
No sé si
debería sentirme halagado o no por ello…
-
Deberías.
Te he llamado guapo…y que tienes pinta de tener dinero.
La conversación comenzaba a
desviarse un poco, pero el alcohol empezaba a soltarme la lengua y me apetecía
seguirle el juego al tiempo que me ganaba su confianza. Estaba demostrando ser
una buena veta de información.
-
¿Y qué te
hace pensar eso?
-
He visto
la monada que has traído al pueblo, y acabas de soltar un billete de veinte
para pagar dos cervezas y dejar todo el cambio.
-
¿Era de veinte?
No me di cuenta - era una excusa muy pobre, pero no quería quedar como un
capullo.
No entendía porque hacía esas
cosas, supongo que le daba demasiado poco valor al dinero y que cuando me
sobraba me quemaba un poco en los bolsillos. O eso o que era idiota y mi
subconsciente quería caer bien al camarero.
-
Ha sido
una sobrada – comentó ella como si nada – pero por suerte para ti me gustan las personas de dudosa reputación.
-
Oh ¿Y
ahora me estás juzgando por ofrecer una buena propina?
-
Te juzgo
por no ofrecerme otra cerveza si tanto dinero te sobra en el bolsillo.
Sonrió y me mostró la botella
casi vacía antes de dar el último trago que le quedaba. Llamé al camarero y
pedí otras dos cervezas, esta vez intentando pagar lo justo y sin propinas,
pero el tipo se negó a cobrarlas.
-
Esta vez
invita la casa – dijo lanzando una miradita a mi acompañante, a la que ella
respondió con un seductor guiño.
-
Gracias
Samy.
-
De nada
encanto.
Noté que entre los dos había
bastante buen rollo, y que el ánimo del camarero había cambiado bastante desde
que llegué. ¿Al principio le daba asco coger mi dinero y ahora me invitaba a
unas cervezas? Era cuanto menos raro, pero decidí no darle demasiada
importancia y seguir a lo mío.
El coqueteo con la guapa de los
tatuajes no estaba mal, pero quería seguir ahondando en el tema, y recordé que
había dicho que Thaerion sólo tenía familia en el pueblo. Lo cual me parecía
extraño pues todo el mundo actuaba como si no lo conociese de nada.
-
¿Qué me
puedes contar sobre la familia de Thaerion?
Ella apartó la mirada del
camarero y volvió a centrarse en la conversación.
-
Que eran
cuanto menos pintorescos.
-
¿A qué te
refieres? – pregunté extrañado.
-
No sé,
debían pertenecer a una secta de estas raras. Vestían como si viviesen en la
Edad Media y no se relacionaban con nadie. El único que trataba con los de
fuera era Thaerion y su padre no lo veía con muy buenos ojos.
-
¿Una
secta?
-
Si, o algo
así como los grupos estos que viven apartados de la sociedad y parecen vivir en
otro mundo. Rechazaban la tecnología, la ropa actual, incluso cultivaban su
propia comida y criaban su propio ganado. No sé, eran bastante raros. Y
peligrosos. La gente del pueblo no les tenía mucho cariño, los temían.
-
¿Peligrosos?
-
El padre
de Thaerion y sus hermanos entrenaban todos los días con espadas, y mataban con
sus propias manos a los lobos que se acercaban a su ganado. Incluso algunos
decían que los adiestraban para que nadie se acercase a su territorio.
Seguramente fuesen exageraciones, como todo. Pero la verdad es que nunca me
atreví a visitarlo a su casa, se notaba que Thaerion temía bastante a su padre.
-
¿Qué ha
sido de su familia? ¿Siguen viviendo en el pueblo?
-
No, se
marcharon hace años.
Noté que con esto último era
bastante más escueta, y traté de ahondar un poco más para comprobar que no eran
imaginaciones mías, pero lo cierto es que se negó a seguir hablando del tema.
Evadiéndolo o llevándolo sutilmente por otros derroteros.
Cada vez que intentaba averiguar
más sobre la familia de Thaerion, ella se cerraba en banda o intentaba ligar
conmigo sabiendo que no obtendría lo que quería.
Probé a invitarle a más cervezas
y hacer que se soltase un poco más, pero al final obtuve un resultado que desde
luego no esperaba conseguir pero tampoco me extrañaba.
-
Me parece
que ya me has hecho beber mucho y hablar más aun… - comenzó a decir con una
pícara sonrisilla y la mirada nublada por el alcohol - y no seguiré haciéndolo a no ser que me des una vuelta en esa maravilla
que tienes aparcada fuera y te tomes la siguiente en mi casa.
Suspiré para mis adentros, pues
aquello significaba que pasase algo que realmente, y aunque me apeteciese
porque la chica estaba muy bien, no quería. Así que decidí que ya era hora de
cortar la conversación y tratar de seguir buscando por mi cuenta.
-
La verdad
es que estoy algo cansado, he hecho un viaje muy largo y pretendo hospedarme en
algún lado y dormir toda la noche. Mañana me queda un largo día por delante.
-
Puedes
quedarte en mi casa si quieres.
-
No creo
que sea una buena idea – contesté algo turbado por su insistencia.
-
Te
prometo que no haré nada que tu no quieras – contestó enseñando las manos
para que viese que no cruzaba los dedos – además,
tengo algo que puede que te interese ver.
Eso último obtuvo el resultado
que esperaba, pues consiguió avivar mi curiosidad.
-
¿De qué
se trata?
-
Te puedo
enseñar el motivo por el que todos aquí te miran tan raro.
-
Creía que
miraban así a todos los desconocidos.
-
¿Hay
trato o no hay trato?
-
Espero
que merezca la pena.
-
Te
aseguro que no quedarás insatisfecho – contestó insinuante.
Esa respuesta no era precisamente
la que quería oír, o más que nada no lo era la forma en que me miró. Siempre
que una mujer me miraba de esa forma acababa en cueros.
Pero no podía dejar perder una
oportunidad así, por lo que finalmente accedí a ir a su casa, dándole antes una
vuelta en mi moto.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Ausencia por muerte de memoria RAM
¡Buenas a tod@s!
Como ya avisé por Facebook, llevo ausente tanto tiempo porque me es imposible entrar al juego para poder sacar las imágenes de los Sims 3. Desde hace más de un mes mi ordenador empezó a dar problemas serios que me llevaron a tener que formatear el ordenador. Durante unos días después del formateo pude instalar el juego y echar un par de partidas de prueba, pero una semana después, cada vez que intentaba iniciarlo me saltaba el mismo pantallazo azul de antes del formateo, y esta vez impidiéndome entrar de cualquier modo al juego.
He probado varios tutoriales para intentar localizar el problema, pero todo apunta que es cosa de RAM y que voy a tener que comprar un nuevo módulo de memoria. De todas formas no estoy 100% segura de que sea eso y no sea cosa del disco duro, pero como yo no soy una gran entendida de temas de Hardware y me da miedo andar trasteando mucho con las tripas del ordenador tendré que esperar unas semanas hasta que la persona que puede ayudarme venga a mi casa y trate de solucionarlo.
Así que he decidido avisar también por aquí para que los que no tengáis Facebook.
Que sepáis que aun así sigo dándole caña a la escritura, y que no he dejado de lado del blog por motivos de pereza ni porque no desee continuarlo. Estoy deseando poder seguir publicando capítulos de la serie, pero me es imposible sin poder acceder al juego.
Por eso he decidido crear un blog aparte con otra historia distinta, es más adulta y quizás pueda resultar más aburrida por eso de no tener imágenes con las que acompañar el texto, pero si os animáis y sentís curiosidad os invito a que paséis por allí y le echéis un vistazo. ¡Un beso!
Aquí os dejo el link:
miércoles, 9 de octubre de 2013
Más relato...
¡Y a ver si lo acabamos de una vez!
¡Buenas a todos! Si, sigo viva ^^
Después de las vacaciones y otra nueva mudanza (estoy que me salgo este año xD) aquí os traigo por fin la continuación del Relato: Golpes del Destino.
Puede que este capítulo se haga algo más tedioso por contener mucha conversación, y lioso quizás, pero en él he intentado aclarar algunas dudas que han podido ir surgiendo sobre la historia de Édora y los Vanar, y creo que contiene información muy interesante sobre ellos, y que ésta os ayudará a entenderlos mejor (¡o eso espero!). La verdad es que aunque pueda resultar aburrido yo me divertí bastante haciéndolo, sobre todo porque me gusta reunir a esta familia tan curiosa y tratar de sacar a relucir el carácter de cada Laremion, tan distinto pero a la vez tan marcado.
Estad muy atentos a lo que se diga en él, pues esta trama está bastante relacionada con la historia principal, y en especial con los siguientes capítulos de la serie.
Un saludo y perdonad como siempre mis ausencias, ¡un beso enorme para todos!
¡Buenas a todos! Si, sigo viva ^^
Después de las vacaciones y otra nueva mudanza (estoy que me salgo este año xD) aquí os traigo por fin la continuación del Relato: Golpes del Destino.
Puede que este capítulo se haga algo más tedioso por contener mucha conversación, y lioso quizás, pero en él he intentado aclarar algunas dudas que han podido ir surgiendo sobre la historia de Édora y los Vanar, y creo que contiene información muy interesante sobre ellos, y que ésta os ayudará a entenderlos mejor (¡o eso espero!). La verdad es que aunque pueda resultar aburrido yo me divertí bastante haciéndolo, sobre todo porque me gusta reunir a esta familia tan curiosa y tratar de sacar a relucir el carácter de cada Laremion, tan distinto pero a la vez tan marcado.
Estad muy atentos a lo que se diga en él, pues esta trama está bastante relacionada con la historia principal, y en especial con los siguientes capítulos de la serie.
Un saludo y perdonad como siempre mis ausencias, ¡un beso enorme para todos!
RELATO: Golpes del Destino X (Primera Parte)
Golpes del Destino: Capítulo X
(PRIMERA PARTE)
Al llegar a casa de los Lehman,
Alidaen saludó a Herald y su esposa y subió directa a su cuarto. A los pocos
minutos, Herald llamó a la puerta.
-
¿Puedo
pasar?
-
Un
momento.
Terminó de ponerse su pijama de
ovejas y cedió el paso a su tutor.
-
¿Cómo te
ha ido hoy? ¿Has vuelto a visitar a tu abuela?
Alidaen asintió con la cabeza,
temiendo que notase algo extraño en ella. Algo que la delatara por haber besado
a un chico, por ejemplo. Pero por suerte para ella, Herald no tenía poderes que
le ayudasen a leer la mente (o los labios).
-
¿Te pasa
algo?
Alidaen negó y Herald se encogió
de hombros, no dando demasiada importancia al palpable nerviosismo de la
muchacha. Llevaba unas semanas bastante callada desde que le levantaron el
castigo, y las constantes visitas al cementerio empezaban a darle mala espina.
-
Bien, he
venido para decirte que Isabelle y yo hemos estado hablando y hemos decidido
que lo mejor para ti será que vuelvas a incorporarte al instituto cuanto antes.
-
… -
aquello no le hacía ninguna gracia, pero no podía negarse a volver si era lo
que querían sus tutores legales - ¿De
verdad?
-
Sé que no
te hace ilusión, pero verás como no vuelven a molestarte. He hablado
directamente con el director y a la mínima queja volverá a expulsarlos.
-
Como
queráis.
-
¿Seguro
que va todo bien, Alidaen?
-
Sí, es
sólo que me da un poco de miedo volver.
Herald la miró preocupado, desde
que lo supo temió que aquel muchacho hubiese hecho algo más que amenazarla y
burlarse de ella, pero Alidaen se negaba a hablar del tema y sin saberlo a
ciencia cierta no podía hacer nada contra ese malnacido.
-
¿Quieres
hablar de ello? ¿Hay algo que no me hayas contado?
-
No, sólo
quiero descansar un poco.
-
Como
quieras, pero si me necesitas ya sabes que aquí me tienes. Puedes confiar en
mí.
-
Lo sé,
muchas gracias por todo.
-
No tienes
que darlas. Buenas noches, Alidaen.
-
Buenas
noches señor… - la chica hizo una pausa para corregirse y llamarlo por su
nombre, tal y como ya le había pedido antes -Herald.
Al volver a quedarse sola,
Alidaen se olvidó rápidamente de su temor a aparecer por ese instituto para recordar con detalle su último
encuentro en el cementerio. Se tumbó en la cama y cerró los ojos, acariciando
con la yema de los dedos los labios que hacía unos minutos había compartido con
Thaerion.
Y durante horas se negó a
conciliar el sueño para volver a revivir una y otra vez en su cabeza el
recuerdo de su primer beso.
***
El día después de su escapada
para verla, y tras haber dormido unas escasas dos horas, Tanathya llamó a su
puerta para anunciarle que su padre quería reunirlos a todos durante el
desayuno para darles una noticia importante.
-
¡Thaerion!
¡Levanta el culo de la cama y baja al salón pero YA! – dio varios golpes
para enfatizar un poco más y meterle prisas. – ¡Padre quiere hablar con nosotros!
A pesar de las exigencias de su
hermana, Thaerion se vistió con calma y echo un vistazo al patio exterior desde
la ventana de su cuarto. El Sol estaba oculto tras espesos nubarrones grises, y
el ambiente, pese a estar la primavera bien avanzada, era húmedo y muy frío.
Según su madre, días como aquel
eran presagio de malas nuevas. Y teniendo en cuenta que era su padre el que
había mandado reunir a todos sus hijos (después de meses sin apenas dirigirles
la palabra) esperaba no tener que darle la razón.
-
Sentaos
– ordenó el cabeza de familia al llegar al salón principal.
Los tres hermanos tomaron
asiento, colocándose los dos mayores a cada lado del menor. Rethan en cambio
permaneció de pie frente a ellos, mirándoles fijamente. Kheran tenía la vista
fija en sus manos entrelazadas, absorto en sus pensamientos, y Tanathya se
mostraba cautelosa lanzando miradas intermitentes entre unos y otros.
-
Intentaré
ser breve en daros la noticia, ya que se trata de un asunto que he meditado
largo y tendido y no hay vuelta atrás. No quiero quejas de ningún tipo ni reproches.
¿Está claro?
-
Pues
empezamos bien…- murmuró Thaerion.
-
Si, padre
– respondió el mayor dándole un pequeño codazo disimulado - Continúe, por favor.
El chico frunció el ceño y se
cruzó de brazos, esperando que siguiese hablando.
-
Aunque
quizás sea conveniente que os informe antes del tema que quiero tratar para
evitar preguntas innecesarias.
Todos parecían conformes, así que
comenzó hablando del motivo principal por el que los había reunido.
-
Como ya
sabéis…es por culpa de una maldición que estamos atrapados en este mundo –
por el tono de su voz y la mirada fugaz de su padre, Thaerion se dio
inmediatamente por aludido – han pasado
diecisiete años desde que fuimos despojados de nuestros poderes y alejados de
nuestro deber divino. Lo que en Édora sería un fugaz descanso, en este mundo se
convierte en todo un infierno en el que nuestros cuerpos, antaño imperecederos,
se marchitan como si fuésemos simples mortales.
Thaerion miró sorprendido a su
padre, era la primera noticia que tenía de ello. Pues pensaba que incluso ahí,
tanto su padre como sus hermanos eran inmortales. Rethan notó el cambio en el
rostro de su hijo y trató de continuar con su explicación para que lo entendiese
mejor.
-
Si bien
es cierto que vivimos muchos más años y no envejecemos a la misma velocidad que
un humano, es posible que el paso del tiempo nos afecte y tarde o temprano nos
lleve irremediablemente a perecer si continuamos en este mundo – Rethan
hizo una pausa y se dio la vuelta hacia la chimenea para ocultar su rostro.
-
Y no sólo
eso…sino que ahora somos vulnerables al acero, y como por desgracia habéis
averiguado, una simple daga podría provocarnos una herida tan mortal como la de
cualquier arma bendecida por los dioses – a pesar de su fortaleza, su tono
de voz menguó al continuar hablando - De
no haber estado confinados a este lugar…vuestra madre continuaría con vida
junto a nosotros y la tragedia nunca hubiese ensombrecido nuestra casa.
Todos guardaron silencio unos
segundos, era la primera vez que Rethan hablaba de lo ocurrido, y supieron al
instante que el dolor por la muerte de Erailne aún seguía muy presente en su padre.
Al que estaban seguros de que nunca verían recuperarse del todo.
Incluso Thaerion, con el que
nunca había tenido ninguna empatía, se sintió conmovido por su dolor.
-
Es por
ese motivo, por el que desde que pusimos un pie en esta tierra, y en especial
desde el día de su muerte…no he cejado ni un solo día de buscar el modo de
volver a Édora y deshacernos de la maldición que sume a nuestra familia en una
continua desdicha.
-
Todos deseamos
volver, padre – comentó Tanathya – pero
no hay modo de hacerlo. Y creo que debemos tratar de continuar con nuestras
vidas.
-
Hay un
modo – interrumpió Kheran instando a su hermana a guardar silencio – por favor padre, prosiga.
Tanathya y Thaerion miraron
inmediatamente a Rethan, sorprendidos por la afirmación de su hermano. Y mientras la esperanza
iluminó las facciones de la Vanar, la sombra de la preocupación nubló las del
menor.
-
Es
cierto, hemos encontrado una manera de volver a Édora y recuperar nuestros
poderes - admitió dándole la razón a su primogénito - Existe un modo de crear un enlace entre los dos mundos.
-
¿Cómo es
posible? ¿Quieres decir que podemos volver a servir en la guerra contra los
Dalar?
Tanathya estaba exaltada, y a
pesar de las previas advertencias de su padre era incapaz de reprimir su
entusiasmo y preguntar. Aun así Rethan no se molestó, y continuó hablando
temiendo la reacción del menor de sus hijos.
-
Así es
- contestó con calma - Durante años hubo
una aliada que nos ayudó desde las sombras a estudiar el modo de devolvernos a
nuestro mundo, pero un desafortunado incendio acabó con su vida. Y así con la
única esperanza que nos quedaba de recuperar lo que es nuestro.
Thaerion estaba escuchando
atentamente a su padre cuando le vino a la cabeza, justo en ese momento, la
noticia de un trágico incendio en Midnight Hollow, un pueblo vecino, ocurrido
hacía aproximadamente unos cinco o seis años.
Rethan por aquella época había estado más ceñudo de lo normal, y ahora empezaba a suponer el motivo.
En él había muerto una mujer de
mediana edad dejando a una hija de once años huérfana, que había sobrevivido
milagrosamente. Según las noticias, hubo numerosos heridos graves al extenderse
por el bosque y las casas adyacentes. Debido a su gravedad, y al haber estado a
punto de llegar al propio Riverview, tuvo una gran repercusión en los medios.
Que rápidamente alertaron a todos los vecinos y desalojaron numerosos hogares.
El hogar de los Laremion fue uno
de los que corrían peligro de ser alcanzado por el incendio al estar a las
afueras y muy cerca del bosque, pero Rethan se negó a abandonar su casa y
resguardar a su familia en un refugio con el resto. Cuando intentaron
desalojarlos, se opuso tan rotundamente que hasta la policía temió enfurecerlo.
Finalmente los bomberos lograron
detener a tiempo las llamas, pero aquel hecho hizo que en el pueblo les mirasen
con aun más temor, pues algún listo con exceso de imaginación se había dedicado
a extender el rumor de que los Laremion no temían al fuego porque eran inmunes
a él. Se notaba que ninguno conocía el orgullo de su padre…capaz de condenarlos
a morir abrasados con tal de no aceptar la ayuda de simples humanos.
El muchacho se preguntó si aquel
hecho no estaría relacionado, y si esa mujer que murió quemada no sería la
misma de la que su padre hablaba.
-
Hace poco…descubrimos
que hay alguien más que conoce el secreto del Portal, la clave para volver a
Édora.
-
¿Un
Portal?
-
Exacto,
una Grieta de Manä capaz de devolvernos a nuestro mundo.
-
P-pero
eso es…increíble ¿Cómo no sabíamos nada hasta ahora? – preguntó algo
contrariada - ¡Habríamos hecho todo lo
posible para ayudar! ¿Madre lo sabía?
Kheran contestó esta vez, negando
con la cabeza.
-
Madre no
sabía nada.
-
¿Y tú lo
sabías y no me dijiste nada?
Tanathya empezaba a sentirse
ofendida, pues consideraba que algo así debería haberse hablado antes. Y odiaba
que la excluyesen sólo por el hecho de haber nacido mujer, cuando en Édora había demostrado ser mejor que la mayoría de los hombres a los que se había enfrentado.
-
Yo
tampoco lo supe hasta hace unas semanas, Tanya – contestó el mayor
intentando tranquilizarla – por favor,
escucha a padre.
-
No hay
tiempo para discusiones, aun queda hablar de lo más importante y me estoy
alargando demasiado. Si no os lo dije antes fue porque no pensaba hacerlo hasta
estar cien por cien seguro de que era factible, y sinceramente, después de la
pérdida de la única persona que creía que podría ayudarnos…perdí la esperanza
de que fuese posible – suspiró, frotándose las sienes algo cansado - Hasta hace unas semanas, cuando vuestro
hermano me dio la clave para ello.
A pesar de ser algo claramente
positivo para ellos, Rethan parecía disgustado al decir esto último, y Thaerion
supo que no era algo que a él le hiciese demasiada gracia ni en lo que confiaba
ciegamente. Por lo que estaba seguro de que habría algún otro motivo por el que
había decidido avisarles antes de tener una certeza.
-
Kheran…-
Rethan hizo un ademán hacia su hijo, y se sentó pesadamente sobre uno de los
sillones frente a la chimenea – continúa.
Tras eso adoptó una pose
pensativa y ceñuda, y se mantuvo al margen de la conversación mientras su hijo
proseguía informando a sus hermanos.
-
De
acuerdo – continuó – como bien ha
dicho nuestro padre, hace poco alguien nos dio información detallada sobre una
posible solución, y nos habló extendidamente del funcionamiento de ese Portal y
del Manä, el cual todos los Vanar conocemos pero muy pocos sabemos el alcance
que puede llegar a tener dominarlo.
-
¿Manä? –
preguntó Tanathya - ¿No se supone que es
lo que nos convierte en Vanar?
-
Eso es,
aunque es mucho más complejo que eso. Pero deja que continúe explicando.
-
Adelante.
-
Al
parecer, esta clase de magia es común en nuestra tierra, ya que emplea una energía
que sólo los dioses y sus elegidos, podemos manejar, el Manä. Esa sustancia, o
esencia vital, forma parte de nuestro organismo y nos dota de nuestra
inmortalidad y poderes, por ejemplo. Todas las criaturas sobrenaturales la
poseen, y cuanto más poderosa sea ella, más fuerza de Manä tendrá. El problema
es que fuera de Édora, nuestra esencia permanece dormida, y corremos el peligro
de perderla si no hacemos algo para evitarlo. A efectos prácticos, aquí somos
casi humanos.
-
¿Y se
supone que ese Portal funciona con Manä? – esta vez fue Thaerion el que
preguntó.
-
Así es - afirmó - pero
como comprenderéis…fuera de Édora es imposible encontrarlo, pues no existen
nuestros dioses ni hay criaturas
sobrenaturales.
-
Dicen que
existen otros dioses…- comenzó a decir Tanathya.
Rethan alzó la voz para ser
escuchado.
-
Los
humanos de aquí son tan necios que ni ellos mismos se aclaran sobre las deidades que
existen y las que no. Es inútil buscar algo de utilidad entre ellos.
-
En
realidad…- continuó Kheran – existen
humanos, aunque son muy raros, capaces
de en mayor o menor medida atraer el Manä y manejarlo. Estos humanos, por
motivos que desconocemos, rinden culto a nuestros dioses y han sido favorecidos
por su gracia a pesar de pertenecer
a otro mundo, y es precisamente el Manä que corre en su interior el que les da
sus poderes.
Kheran sacó un viejo libro y lo
abrió por una página que previamente ya tenía señalada, en él aparecía la
imagen de una mujer quemándose en la hoguera mientras un humano, ataviado con
ropas de hombre santo sostenía un crucifijo en lo alto.
-
A la
mayoría solían llamarlos Brujos o herejes, y los que eran descubiertos acababan
torturados y quemados en la hoguera. Hace años hubo una gran masacre por parte
de la llamada Inquisición, que acabó con la gran mayoría de ellos. Hoy en día,
son casi un mito y nadie cree que realmente tuviesen poderes. Pero sabemos que
no es así, pues padre conoció a una de las descendientes de éstas…
-
Pero sus
poderes son escasos y ridículos, no pueden hacer casi nada sin Manä, y la única
humana que conocía que poseía este don murió – cerró el libro de golpe y lo
lanzó a la chimenea – y también lo hizo quemada.
Todos se quedaron en silencio
observando como las llamas consumían lentamente el libro que Kheran les había
mostrado.
A medida que hablaban, el humor
de su padre iba empeorando.
-
¿Y si
murió la única Bruja que podía ayudarnos a crearlo? ¿Cómo se supone
que vamos a hacerlo? – inquirió Tanathya.
-
Aceptaremos
la ayuda de alguien que posee un Diamante de Manä, una reliquia cuyo interior
aloja suficiente energía para abrirlo durante unos breves segundos.
-
¡Pero eso
es perfecto! – exclamó Tanathya - ¡Volveremos
a nuestro hogar!
-
No lo es
– cortó Rethan – pues sólo posee el
poder para transportar a una única persona.
-
¿C-cómo…?
¿Sólo uno de nosotros podrá ir?
-
Esa
persona se encargará de reunir en Édora el Manä necesario para volver a abrir
un Portal capaz de trasladarnos junto a nuestro hogar, como el día que fuimos
Exiliados. Y de ella dependerá nuestro futuro como Alados.
-
Padre,
dejadme que sea yo quien lo haga – rogó la mujer, quien deseaba con todas
sus fuerzas volver para servir en la guerra – mataré a tantos Dalar que su energía creará un Portal capaz de
trasladar a todo el pueblo.
-
Confío en
que lo conseguirías – respondió Rethan – pero no es posible.
Tanathya apretó los puños y posó
la mirada en Kheran, estaba claro que confiaría a su hijo predilecto una tarea
como aquella.
-
Te
equivocas – añadió al leer en su gesto - Kheran tampoco volverá a Édora aun. Ni yo tampoco…
Todas las miradas se posaron al
instante en Thaerion, que miraba con incredulidad a su padre.
Rethan ignoró a su hijo y
continuó hablando.
-
Aunque
cualquier Vanar podría encontrar por medio de la guerra la forma de reunir Manä,
sólo uno de nosotros es capaz de absorberlo directamente del recipiente y
usarlo en su beneficio. Siendo esta
forma mucho más eficaz y rápida de conseguir.
Thaerion se removió incómodo, no
entendía de qué coño estaba hablando su padre, pero algo le decía que se estaba
refiriendo a él.
-
Sólo los
elegidos del Dios de las Sombras son capaces de obtener de la esencia vital de
las criaturas su Manä y usarlo a su antojo. Son tan poderosos que incluso son
temidos entre los Alados y repudiados por ellos, y su poder es tal que a menudo
se dice que nacen malditos, pues la tragedia suele acompañar a aquellos que
nacen con ese don.
La acerada mirada de su padre lo
atravesó al decir esto último.
-
Fue el
nacimiento de uno de estos Vanar el que provocó nuestro Exilio…y
paradójicamente, será precisamente él quien nos lleve de vuelta a Édora - Una
sonrisa tan cansada como irónica relajó un poco sus duras facciones tras
concluir. - Enhorabuena, Thaerion.
El muchacho se quedó boquiabierto,
incrédulo por lo que acaba de oír, y Tanathya rápidamente salió en su defensa.
-
Pero
padre ¡es una locura! Thaerion no ha recibido ningún entrenamiento, es
demasiado joven y la vida en Shelüne demasiado dura, no aguantaría ni una
semana viviendo allí. Sería condenarle a él y condenarnos a nosotros en este
mundo. Tanto Kheran como yo estamos más capacitados para hacerlo.
-
Debemos
confiar en nuestro hermano, Tanya. Ahora nuestro futuro depende de él. Y sé que
hará todo lo posible para lograr tener éxito en este cometido.
-
No me lo
puedo creer – contestó ella - ¿Tú
estás de acuerdo en todo esto?
-
Si padre
ha decidido que sea así será porque es lo mejor para nuestra familia.
-
Será la
oportunidad de demostrar que Thaerion es un verdadero Laremion – zanjó
Rethan.
-
¡Y una
mierda! – exclamó el aludido sorprendiendo a sus hermanos - ¡será la oportunidad perfecta para
deshacerte de mí! ¿Me has tomado por estúpido? ¿Piensas que voy a creer que lo
haces porque confías en mí?
-
¡Se
respetuoso, Thaerion! – le ordenó Kheran.
-
¿Qué sea
respetuoso? ¿Qué respeto quieres que sienta hacia alguien que siempre me ha
culpado de todas las desgracias de esta familia?
Rethan caminó directo hacia su
hijo y lo agarró del cuello obligándole a sostener su mirada.
-
Harás lo
que yo te ordene o morirás aquí mismo como un traidor. Soy tu General antes que
tu padre, recuerda esto antes de volver a atreverte a contradecirme.
Thaerion entrecerró los ojos e
intentó tragar saliva, le costaba hasta respirar
por la presión que ejercía la poderosa mano de su padre.
-
Padre…calmaos,
os lo ruego.
Kheran posó la mano en el hombro
de Rethan y este lo apartó con un empellón, pero logró calmarle.
-
Dentro de
una semana se abrirá el Portal, y espero que estés preparado para cumplir con
tu deber por una vez en tu vida.
Tras esto, y sin decir una
palabra más, Rethan abandonó el salón y se dirigió hacia las escaleras. El
sonido de sus pesadas botas retumbaba en la sala, silenciando el sonido de la
acelerada respiración del muchacho y sus resuellos.
Thaerion estaba destrozado, no
podía dejar de pensar en todo lo que tendría que abandonar para volver a un
lugar que ni siquiera consideraba su hogar. Y en especial de pensar en ella, a
la que no volvería a ver jamás.
Alidaen era lo único por lo que
él había deseado luchar de verdad, y querían alejarlo de ella.
-
Hermano –
Kheran se agachó mirando compasivamente al muchacho, cuya impotencia hacía que
las lágrimas que intentaba contener bañasen la madera del suelo - Te está dando la oportunidad de redimirte,
volver a Édora es una bendición para un Vanar. Es un todo honor, Thaerion, no
un castigo.
-
¡Yo no
soy un Vanar! – exclamó poniéndose en pie con el rostro desencajado por el
dolor - ¡Y no tengo que redimirme por
nada! ¡Fue él quien engendró la maldición en el vientre de nuestra madre, y
quien no tuvo el valor de matarme hace años!
Thaerion salió corriendo evitando
así que le viesen en ese estado, y antes de que pudiesen detenerlo tomó a su
caballo y huyó de casa.
“¡No soy un Vanar! – gritaba su interior - ¡Y nunca volveré a Édora!”
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