viernes, 28 de octubre de 2011

CAPÍTULO X

 ❧❃❧ X. DESCONOCIDOS ❧❃❧ 

(Bridgeport - 2 de Noviembre de 2010)  
Sally nunca me fallaba (salvo si se quedaba sin gasolina), era mi mejor remedio para olvidarme de todo.
Y en aquella ocasión necesitaba más que nunca huir de mis propios pensamientos.

No era tan divertido como volar, ni tan arriesgado como recorrer Édora de punta a punta sobre uno de sus caballos salvajes, pero me encantaba viajar sobre ella y abandonarme durante horas a aquella frenética sensación que te recorre cuando ves pasar a toda velocidad el mundo que te rodea.
De todas formas tampoco tenía nada mejor que hacer, así que simplemente me dejé llevar.

Si llego a saber antes que terminaría en el mismo lugar del que pretendía huir…

(Unas horas antes...)

Eran casi las cuatro de la tarde según el reloj  de una pequeña farmacia situada en el centro. El bar hasta las seis no abriría, y yo no podía presentarme descalza y con esas pintas si quería convencer a mi jefe de que no me echase. Así que decidí pasar por casa antes para darme una ducha, comer algo y arreglarme.

Cuando llegué vi que Salma me lanzaba una mirada asesina mientras me acercaba a su hermano Jake, el cual suspiró aliviado al verme.
- ¿Se puede saber dónde has estado, Alice? Me…nos tenías preocupados, pensamos que te había ocurrido algo.

- Lo siento Jake…puedo explicarlo.

En realidad no podía hacerlo, no podía decirle que había amanecido  tirada en el puerto, ni que habían intentado matarme cuando estaba intacta y poco segura de que aquello hubiese pasado realmente.

- Si tuvieses un maldito móvil podríamos al menos contactar contigo – dijo Salma desde el otro lado de la barra, parecía ella más enfadada que su hermano – a saber que has estado haciendo para no dar señales de vida.

- Lo siento yo…he estado…enferma – otra vez mintiendo, ¿pero qué podía decir? Necesitaba conservar mi trabajo - tenía que haber avisado, pero no pude salir de casa.
Jake me miró con seriedad, y por un momento temí que me mandase a paseo, pero finalmente relajó su gesto a uno más comprensivo y me tendió el trapo que estaba usando para limpiar las mesas.

- No vuelvas a desaparecer de ese modo, la próxima vez envía a alguien para que nos avise.

Como no mandase una paloma mensajera…

- Gracias Jake. Haré horas extras hasta cubrir las que he faltado.

Me dedicó una sonrisa y salió de la barra para relajarse un rato en la planta de abajo mientras yo me quedaba sola con Salma, que no parecía muy contenta por la reacción de su hermano.
- Es demasiado blando contigo – comentó molesta - pero no te preocupes, que vas a limpiar baños hasta que se te caigan las uñas de la mierda.

Estaba harta de que me tratase de esa forma, pero era mi encargada y aunque me costase soportarla prefería callar y mantener mi trabajo que contestarle y ganarme un despido, así que la ignoré y me coloqué detrás de la barra para empezar a trabajar.

Al poco rato llegó Beth, y a pesar de lo poco que me interesaba tener que escuchar sus historias se pasó la tarde contándolas.
Que si el profesor de aerobic le había tirado los trastos en la puerta de los vestuarios, que acababa de comprar un nuevo sujetador que añadía dos tallas de pecho, que los yogures de bífidos activos eran un timo, que si se había olvidado el tanga en el almacén…

No les hice demasiado caso y seguí a lo mío, hasta que después de media hora de parloteo Salma sacó el maldito tema que hizo saltar mis alarmas.

- Pero mira que eres zorra nena – al parecer esa palabra también se usaba como “calificativo cariñoso” entre ellas – mira que tirártelo en ese cuartucho mientras las demás – y remarcó esa palabra para referirse a sí misma solamente – trabajábamos…

Si ella llamaba trabajar a tontear con un hombre armario era su problema.
Me miró de reojo, y lanzó una sonrisilla al darse cuenta de que me había quedado mirándolas con cara de boba.

Me había olvidado del cantante…pero ¿acaso importaba? No era él, y me obligué a no volver a relacionar a cualquiera con Thaerion. Él nunca habría terminado con una desconocida con fusta en un almacén.

- Jijiji, ya ves…pero qué le voy a hacer, el cuero les vuelve locos – después se dirigió hacia mí - ¿has visto Alice? Te dije que conseguiría liarme con él.

- Jeje…sí.
¿Sabéis de estas veces que te entran ganas de estamparle la cara a alguien sobre la barra para quitarle esa sonrisilla de idiota?

Pues así me sentí justo en ese momento, cuando las vi mirarme como si esperasen que volviese a reaccionar saliendo corriendo hacia los baños.

Supongo que en parte estaba celosa, sino no me habría importado ni lo que decían ni las miraditas que me echaban, pero me negaba a darles esa satisfacción y seguí trabajando como si nada.

- ¿Has vuelto a quedar con él? – preguntó Salma interesada.

- No, pero le di mi número y seguro que me llama tarde o temprano, creo que tenía bastante trabajo.

- Seguro que tiene varios contratos, es bastante bueno tocando.

- Jajajaja ni que lo digas… - contestó insinuando lo que todas imaginábamos.
- Jajaja ya te vale tía.

JA-JA-JA

“Ni se te ocurra irte al baño ahora” “Y deja ese cuchillo, mira cómo has dejado al pobre limón…”

- Y tú qué, ¿Qué tal con tu cavernícola?

Desconecté.

Ya había escuchado suficiente durante ese día.

Mi estado de ánimo no es que estuviese en su mejor momento después de todo lo que había pasado (de lo que creía que había soñado) y escucharlas no lo mejoró nada, pero me obligué a mí misma a mantener el tipo y hacerles creer que nada de lo que pudiesen decirme podía dañarme.

Las horas pasaron lentamente, y como no había demasiado trabajo Jake decidió darles el resto de la noche libre mientras yo me quedaba hasta la hora de cerrar.

- ¡Genial! – Exclamó Beth felizmente, dándole un beso en la mejilla al jefe - ¡Gracias cielo! ¡Voy a por mis cosas!

- Nos vemos en casa, a ver lo que haces – dijo Salma lanzándole una miradita de advertencia.
- Trabajar hermanita, ya lo sabes – contestó guiñándole el ojo.

Ambas entraron al baño juntas para cambiarse, y yo me quedé a solas con el jefe recogiendo las mesas mientras él atendía a los clientes habituales, me sentí mucho más tranquila después de dejar de escucharlas.

- Espero que no te moleste que les haya dado el resto de la noche libre – me comentó al cabo de unos minutos mientras me acercaba a dejarle la bandeja llena de vasos de tubo vacíos.

¿Molestarme? Al contrario, los limones sin duda agradecerían el gesto.
- Claro que no, te debo unas cuantas horas y hay pocos clientes. Además me gusta trabajar contigo – contesté sinceramente.

Jake sonrió complacido por mi comentario.

No quería hacerle la pelota por ser el jefe, pero era cierto, nunca me decía las cosas de malas maneras ni me gritaba si metía la pata, a diferencia de su hermana. Era agradable trabajar con él, sobre todo porque no sentía ninguna presión a su lado.

- Me alegra oír eso, a mí también me gusta…- carraspeó y noté como se trababa un poco - como trabajas.

Alcé la vista de la bandeja y por un instante nuestras miradas se cruzaron.
Sus ojos oscuros tenían un brillo especial aquella noche y, aunque me cueste, debo admitir que en ese momento me resultaron bastante atrayentes.

Pero aquel repentino y minúsculo interés se disipó enseguida, cuando el rugido de un vehículo bajo la ventana del bar llamó mi atención, a pesar de que la música como siempre estaba bastante alta y nos encontrábamos en un segundo piso.

Jake no se dio ni cuenta, y siguió hablando mientras yo me dirigía movida por la curiosidad hacia la ventana más cercana para echar un vistazo fuera.
- Oye Alice, últimamente has estado bastante ausente y he pensado que quizás te vendría bien charlar un poco después del curro…

Me sentía extrañamente atraía por ese sonido, que ahora no era más que el  suave ronroneo de una moto cerca del bar, seguramente de algún cliente aparcando fuera.

- …y tomar una copa…

La calle estaba casi a oscuras y el único foco de luz procedía de una vieja farola parpadeante.  No vi nada que llamase mi atención, pero al posar la vista en el puerto caí en la cuenta de algo.

- Voy a tirar la basura fuera – dije precipitadamente.

Jake me miró algo perplejo, pero asintió sin decir nada más. No me di cuenta hasta que llegué a las escaleras de emergencia de que había intentado invitarme a salir y yo le había ignorado por completo.

Me sentí bastante culpable por pasar de él de ese modo, pero en ese momento tenía la cabeza en otra parte.

Fui directa hacia el callejón donde supuestamente me había atacado ese desconocido en busca de alguna prueba que demostrase que aquello no había sido un sueño, si era real no debería ser muy difícil encontrar algún rastro de su agresión.

Todo estaba en completo silencio, al igual que aquella noche, y al verme sola en aquel callejón y recordarla con tanta claridad no pude evitar sentir como si estuviese siendo observada.

Tuve que hacer acopio de todo mi valor para no salir corriendo y seguir buscando. Pero por mucho que me empeñé no vi nada raro, ni huellas, ni rastro de sangre…

“Seguramente se borrasen con la lluvia”, recordé tratando de autoconvencerme de que realmente había pasado.

No dejaba de resultarme curioso el querer que ese horrible ataque fuese real, pero no podía evitarlo cuando creía que él había estado implicado.

Pero ni siquiera la valla mostraba signos de haber sido forzada, todo estaba como siempre.

Y yo estaba viva, debería alegrarme de que sólo fuese una pesadilla ¿no?

- Tengo que dejarlo pasar – susurré intentando hacerme a la idea.

Me di la vuelta para volver al bar, pero al hacerlo reparé en dos esferas de color plata brillando al otro lado de la valla.

Entrecerré los ojos, intentando distinguir a la figura que poco a poco iba adquiriendo la forma de un hombre alto y delgado. Tenía el cabello oscuro y largo, recogido en una coleta, y un tatuaje que le cubría el brazo derecho por completo.
Permanecía inmóvil, mirándome fijamente como una estatua de rasgos perfectamente tallados en piedra, tan pálido y etéreo que por un instante temí que se tratase de una aparición.

- ¿Quién eres? – pregunté con más curiosidad que temor.

Di un paso hacia él, intentando acercarme para verlo mejor, pero se dio la vuelta sin decir nada y echó a caminar como si no me hubiese escuchado.
- ¡Espera! – grité siguiéndole hasta el puerto, donde había aparcada una preciosa moto de color negro.

Él seguía caminando tranquilamente, y aunque perdí algunos segundos abriendo la cerradura de la valla logré acercarme lo suficiente para verlo.

- ¿Quién eres? – repetí con cierta dificultad tras la carrera.

Estaba justo detrás de él cuando se dio la vuelta para enfrentarse a mi pregunta.

- Podría hacerte la misma pregunta – contestó con voz grave.
Era idéntico al hombre de mis sueños, y realmente se parecía muchísimo a Thaerion, pero su mirada era distinta. Era la mirada de un desconocido, no de la persona que había jurado volver a por mí y llevarme al fin del mundo.

Pero entonces… ¿quién era? ¿Por qué había soñado con él? ¿Y por qué aun sabiendo que no era Thaerion me sentía de ese modo?

Podía notar que sentía interés hacía mí, pero éste no parecía ir más allá de la mera curiosidad.

- No sabes quién soy… - dije con voz apagada.

Él negó lentamente, sin dejar de mirarme, sus ojos grises eran tan fríos que podía sentir como se clavaban igual que un puñal en mi pecho.

- Dímelo tú – preguntó ahora él, acercándose hasta tenerme a sólo unos centímetros de su rostro.
Lo tenía tan cerca que casi podía sentir el roce de su aliento, y me puse a temblar sin ser capaz de contestar a su pregunta.

Me sentía decepcionada, atemorizada y a la vez atraída por aquel desconocido, tanto que por un segundo temí estar sufriendo algún tipo de alucinación o hechizo, como en mi sueño.

-          Lo siento, creo que te he confundido con otra persona – dije finalmente con voz temblorosa, dando varios pasos hacia atrás para salvar las distancias.

Él se quedó inmóvil, mirándome sin poder ocultar su curiosidad.

No era la primera vez que me miraban de ese modo, tener las orejas terminadas en punta y ojos de duende no ayuda mucho a pasar desapercibida.

-          ¿No vas a decirme quién eres? – insistió.

-          ¿No vas a hacerlo tú? – contesté – fui la primera en preguntarlo.

Podríamos estar así toda la noche y no saber nada el uno del otro hasta el día siguiente, pero a él pareció divertirle ese pequeño juego porque contestó con una sonrisa que hizo que mis piernas temblasen como un flan.

Dioses, que bueno estaba el condenado.

-          Me suelen llamar Valo – dijo finalmente, tendiéndome la mano.
¿Valo? ¿Él era el jodido Valo del que tanto hablaba Beth?

Mi odio hacia ella aumentó por lo menos en diez puntos cuando lo supe. Y mi rencor hacia él también.

¿Por qué?

Por ser tan capullo, es un motivo más que suficiente, ¿no?

-          Y tú eres…

-          Nadie – contesté secamente, dejándolo con la mano colgando.

Mi abuela decía que no hablase con desconocidos y ese era un buen momento para hacer caso a sus consejos.

Me di la vuelta, no sin antes comprobar la cara de estupefacción del chico tras mi respuesta.
Debería haberme sentido bien después de aquel desplante, pero el caso es que no di ni dos pasos cuando me arrepentí de haberlo hecho, sintiéndome como si acabase de tirar por la borda una de las mejores oportunidades de mi vida. Conocer a un músico “famoso”… ¡guauuu!, el sueño de toda adolescente, a las cuales cada vez me parecía más a mis veintiocho años de edad.

Escuché el sonido del motor a mis espaldas y me di la vuelta rápidamente, pidiendo perdón patéticamente por ser tan borde.

-          ¡Lo siento!

A cambio obtuve un nuevo y ensordecedor rugido de su moto como respuesta, y yo me quedé como una boba contemplándolo.

Ver a semejante hombre sobre una Harley no ayudó a que mis hormonas se controlasen…y mucho menos cuando se acercó hasta mí y volvió a dedicarme esa seductora sonrisa.

-          Me llamo… - comencé a decir.

Puso un dedo sobre mis labios para silenciarme.
- Si vuelvo a verte averiguaré tu nombre… - hizo una pequeña pausa, incorporándose  lo suficiente de la moto para poder acercarse a mi oído y volver a hablar – …y mucho más.
Ese “mucho más” sonaba muy mal, o quizás demasiado bien.

Tanto que en ese mismo momento me prometí una cosa: debía hacer lo que fuese por forzar ese encuentro.
Aunque ya temiese sus consecuencias... 


10 comentarios:

  1. Uff, que emocionante, yo no habría aguantado tanto como ella jeje. Espero que ese encuentro no tarde mucho, por que promete ser muy interesante, bss

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  2. Jajaja la verdad es que Alidaen tiene una paciencia tremenda con esas chicas, yo tampoco habría aguantado demasiado ¬¬
    Y sí, yo también espero que llegue pronto ese encuentro, estoy deseando escribirlo, ¡pero no llego nunca maldita sea! >_<
    Pero como dicen, lo bueno se hace esperar...esperemos que luego merezca la pena xDD
    ¡Besos y gracias por comentar!

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  3. vaya con ese par de víboras. Dicen que los tios tienen una cosa en mente, pues acabo de descubrir que las tias tambien. JAJAJAJA. Vaya... z.... Y encima, lo cuentan como si nada.
    Y el encuentro de ellos,ahhhhhhhhhh, ha sido corto pero interesante. Has sabido dejarlo en el mejor momento, y ahora..., espero ver un capitulo en el que los dos se vuelvan a encontrar.
    Me ha encantado. Muy bueno.

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  4. Ya ves, son un poco golfillas jajaja pero la verdad es que he conocido unas cuantas que se parecen xDDDD
    Me alegra que te haya gustado el encuentro de estos dos, y ya verás como avanza la cosa, de momento os esperan aún unas cuantas sorpresas. El problema es que tengo tantas ideas en mente que a veces me saturo y no se por donde seguir, pero intentaré postear cuanto antes la siguiente parte!
    Muchísimas gracias como siempre por tus comentarios, siempre me has animado mucho a seguir escribiendo ^^
    Un besazo wapa!

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  5. Las dos "zorrillas" son totales, ahi dandole al cotilleo sexual. La historia está muy interesante...

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  6. Jajajaja si, piensan poco pero cuando lo hacen suele ser en sexo xD Me alegro de que te esté gustando!!

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  7. Menos mal que "ella" era la moto, que alivio ! Me hubiese decepcionado si no.. :P
    Wow, no puedo esperar al proximo encuentro! Me mató lo de "contestó con una sonrisa que hizo que mis piernas temblasen como un flan" jajajaja me causó muchísima gracia!
    Esas dos compañeritas que tiene de trabajo me caen cada vez peor -.- Y pobre Jake ! Que mal que te dejen colgado de esa forma jajaja

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    1. Jajaja si, soy un poco mala por haceros pensar mal ^^ Pero sólo se refería a su moto Sally ;)

      Verás que el encuentro se hace un poco de rogar, pero espero que merezca la pena! Alidaen tiene algunas frases bastante graciosas, es muy espontánea a veces jejeje

      Las compañeras son lo peor, pero bueno de esas tiene que haber siempre en todos lados. Y qué razón tienes, el pobre Jake se queda un poco planchado xDDDD

      ¡Besos Denisse!

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  8. Me encantan las fotos, ¿como rayos te quedan con esa calidad?, las que saco de vez en cuando se ven bastante mal jeje... supongo que debe ser el compu XD (si tienes alguna otra idea me dices e.e)

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    1. ¡Hola Joseph!

      Jajaja pues la calidad...yo suelo poner todos los gráficos al máximo, me va lentíiiisimo el juego, pero así las fotos quedan más bonitas. Aun así no me quedan todo lo bien que me gustaría y hay muchas cosas que no cargan adecuadamente y fallos de textura que me ponen de los nervios >_< Y supongo que es cosa de la gráfica y la máquina, lo que soporte el ordenador. La verdad es que el mayor fallo que le veo a este juego es lo mal optimizado que está, consume muchísimos recursos y para poder tener los gráficos al máximo y que vaya medianamente bien con tanto objeto personalizado y expansión necesitas un ordenador de la nasa.

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