viernes, 23 de septiembre de 2011

CAPÍTULO VI.II

❧❃❧ VI. NOCHE DE BRUJAS ❧❃❧

❃ (SEGUNDA PARTE) 

Escuché la voz de Salma a mis espaldas.

Me di la vuelta y la vi plantada delante de mí con cara de pocos amigos. Me dolía la cabeza y me sentía bastante afectada después del encuentro con aquel hombre, así que no estaba de buen humor para enfrentarme a su mal genio.
- ¿Se puede saber qué haces ahí parada como una imbécil?

- ¿Dónde está todo el mundo? ¿Y Thae… - rectifiqué enseguida - Valo?

- Acabó de tocar hace más de media hora y Beth se lo llevó fuera, no te aconsejo que lo esperes levantada – contestó con voz insinuante.

¿Media hora? ¿De verdad había pasado tanto tiempo?

A pesar de no saber si era él realmente sentí como si acabase de recibir un puñetazo en pleno estómago. Salma debió notarlo, porque sonrió satisfecha.

- Mala suerte bonita, otra vez será. Y ahora haz algo de provecho y limpia el baño de los tíos, un cerdo acaba de echar la pota fuera.

No le hice ni caso y tampoco quise que me viese llorar, así que me fui de allí todo lo rápido que mis pies me permitieron.

Corrí hacia la planta de arriba y entré en el cuarto de baño cerrando la puerta de golpe. Los nervios me atacaron con tanta fuerza que tuve que apoyarme en el lavabo para no caer al suelo.

Aquello no podía estar pasando.

Lo había tenido tan cerca…
Y ahora estaba a punto de perderlo todo por culpa de aquel desconocido que parecía saber mi secreto.

¿Qué podía hacer?

Me miré en el espejo roto del baño de chicas y vi el reflejo de mi rostro aterrorizado, demasiado para afrontar aquello en esos momentos. Aparté la vista hacia un lado y me mordí el labio inferior mientras pensaba qué excusa pondría a mi jefe para salir.

Finalmente me decidí por lo simple: que no me encontraba bien y necesitaba tomar un poco el aire, lo cual era cierto.
Jake no puso ningún impedimento y me dio el resto de la noche libre, se notaba que habíamos hecho una buena caja ese día y estaba de buen humor.

Estuve a punto de preguntarle por el cantante, pero al final decidí olvidarme del tema, tenía demasiado por lo que preocuparme en ese momento.

Decidí bajar por las escaleras de emergencia para no cruzarme con Salma de nuevo, y al cabo de unos minutos me encontré en medio de un callejón oscuro y mugriento que olía a una mezcla de orina, pescado podrido y a saber qué más. Una mezcla asquerosa que me revolvió aún más las tripas.
A mis nervios se unió la inquietud por encontrarme en esa callejuela a oscuras y decidí salir de allí enseguida. Apreté el paso todo lo que pude pero volví a notar aquellos fríos dedos alrededor de mi brazo.
Di un grito por la impresión y el desconocido, que se movía asombrosamente rápido, me atrapó contra la pared poniendo una mano en mi boca.

- Shhhh…shhhh – comenzó a hablar entre susurros – no hace falta que grites, sólo soy yo…

Por eso mismo sentía ganas de gritar hasta quedarme sin voz, pero claramente él no pensaba dejarme hacerlo.
♫ Immediate Music - Guilty as Charged ♫

- Ahora vas a calmarte y mantenerte en silencio.

Hizo una pausa y por su mirada parecía querer una respuesta. Yo me limité a asentir con la cabeza, nada segura de poder mantenerme calmada en esa situación.

- Sólo hablarás cuando yo te lo pida, y lo harás sin llamar la atención.

Quería negarme a aceptar sus órdenes, contestarle que se fuese al infierno y largarme de allí, pero por un extraño motivo al retirar la mano de mis labios me quedé en silencio y volví a cabecear asintiendo.
Entonces me dio la vuelta agarrándome de la cintura y colocó una mano en la pared, impidiéndome el paso.
Le miré a los ojos y pude percibir aquel extraño brillo de nuevo.

Él me dedicó una sonrisa lobuna y volvió a acercar su rostro al mío, para después desviarse hacia un lado y aspirar profundamente el olor de mi pelo. O eso pensé.

Si quería que aquello resultase atrayente le fue bastante mal, hacer eso en un callejón apestoso no era la mejor idea y tal como esperaba puso una cara de asco que le deformó los rasgos.
Quise reírme, pero los nervios no me dejaron y seguí pegada a la pared tensa como un palo.

Él se recompuso enseguida y volvió a hablar.

- Será mejor que me sigas. 
- No – contesté rotundamente – lo que tengas que decirme dilo aquí.

Arqueó una ceja, al parecer sorprendido de que me atreviese a contradecirle.

- No es un buen lugar.

- Si querías un buen lugar, haberme “citado” en el parque como las personas normales.

- ¿Cómo las personas normales? – Preguntó echándose a reír – ni tu ni yo somos personas normales.
- Habla por ti, yo no soy la que lleva unos colmillos enormes de pega en la boca y parece que acabase de salir de la tumba – repliqué en un estúpido ataque de rebeldía, y es que no solían aparecer pero cuando lo hacían era difícil pararme.

- ¿Y quién te dice que no son reales? – preguntó volviendo a acercarse a mí a una distancia lo suficientemente imprudente como para ganarse un empujón.

Ni se inmutó, fue como si empujase una roca de dos toneladas.

Volví a ponerme nerviosa y me pegué aún más a la pared, intentando por todo los medios alejarme de él.

- Las personas normales no matan a nadie, Alidaen – susurró tocando con su nariz el lóbulo de mi oreja y pegando sus labios a la piel de mi cuello.
Mis piernas comenzaron a temblar y de no haber estado él sujetándome habría caído al suelo desplomada.

- Yo no he…
- Deja de mentir, lo sé todo – dijo - Y ahora vas a portarte bien si no quieres que te descubra y acabe con esta farsa.

Recordaba aquel tono de voz perfectamente, lo que implicaba una amenaza como aquella y lo que esperaba de mí en ese momento.

Y me negué a volver a vivir esa pesadilla.

Un ataque de cólera invadió todo mi ser y me revolví como pude intentando soltarme.

- Si me tocas un pelo te mato – solté entre dientes.

Él sonrió burlón y acercó una mano a mi pelo para acariciarlo.

- ¡Oh! Mira que pronto ha aparecido tu verdadera personalidad. Pero yo no soy Hamming, así que…- noté su cuerpo pegado al mío, frío y duro como una piedra - ¿qué piensas hacer ahora? Te estoy tocando…

Sentí sus labios pegados a mi cuello mientras preguntaba, suficiente para no albergar dudas sobre lo que debía hacer.

¿Quería provocarme? Pues lo había conseguido.
Mis nervios se transformaron en repugnancia y todo mi miedo en ira. Y mientras me tocaba fui colocando la rodilla entre sus piernas, moviéndome con cuidado bajo el peso de su cuerpo para no llamar la atención. Él debió pensar que había decidido corresponder a sus atenciones porque emitió un sonido placentero y comenzó a lamer la superficie de mi cuello. No pude ver lo que hacía pero de repente sentí un leve pinchazo en la piel.

Respondí automáticamente y con tanta fuerza como mi pierna me permitía en esa posición. Mi rodilla fue directa hacia el punto que quería, y aunque no reaccionó como esperaba, tirándose al suelo y revolcándose entre gritos, le afectó lo suficiente como para permitirme desasirme de su abrazo.
- ¡Joder! – gritó llevándose las dos manos a la entrepierna.

Ni siquiera se encogió, y yo en cambio noté un fuerte dolor en la rodilla, como si acabase de golpearme con una barra de acero, pero eso no me impidió salir corriendo de allí.

Tenía miedo, pero esta vez mi instinto de supervivencia hizo que mis piernas reaccionasen a tiempo. 

Corrí hacia la valla que separaba el callejón de su salida y tiré de la puerta hacia mí. Le faltaba el candado pero alguien la había bloqueado con un tubo de metal doblado uniendo las dos puertas.
- ¡¿Qué demonios…?!

Recordaba perfectamente haber abierto esa puerta antes de entrar a trabajar, y doblar una barra de esa forma requería una fuerza sobrehumana o un soplete y bastante tiempo como para hacerlo sin que te pillen. Aquello no tenía ningún sentido, pero yo no tenía tiempo para pararme a pensar en ello así que intenté trepar por la valla.

No era demasiado alta pero no había recorrido ni dos metros cuando sus dedos atraparon mis tobillos, esta vez lo hizo con tanta rabia que sus uñas se clavaron en mi piel desgarrándola allí donde tiraba. Golpeé con mi pie en su cara repetidas veces, pero no sirvió de nada, parecía hecho de roca. Él siguió tirando de mi cuerpo hacia abajo hasta que caí al suelo.

Grité con todas mis fuerzas, pero a pesar de que nos encontrábamos a poca distancia del bar nadie acudió en mi ayuda.   
El metal de la valla, viejo y oxidado, se enredó en el forcejeo con mi ropa desgarrándola y provocándome varias heridas que comenzaron a sangrar abundantemente.

Lo siguiente que pasó fue tan rápido y confuso que mi cerebro apenas llegó a asimilarlo.

Recuerdo estar tumbada sobre el suelo con él encima, sus ojos rojos ardiendo como si estuviesen hechos de llamas y aquella boca abierta de par en par mostrando esos colmillos que en aquel momento resultaban más aterradores que nunca. Recuerdo su mirada furiosa y el dolor provocado por mis heridas, el olor a la sangre que emanaba por éstas y el terrible gruñido que se escapó de su garganta. Como el de un animal hambriento.
Recuerdo haberme sentido al borde del desmayo al darme cuenta de lo cerca que estaba de morir a manos de ese psicópata, y cómo a pesar del cansancio y el terror que sentía me revolvía con todas mis fuerzas tratando de quitármelo de encima. Pero era imposible, nunca podría hacer frente a una fuerza como aquella.

También recuerdo un dolor lacerante en el cuello y su boca pegada contra mi piel succionando gota a gota mi sangre. Su cuerpo cada vez más duro contra el mío, cada vez más cansado. Y una extraña y relajante sensación abriéndose paso a través de mis venas a medida que perdía las fuerzas y me entregaba a su abrazo.
Recuerdo que cerré los ojos un instante y disfruté cuando se apretó contra mí, pero que volví a abrirlos cuando dejé de sentir su peso sobre mi cuerpo.

El último recuerdo que tengo es el de sus ojos abiertos de par en par, clavados en los míos, pero esta vez inertes en una mueca de sorpresa.

  Una figura oscura atravesando su pecho con una daga.   
  
Y después de eso…nada.


7 comentarios:

  1. Sinceramente, cada vez lo haces mejor. Si es cierto que las poses las creas tú..., he de decir que es INCREIBLE. Lo haces como una autentica profesional. Y lo digo porque la patada en las partes ha sido de risa, lo has hecho a la perfección con la expresión del rostro. La historia cada vez resulta más interesante de leer. Y sigo esperando por saber quien es el chico que la a salvado. Por dios, escribe pronto el siguiente capitulo o me dará un infarto jajajjjaa. Bueno, sigue así que lo haces muy pero que muy bien.

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  2. Muchas gracias Noemy!! Algunas poses si las he creado yo, por ejemplo en este capítulo he añadido la del mordisco en el suelo, la de la patada en los cataplines, la del ataque con el cuchillo...pronto las añadiré a un pack que estoy creando de poses, lo que pasa es que algunas las he dejado para el siguiente porque aún quiero perfeccionarlas. También he añadido poses que me parecen increíbles creadas por otras personas, por ejemplo me encanta la que sale el chico cogiendola por detrás y tapándole la boca que la encontré en una página coreana o de por ahí.

    Y bueno la expresión del tio después de la patada no es mía, realmente lo que hice fue copiar la expresión de la cara de las sims al parir y añadirla a mi pose, así queda más realista jajaja. Aunque la mayoría que he creado ha sido haciéndolas desde cero. De todas formas en el pack cuando use alguna modificación de EA lo pondré como nota ya que no me gusta atribuirme méritos que no son míos, y más aún cuando estoy empezando y me queda tanto por perfeccionar >_<

    Y bueno el siguiente capítulo ya lo tengo hecho y no te preocupes que pronto sabrás quién es el chico jijiji

    Besos y muchas gracias por tu comentario!

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  3. oh my god genial esta increible. wow :O

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  4. Muchisísimas gracias por llegar hasta aquí y comentar!! me alegro de que te esté gustando tanto! a este ritmo te acabas de leer la serie en dos días jajaja espero que siga gustándote ^^ ¡Un beso!

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  5. Such emotion... fear, surprise, sadness, a deep deep sadness... the pictures are breathtaking...

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    1. I love that chapter made ​​you feel all these emotions, thanks Zhippidy!

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  6. Genial todo el capi he quien será el que salvo a ali
    Besos sigue asi

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