-
¡Alidaen!
¡Abre los ojos! – la voz sonaba demasiado lejana y distorsionada como para
reconocerla.
Intentaba hacerle caso, escapar
de su abrazo mortal y volver a la realidad. Pero aquel horrible monstruo con
forma de mujer se lo impedía aferrándola con fuerza mientras absorbía sin cesar
la sangre que manaba de su cuello.
Su cuerpo emitía un calor
sofocante y le proporcionaba un placer desconocido a pesar del lacerante dolor
que sentía en la garganta, meciéndose contra el suyo hasta acompasar cada
movimiento como si se tratase de su amante.
¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué se
alimentaba de ella? ¿Y porque no era capaz de gritar para pedir ayuda?
-
¡Despierta
de una vez!
Alidaen despertó entre gritos.
-
¡Deja mi
sangre en paz! ¡Si ni siquiera estoy bautizada!
Herald parpadeó confuso, dejando
de zarandearla en el momento que vio que acababa de recuperar el conocimiento.
-
Alidaen...tranquila
– dijo con suavidad – era sólo una pesadilla,
estás bien…estás a salvo.
-
P-pero…la
prostituta Babilonia venía a por mí…- balbuceó asustada - ella está…ella estaba…
Llevó las manos a su cuello, pero
no había ni rastro de sangre. Ya no dolía ni había ninguna marca en él.
Herald miró de reojo la Biblia
que había sobre el escritorio y negó para sí mismo.
(Tengo que hablar seriamente con mi esposa), pensó.
-
Alidaen…esa
prostituta no existe realmente. Babilonia era una antigua ciudad mesopotámica,
una de las grandes cunas religiosas de este mundo y que más se nombran en el
Antiguo Testamento.
Alidaen se frotó los ojos algo cansada.
-
Ya decía
yo que me sonaba mucho…- murmuró.
Isabelle le iba a matar, no había
manera de que se le quedasen tantos datos, fechas y lugares en la cabeza. Por
mucho que intentase memorizarlos al poco tiempo volvía a quedarse en blanco.
-
Lo siento
Herald, no se me da bien estudiar ese libro…y mira que lo intento pero luego
tengo pesadillas y…da más miedo que las novelas de Stephen King.
-
No te
preocupes – contestó con amabilidad - lo
que necesitas es que te de un poco el aire fresco, llevas demasiado tiempo
recluida en este cuarto.
-
Pero
Isabelle dijo…
-
Hablaré
con ella.
Alidaen le miró esperanzada.
-
¿Entonces
puedo salir de aquí?
Herald asintió, pero su gesto se
volvió serio.
-
Te dejo
que salgas con la condición de que no vuelvas a meterte en ningún lío – dijo
tajante. - Ve al cementerio, lleva unas
flores a tu abuela y vuelve como mucho en un par de horas. No te desvíes y ni
se te ocurra acercarte a esos críos ¿Entendido?
-
¡Vale!
– exclamó dándole un efusivo abrazo - ¡Muchísimas
gracias señor Lehmman!
-
Herald…-
murmuró palmeando con suavidad su espalda.
-
Herald –
repitió separándose de él algo avergonzada por el arrebato – lo siento yo…
Él le revolvió el pelo con cariño
para restarle importancia, al parecer no era el único que se sentía extraño ante
aquel contacto. Aunque le agradaba la idea de tener que acostumbrarse y verlo
como algo natural entre ellos.
Aun así apenas tuvo tiempo para
disfrutar de la presencia de la muchacha, pues saltó de la cama disparada hacia
el baño, donde se encerró durante unos minutos para arreglarse.
-
Y
recuerda Alidaen…- dijo antes de que saliese de casa – no debes a hablar con ningún Laremion.
El gesto de la muchacha cambió al
escucharle, pero aun así contestó con un ligero asentimiento.
-
Está
bien…enseguida vuelvo.
***
El cementerio se encontraba en una zona situada a las
afueras de Riverview, a tres cuartos de hora del hogar de los Lehmman.
Alidaen llegó al lugar en menos de veinte minutos y con la
lengua fuera de tanto correr.
Cuando llegó y vio las flores marchitas junto a la tumba de
su abuela sintió el impulso de lanzar una maldición dirigida a Isabelle, pero
lo reprimió por respeto a los que descansaban allí.
-
Hola
abuela, siento el retraso – susurró arrodillándose junto a su tumba con una
sonrisa cansada – la señora Isabelle me
tenía muy ocupada estudiando la Biblia.
Después arrancó las matas que ocultaban la lápida y colocó
las flores nuevas mientras le contaba lo primero que le venía a la cabeza como
solía hacer estando ella viva. Decidió dejar para otro momento el tema de la
fiesta y centrarse en cosas más alegres.
Pasó un rato hablando sola y sin darse cuenta de que estaba
siendo observada.
-
¿Y sabes
que un tal Noe tenía un arca enorme llena de animales de todas las especies? –
preguntó entreteniéndose en quitar las malas hierbas - ¿Te imaginas la cantidad de mierda que tendría que recoger a lo largo
del día?
Thaerion no pudo evitar echarse a reír ante el monólogo de
la chica. Sólo a ella se le ocurría hablar con los muertos de esos temas.
Llevaba diez minutos sin parar de hablar y durante todo ese tiempo, al igual
que en sus anteriores visitas al cementerio antes de la dichosa fiesta, se
había limitado a escuchar y observar lo que hacía tratando siempre de no
interrumpir esos momentos de intimidad con su abuela.
Pero en aquella ocasión fue imposible reprimirse, en parte
porque quería que supiera que estaba allí y ver su reacción.
-
¡¿Quién
anda ahí?! – exclamó Alidaen.
Parecía asustada, al parecer no esperaba que hubiese alguien
más cerca.
Thaerion salió de detrás del mausoleo sin hacer el más
mínimo ruido. Alidaen se puso pálida cuando apareció de la nada.
-
¡Oh!
E-eres tú.
-
Menuda
cara…ni que hubieses visto a un fantasma - bromeó apoyándose en el muro con
una sonrisa divertida - ¿te he asustado?
-
Si no
actuases como uno no me asustarías – le recriminó mirando nerviosa hacia
los lados.
-
¿Esperabas
a alguien más?
Alidaen negó con la cabeza,
recordando la advertencia de Herald antes de salir de casa.
-
Pareces
nerviosa.
Ella se encogió de hombros
evitando mirarlo directamente.
-
Ummmm…¿Te
he molestado?
Negó.
-
Déjame
adivinar…- empezó a decir acercándose a ella – te han prohibido hablar conmigo.
Asintió algo triste.
-
Y supongo
que acercarte a mí también entra en la lista – esperó que moviese la cabeza
afirmativamente antes de continuar – pero
tus prohibiciones no coartan mis movimientos,
por lo que teóricamente si soy yo el que me acerco a ti mientras tú te
limitas a quedarte en tu lugar…no estarías incumpliendo ninguna norma.
Alidaen pareció pensarlo unos
segundos, tiempo que Thaerion aprovechó para dar unos cuantos pasos más hasta
quedar uno enfrente del otro.
Finalmente ella respondió con una
tímida sonrisa, aunque parecía debatirse entre quedarse o salir corriendo. Thaerion
temía que hiciese esto último en cualquier momento.
-
¿Me
temes, Alidaen? – preguntó intentando acercarse más a ella.
Ella le miró insegura.
-
No tienes
porque hacerlo – intentó alargar la mano para acariciarla como había hecho
en el claro del bosque, pero ella se apartó con brusquedad echando a correr
hacia el río.
Thaerion observó el lugar donde
hacía segundos ella había estado, preguntándose si no habría sido más inteligente
haberse quedado callado desde un principio.
-
Muy bien,
listo…ya la has espantado de nuevo.
***
Había pasado una semana desde que le dieron el alta del
Hospital, pero sus padres aun no le permitían salir de su cuarto.
Dean estaba que echaba chispas.
No entendía cómo ese maldito Laremion seguía de rositas por ahí
fuera después de haberle pegado semejante paliza, mientras él tenía que
permanecer encerrado como si fuese un delincuente.
¿Qué le pasaba a todo el mundo en ese condenado pueblo?
Todo había salido mal, y parecía que el único en salir
perjudicado había sido él.
-
¿Puedo
pasar? – preguntó su hermana detrás de la puerta.
-
Pasa.
Faith llevaba un vaso con limonada. Lo dejó sobre la mesa y
le dedico una sonrisa a su hermano.
-
Si sigues
ahí tumbado se te pondrá el culo gordo.
-
Encima
búrlate. Sabes muy bien que no debería estar aquí encerrado.
-
Ya lo sé,
pero mamá y papá sólo quieren protegerte.
-
¿Protegerme?
– se echó a reír - ¿de quién?
El gesto de su hermana se volvió
más serio.
-
Ya lo
sabes Dean. No hace falta que actúes como si no existiese ningún peligro.
-
Los
únicos que actuáis como si no hubiese pasado nada sois vosotros. ¿Qué narices
le pasa a todo el mundo? No veo que la retrasada o el psicópata hayan sufrido
ningún castigo.
-
La señora
Lehmman castigó durante varias semanas a esa idiota. Hace tiempo que no aparece
por clase y me parece que no volverá al instituto en lo que queda de trimestre.
-
Mejor
para ella, si vuelvo a verla en clases pienso hacerle la vida imposible.
-
No eres
el único – contestó Faith apretando los puños – que los mayores actúen como si nada no significa que nosotros vayamos a
dejar que todo quede así como así.
Dean esbozó una sonrisa ante la
complicidad de su hermana.
-
¿Tenéis
algo planeado?
-
No, pero
ya pensaremos en algo. De momento si vuelve se va a encontrar con un gran
vacío, nadie va a dirigirle la palabra y todo gracias a su querido Laremion.
Todo el mundo la relaciona con él y temen enfadarle. Nadie del pueblo quiere
cuentas con ellos, los tratarán como apestados.
-
Como lo
que son.
Faith le acercó el vaso de
limonada para qué le diese un trago y volvió a dejarlo en su sitio. A su
hermano aun le costaba hacer ciertos movimientos y quería facilitarle en lo
posible su estancia en cama.
-
Dean…
¿intentaste abusar de ella? – preguntó temiendo su reacción.
-
¡Claro
que no! – exclamó indignado - ¿es
que no viste las fotos? Estuvo calentándonos todo el rato desde que bajamos al
sótano. Siempre hace lo mismo, le gusta provocarnos para después dejarnos a dos
velas.
-
Ya lo sé
pero…bebiste más de la cuenta, y usaste un arma.
-
Un arma
de juguete, y eso lo hice para quitarme de encima al puto Laremion que no
dejaba de amenazarme.
-
No es
justo – murmuró Faith – todo el
mundo teme a esa familia, ni nuestros padres son capaces de hacerles frente. Y
casi te matan por culpa de esa niñata.
Dean dio un largo trago a su
bebida y miró a su hermana con la mandíbula apretada.
-
Algún día
pagarán lo que han hecho. Pienso asegurarme de hacerles la vida imposible – declaró
esbozando una sonrisa forzada.
Faith asintió con la cabeza,
mirando a su hermano a los ojos.
-
Y sabes
que siempre podrás contar conmigo.
***
Al día siguiente Thaerion volvió al cementerio, pero ella no
apareció hasta tres días después, volviendo a dejar flores junto a la tumba de
Fionah y tirando las secas.
En esta ocasión Thaerion decidió
guardar silencio y hacer como si no estuviese.
Alidaen no dijo una palabra en
esta ocasión, y espero durante casi una hora que el chico apareciese, lanzando miradas
intermitentes hacia los lados como un animalillo a punto de ser cazado.
Pero él no pensaba actuar hasta
que ella diese muestras de querer hablar con él sin salir corriendo.
El procedimiento se repitió
durante aproximadamente dos semanas. En las que ella parecía rezar en silencio
mientras él la vigilaba desde las sombras. Thaerion se dio cuenta de que las
visitas al cementerio se hacían cada vez más frecuentes, algo que sólo pudo
interpretar como una buena señal.
Ella quería verle y le habían
levantado el castigo.
Finalmente, antes de marcharse,
Alidaen dejó una nota junto a la tumba de su abuela. Thaerion no lo pensó, y en
cuanto ella se fue salió de su escondite para leerla.
“¡No te tengo miedo!”
***
Días después, cuando Thaerion volvió al cementerio Alidaen
ya se había marchado. Esta vez llegaba tarde, pues desde que supo que habían
dado de alta al niñato de Dean pasaba todos los días por su casa para
asegurarse de lo que hacía y tenerlo bien vigilado.
De momento sus padres le habían prohibido salir de su
habitación, por lo que acceder a él era bastante difícil. Tendría que esperar a
que volviese al instituto para encargarse de él.
Aquel día ella le había dejado otra nota escondida, y lo
primero que hizo al cogerla fue aspirar su perfume.
Olía a bosque. Y a manzana. Debía haberla llevado oculta
entre su ropa para que nadie más la viese, y había quedado su aroma impregnado
en el papel.
Dejó que su mente divagase unos segundos antes de leerla,
imaginándose a sí mismo tocando y besando aquella piel tan fresca.
Aquellos pensamientos lo asaltaban cada vez con más
frecuencia y en ocasiones no le dejaban ni dormir. Sabía que era algo normal
relacionado con la edad, pero sentía una gran frustración al no poder estar con
Alidaen de una forma más íntima.
Y ahora ni siquiera podía acercarse a ella para hablar.
Suspiró resignado y echó un vistazo a la nota.
“¿Y tú? ¿Me temes?”
Thaerion sonrió ante la pregunta y contestó con un escueto “No”, escondiendo la nota bajo una roca
junto a la lápida para que nadie la viese antes que ella.
Al día siguiente ella volvió a hacer lo mismo, dejando otra
nota para que él la leyese cuando llegara. Y al igual que el día anterior,
cuando él apareció ya se había marchado.
“Entonces deja de observarme
a escondidas…”
Eso sonaba como una invitación. Thaerion escribió otra nota
y volvió a casa.
“Puede que lo haga si
me prometes que no saldrás huyendo”
***
Alidaen apretó el papel contra su pecho, llevaban varios
días comunicándose a través de frases como aquella y cada vez estaba más
emocionada. Para ella acudir al cementerio en busca de trozos ocultos de papel
era su única distracción, algo que le hacía olvidarse de todo lo malo que había
ocurrido en esas últimas semanas y sentirse unida a alguien real.
Alguien por quien se sentía realmente atraída y al que
deseaba conocer a toda costa. A pesar de las advertencias de Herald y su
esposa.
Con letra acelerada volvió a escribir dejando la nota en su
sitio para que él la leyese.
“Te lo prometo (pero
no esperes que me muestre muy habladora)”
La siguiente nota que él le dejó le provocó un extraño
hormigueo en el estómago.
“Conozco algunas
alternativas para pasar el rato sin decir una palabra…”
“¿Me vas a invitar al
cine?”
A partir de entonces no hubo más respuestas escritas. Pero
justo cuando se marchaba después de comprobar que no había nada bajo la roca,
escuchó su voz detrás de ella.
-
En el cine
hay demasiada gente para mi gusto – contestó él con una sonrisa.
Alidaen se sobresaltó un poco, pero le devolvió el gesto y miró
de forma instantánea hacia los lados para comprobar que no había nadie más
cerca.
El cementerio de Riverview era uno de los lugares menos
transitados del pueblo, sobre todo a esa hora. Pues existían muchas historias
sobre el lugar y la gente de allí solía ser bastante supersticiosa al respecto.
-
Sígueme…-
le pidió - conozco un sitio más
apartado.
Thaerion le guió por un estrecho sendero de árboles hasta la
zona antigua del cementerio, separado del resto por una valla de hierro oxidada.
Allí la invitó a sentarse sobre un banco viejo con la cabeza.
Alidaen se sentó en la esquina derecha y miró de reojo al
chico, que acababa de hacer lo mismo en el lado opuesto del banco.
-
Bueno… ¿para
qué querías verme? – preguntó él - Creía
que no podías hablar conmigo.
-
No lo sé
– contestó avergonzada – supongo que
porque me gusta.
-
¿Te gusta
qué? – arqueó una ceja - ¿Verme?
-
Si…
-
Oh…-
una sonrisa divertida iluminó su rostro al escucharla y con un gesto pícaro se
tumbó en el banco como si posase para un retrato – pues aquí me tienes, soy todo tuyo.
Alidaen se puso roja como un
tomate al ver al chico tumbado de esa forma.
Música: Julia's Theme (Final Fantasy VIII OST)
Él en cambio la miraba con pasividad esperando que dijese algo. ¿Pero qué se supone que debía decir o hacer con él en semejante postura? ¿Y qué significaba eso de que era todo suyo? ¿Se estaba quedando con ella?
Él en cambio la miraba con pasividad esperando que dijese algo. ¿Pero qué se supone que debía decir o hacer con él en semejante postura? ¿Y qué significaba eso de que era todo suyo? ¿Se estaba quedando con ella?
Thaerion rompió el silencio
hablando tranquilamente.
-
¿Se porta
bien contigo ese maestro con el que vives?
-
¿Herald?
-
Si.
-
Si…es un
hombre muy amable. Ha cuidado de mí desde que mi abuela murió.
-
Siento tu
pérdida, debes echarla mucho de menos.
Alidaen asintió con la cabeza.
Thaerion jugueteó con sus manos y guardaron silencio durante dos largos
minutos. Él parecía pensativo, hasta que finalmente decidió volver a hablar.
-
Si te
digo porque no acudí a nuestra cita el año pasado… ¿me darás una oportunidad?
-
¿Una
oportunidad?
Él afirmó con la cabeza.
-
¿De qué?
Thaerion bajó la mirada
tímidamente para pensarlo antes de alzarla de nuevo.
-
De ser…
Le costaba decirlo, era la
primera vez que hacía una confesión como aquella y aunque la había practicado
miles de veces cómo sería…expresar en palabras todo lo que sentía por ella era
más difícil de lo que había pensado. Finalmente, y después de unos torpes murmuros
sin sentido volvió a guardar silencio y se incorporó del banco de un salto.
Alidaen le miraba confusa, sin
entender qué le pasaba.
-
Ven –
le dijo, algo molesto consigo mismo mientras le tendía la mano intentando
controlar los nervios.
Ella tomó su mano con cierta
desconfianza y la atrajo hacia sí, rodeando su cintura con un brazo para
estrecharla contra su cuerpo.
Thaerion no estaba hecho para
confesiones de amor, estaba hecho para demostrar sus sentimientos con acciones.
Y antes de que Alidaen se diese cuenta de lo que tenía en mente inclinó la
cabeza hacia ella y plasmó un tierno y sincero beso en sus labios.
“Sus bocas eran las dos únicas
piezas de un puzzle, que juntas creaban el enlace perfecto entre dos seres
nacidos para estar ligados a un mismo destino. El tiempo dejó de pasar para
ellos, y el miedo a ser descubiertos pasó a un segundo plano durante los
segundos que sus labios permanecieron unidos”
Su primer beso…
Había soñado con ese momento en
muchas ocasiones desde que le conocía, imaginando donde, cómo y cuándo sería.
Siempre con Thaerion como protagonista.
Pero aquello era real, y era aún
mejor de lo que su mente podría haber concebido nunca.
Se sentía como la protagonista de
un cuento, aquellos que terminan justo cuando el chico y la chica se besan.
Pero en esa ocasión la cosa no acababa ahí…y no tenía ni idea de lo que vendría
después de ese momento.
¿Y si a él no le gustaba y se
metía con ella por no saber besar? ¿Y si su amiga Zoe lo hacía mejor que ella?
Alidaen comenzó a ponerse un poco
nerviosa al pensar en sus tonterías, sus piernas empezaron a fallar y su cuerpo
se convirtió en algo parecido a la gelatina. Su mente, que durante segundos
había estado centrada en disfrutar de los labios del chico, comenzó a hacer de
las suyas creándole una gran inseguridad.
No quería decepcionarle, pero lo
que menos quería es que Thaerion le partiese el corazón. Herald no se fiaba de
él…quizás debía hacerle caso…seguro que le hacía algo malo.
Mientras pensaba en ello una
extraña sensación recorrió su cuerpo al notar como él la rozaba suavemente con
algo húmedo y blandito, instándola a que abriese la boca.
¿Era su lengua…?
La reacción fue inmediata, su
mano se movió a tal velocidad que el pobre chico no vio venir su intención de
cruzarle la cara.
-
¡Au!
¡¿P-pero por qué…?!
Thaerion se llevó la mano a la
mejilla y la miro con los ojos abiertos de par en par, confuso por lo que
acababa de pasar.
-
¡Por
guarro! – le gritó furiosa.
El chico se mordió el labio,
incapaz de decir una palabra. Era su primer rechazo y no sabía muy bien qué
había hecho mal. Creía que a las chicas les gustaban esas cosas. Pensaba que
ella estaba disfrutando tanto como él y debía…
-
¡Te dije
que si me besabas te golpearía! – le recordó ella agitando el puño - ¡la próxima vez te suelto una patada donde
más te duele!
La muchacha salió corriendo tras decir
aquello, dándose cuenta a los pocos minutos de que había terminado haciendo lo
que temía que él hiciese con ella.
Se había comportado como una
idiota, y había hecho daño al único chico que se había preocupado por ella.
Entonces paró de golpe su carrera
y se giró para volver buscarlo, pero cuando llegó de nuevo al cementerio Thaerion
había vuelto a desaparecer.
Y esta vez sin dejar nota…
***
-
¡Espera
Alidaen!
No pensaba dejar que volviese a
alejarse de él, no sin contarle toda la verdad y decirle que la amaba, que
estaban destinados a estar juntos y que si no quería no volvería a besarla más,
pero que necesitaba tenerla a su lado.
¡Pero maldita sea, cómo corría la
condenada!
A los pocos minutos ella ya le
había cogido suficiente ventaja como para perderla de vista. ¡Si no se hubiese
quedado como un pasmarote después del tortazo le habría dado alcance antes!
-
¿Dónde te
crees que vas?
La imponente voz de su hermano
Kheran hizo que se detuviese de golpe.
-
¿Vais a
estar vigilándome a todas horas?
¿Cómo lo hacía para saber siempre
donde se encontraba? ¿Es que no podía tener vida social como el resto de
hermanos mayores y dejarle algo de margen?
-
Cuando
dejes de perseguir ardillas te dejaremos en paz.
-
No es una
ardilla…
-
Pues huye
como una.
-
¿Y eso a
mí en qué me convierte?
-
En un
halcón demasiado hambriento y ciego, que por más que quiera nunca logrará que
su presa se enamore de él.
-
En un
halcón… – Thaerion se acarició la barbilla fingiendo más interés del que
profesaba a sus palabras - entonces a ti te debe de gustar la
cetrería.
-
Déjate de
sarcasmos.
-
Y tú de alegorías.
-
Se acabó
la discusión – zanjó el mayor con gesto cansado – te vienes conmigo a casa.
Thaerion suspiró y echo un último
vistazo al lugar donde había visto por última vez la silueta de Alidaen corriendo
para alejarse de él.
¿Y si su hermano tenía razón y
estaba demasiado cegado por sus sentimientos? ¿Y si ella no le correspondía de
la misma manera? ¿Y si toda esa patraña del vínculo no eran más que fantasías
de su fallecida madre?
Estaba demasiado confuso y
cansado para contradecir a su hermano, así que le siguió sin oponer
resistencia.
Durante el camino de vuelta a
casa ninguno de los dos dijo nada, y Thaerion no dejó de dar vueltas a las
palabras de Kheran. Al llegar, su padre les estaba esperando con los brazos
cruzados y su habitual gesto de mal humor en la cara.
A veces pensaba que le vendría
bien una mujer que calmase sus instintos homicidas en la cama, quizás así
dejaría de estar tan amargado. Pero luego pensaba en su madre y la idea se le
antojaba repulsiva.
Lo saludó sin cruzarle la mirada
y fue directo hasta su cuarto, dejando a su hermano y a él solos para evitar un
nuevo sermón. Tras cerrar la puerta y asegurarse de que nadie le molestaría, se
quitó la ropa y se tumbó en la cama, fijando la vista en el techo de madera de
su dormitorio.
Había sido un día extraño, y
prometía no acabar en un reparador sueño teniendo en cuenta que no podía
quitarse de la cabeza su primer rechazo, pero el sabor de los labios de Alidaen
le acompañaría durante lo que quedaba de él. Y sin duda haría aquella solitaria
noche mucho más llevadera.
***
-
¿Ha
estado con ella, verdad?
Kheran pensó en qué contarle a su
padre, podría mentirle y tratar de suavizar las cosas con su hermano, pero se
debía a su familia, y si apartar a Thaerion de esa cría era lo adecuado sería
precisamente lo que haría.
-
Sí.
No debían verse, no era sólo
cuestión de un capricho por parte de Rethan. Si las palabras de aquella anciana
eran ciertas, esa muchacha sería la única que podría otorgar descendencia a su
hermano, y de ser así la sangre de los Laremion seguiría corrompiéndose a lo
largo de los siglos con sus hijos. Thaerion estaba maldito, por mucho que le
doliese admitirlo, y con él debía morir aquella maldición.
Y Alidaen debía ser el vínculo de
su hermano, cada vez tenía menos dudas sobre ello.
-
Te dije
que esa muchacha no nos serviría de nada.
-
Me ha
avisado a tiempo. Pero no debes preocuparte, la niña sigue huyendo de él.
-
De
momento, pero están en una edad difícil, no podemos arriesgarnos más. Está
claro que ni manteniéndolo vigilado podemos alejarlo de esa cría.
-
¿Y qué
sugieres qué hagamos?
Rethan giró la mirada hacia la
chimenea y arrugó el ceño furioso. El menor de sus hijos siempre había sido un
problema para ellos, y debía hacerse cargo de él aunque para ello tuviese que
aliarse con el enemigo.
-
Aceptaremos
la propuesta del Dalar.
Kheran abrió los ojos,
sorprendido por lo que aquello suponía.
-
Pero
padre…
-
Thaerion
debe volver a Édora – declaró decidido – hay que alejarlo de aquí cueste lo que cueste.
Que cosa esa Ali.. siempre rechazando a Thae ¬¬
ResponderEliminarMe ha encantado esta parte del relato! ^^ aunque me lo repase todo para recordarlo xD
Leo esta historia desde el primer día (auqnue no había comentado mucho) y la amo *-*
Espero que sigas pronto con la historia principal.. que ya me tienes intrigada!!
Besos linda, sigue asi (:
;OOO; pobre Thae!! TuT
ResponderEliminarMe ha encantado el relato *uuu* como siempre muy muy bueno ♥
Ya quiero ver como sigue *-*
Lo proximo sera un capitulo, no? *w* aparecera Serpi-kun? *O*
He estado pensando en dibujarlo cuando tenga tiempo x3
Saludos ~♥
Hacía tiempo que no veía un nuevo capitulo de Golpes del Destino :O que bueno! Fue tan tierno el encuentro de Alidaen y Thaerion *.* lastima que terminó así! Alidaen siempre termina huyendo de Thaerion de alguna forma, que se deje llevar de una vez! xD
ResponderEliminarEsos mocosos de Dean y Faith me caen tan mal, van a hacerle la vida imposible a Alidaen D= malditos!
Me quedé con la intriga de lo que va a pasar :O es decir por lo que entiendo van a volver a Edora, pero ahora vamos a ver como lo harán :O por qué le tendrán que hacer caso a la vieja esa? T___T Pobre Thae u.u
Espero leer pronto el nuevo capitulo de la historia donde Thaerion fue rechazado nuevamente por Alidaen D= ojalá todo se solucione pronto >.< estoy doblemente intrigada! Ojalá pueda ver otro reencuentro :O jeje
Saludos!!
Hola, es la primera vez que comento, y me encanta tu historia.
ResponderEliminarY este relato es estupendo, me lo leí ayer de un tirón. Es muy bonito indagar en los comienzos de su historia de amor, y aunque tiene muchas situaciones realmente trágicas y traumáticas, me gusta la ternura que muestran los dos personajes. Ayyy, el primer amor...
En este capítulo me ha gustado mucho el intercambio de notitas, y jolín, ¡vaya bofetón le ha dado Alidaen a Thaerion! En general es modosita, pero cuando le sale el carácter, ufff...
PD: Y aunque no tenga mucho que ver, también quería decirte que me encantan tus poses, creo que usaré alguna en breve.
Muy chulo este relato, pobre Thae, su primer rechazo jeje (que se vaya acostumbrando por que no será el último que le de Ali jeje)
ResponderEliminarEl beso muy tierno, que pena que no pase algo mas (y no penseis mal)
Bss
Que monooooooooooooooos!!
ResponderEliminarPero como un tio como Thae estas que le rechazaba jajajaja
Me encanta la historia y temo mucho lo que le vayan a hacer a Alidaen si vuelve al instituto.
Ya se gesta en mi un halo de venganza por lo que pudiese pasar.
Como siempre nena fenomenal no pierdas la comba y sigue escribiendo!
¡Waaaa! ¡Odio a Rethan! Gracias a él Alidaen y Thaerion tuvieron que separarse por mucho tiempo, malo >.<
ResponderEliminarQue bueno, lo que me he podido reír con lo del arca de Noé y lo del beso con "algo húmedo y blandito" Creo que ha sido la primera vez que veo describir un beso con tantos detalles XD
Caro ya se a quien se me parece Ali mira estos links:
ResponderEliminarhttp://blogdelhugo.files.wordpress.com/2008/10/leelee-sobieski-11.jpg
http://foroaudioyvideo.com.ar/viewtopic.php?f=37&t=949&start=20 en esta sale en una de las fotos con una peliroja que se me parecio a Beth y la del pajarito jejeje el que le mato Thae
Hay muchas fotillos de ella que se asemejan a Alidaen, se llama Leelee Sobieski