miércoles, 21 de mayo de 2014

CAPÍTULO XXV: Soy un monstruo

(Este capítulo contiene vocabulario adulto y escenas bastante crudas)

(Riverview – 2 de Marzo de 2011)

La musiquita de un móvil lejano me despertó de golpe.

No sabía dónde estaba, ni si seguía durmiendo y aquello se trataba de otra pesadilla tan real como la anterior.

¿Qué se supone que había ocurrido?

No tardé en ver la respuesta...
Esta vez no había sido ningún sueño o una visión, la había matado de verdad y aún tenía el sabor de su sangre en mi boca.

Verla en ese estado me revolvió las tripas.

Llegué hasta el baño de milagro y devolví el contenido de sus venas entre violentas sacudidas que me dejaron destrozado en el suelo.

Aquello desde luego no era como pensaba que sería alimentarme de otra persona. ¿De verdad los vampiros disfrutaban con ello?

Me sentía fatal, físicamente estaba hecho un trapo, como si me hubiese puesto las botas hinchándome de comida caducada y tuviese la necesidad de purgarme hasta echar la última gota. Y ya no hablemos de mi estado mental.
Mi cuerpo se retorcía y convulsionaba a la vez que las imágenes de la noche anterior con ella formaban un torbellino en mi cabeza mezcladas con las de su pasado.

Su cuerpo desnudo, su pasado, sus jadeos, las voces dentro de sus recuerdos…su sabor…

Pensar en su sangre me repugnaba, y ya no hablo de olerla o saborearla.

Me recordaba a cómo me encontraba horas después de haber consumido una de las pociones que Lobo preparaba para concederme temporalmente los poderes de un vampiro. Y lo vulnerable que quedaba cuando se pasaban sus efectos.
La última vez que había tomado una de ellas había sido la noche que maté a Beau.

 “Si al menos tuviese una de ellas a mano podría limpiar todo este desastre en poco tiempo”, pensé.

Después de unas cuantas arcadas más me levanté y fui directo a la ducha.
El agua fría me ayudó a conseguir que el nubarrón que había en mi cerebro se aclarase un poco, y al salir de la bañera ya tenía una lista mental de lo que debía hacer para dejar todo en orden. Pero necesitaba más tiempo del habitual, y al amanecer sería difícil acabar con tantas pruebas.

En primer lugar debía deshacerme del cadáver, y no era precisamente la parte que más me gustaba.

Me vestí y fui a la cocina, donde el cuerpo desnudo de Zoe seguía tirado en el mismo sitio donde lo dejé. Desangrada, pero no de forma muy limpia.

Le había rebanado el cuello con un cuchillo de pelar patatas. Pero lo peor no era la sangre y la herida, sino el color mortecino de su cuerpo, las diminutas venas negras que se habían formado alrededor de sus ojos, piernas y brazos y su extrema delgadez. Que me permitía hasta ver el contorno de sus huesos bajo la fina capa de piel blanquecina.
Incluso su pelo, allí donde se veía la raíz o las mechas de su color oscuro natural, había adoptado un tono pálido como su cuerpo.

Trabajando para las Sombras pude ver muchas víctimas de vampiros, pero ni ellos eran capaces de hacer eso.

¿En qué clase de monstruo me había convertido?

Estaba literalmente consumida, y no sólo por su sangre, de la que realmente no me había alimentado demasiado (viendo cómo lo había dejado todo). Era como si hubiese devorado su propia alma, su ser, o como se quiera llamar a todo el poder que alberga en una criatura antes de su muerte, y que permanece dentro de su cuerpo tras ésta hasta que la naturaleza lo reclama de vuelta.
¿Era eso lo que me había pedido que hiciese Kaele?

Sólo de pensar que podría volver a repetirlo me ponía enfermo… ¿y si perdía el control de esa manera ante Alidaen?

No, aquello era imposible. Y comerme la cabeza con ello no me ayudaría a limpiarlo todo, así que dejé que esas ideas se alejasen para poder centrarme en la desagradable faena que tenía ante manos.

Era bastante difícil centrarme al verla en ese estado, y aunque había visto cadáveres peores, solía ser mucho más eficiente cuando mis víctimas eran asesinos y no mujeres desarmadas.
-          ¡Joder!

¿Por qué tuvo que echar esa mierda en mi bebida? Estaba seguro de que sin drogas había podido controlar perfectamente mi sed, pero con lo que me había dado fue imposible, aún no había llegado a ese nivel de control, Murciélago me había advertido sobre ello antes.

¿Pero qué me había dado exactamente?

Me debatía entre varias drogas usadas anteriormente en algunas de mis víctimas, entre ellas la escopolamina, la preferida de los violadores.
Rebusqué por la cocina y no me costó encontrar ingredientes que normalmente no suelen usarse en una casa normal dentro de los armarios, como la mandrágora, el acónito, beleño, la belladona, estramonio, raíz de valeriana, y algunas setas de aspecto sospechoso. Pero no había químicos, estaba claro que aquello debía ser algún potingue casero.

¿Una bruja en Riverview?

Eso explicaría parte de las visiones y su gusto por todo lo esotérico.

Suspiré y volví a observar el cadáver. Era una pena que esa preciosidad hubiese acabado convirtiéndose en otra de mis víctimas involuntarias. La primera que recordaba claramente. Pero ella no debería haber drogado a un desconocido para acostarse con él, nunca se sabe cómo pueden reaccionar al despertarse.
Seguir lamentándome no me daría tiempo extra, así que con toda la delicadeza que me era posible cogí su cuerpo y lo metí en la bañera para poder limpiarlo bien y borrar cualquier huella externa antes de pensar como me iba a deshacer de él.

Entonces recordé al camarero y las personas que podrían relacionarme con ella la noche de su desaparición, y me cagué en toda mi generación por haber cometido un acto tan imprudente.
Por suerte nadie allí conocía mi identidad, y la matrícula de mi moto no podría llevarles hasta mí porque ni siquiera estaba a mi nombre. Pero habría sido bastante útil poder borrarles la memoria.

Podría hacer que pareciese un suicidio ¿pero por qué motivo una chica como ella iba a quitarse la vida? Además, estaba el ligero problemilla de su garganta y otros asuntos más íntimos...
Aunque, que yo supiera, no había registros de mi ADN por ningún sitio. Los miembros de las Sombras éramos completos desconocidos para los humanos. Así que seguramente darían con un callejón sin salida al tomar muestras de su cadáver.

Negué y me dirigí a la cocina, cogí unos útiles de limpieza y me dispuse a fregar aquel desastre y borrar cualquier huella por si las moscas.
Una de las primeras cosas que se aprende entre las Sombras es a limpiar el escenario de un crimen de forma rápida y efectiva, así que en menos de una hora tuve todo listo y dispuesto para acabar con la parte que menos me gustaba.

Antes de volver al baño, recordé la caja donde la chica había encontrado la foto de Thaerion y decidí echarle un rápido vistazo por si encontraba algo más. Quizás así podía sacar algo bueno de aquel desastre de noche.
Había un montón de fotos de ella en situaciones un poco comprometidas, su novio el fotógrafo no había perdido el tiempo, aparte de otras cuantas de su infancia y algunas cartas con distintos remitentes.

Estaba intentando encontrar algo útil cuando golpearon a la puerta con los nudillos.

Música: Craig Amstrong - Escape

-          Mierda, demasiado pronto – susurré.

Dejé las fotos en su sitio y me acerqué sigilosamente para ver de quién se trataba.

No volvió a llamar, pero podía notar su presencia al otro lado. Al asomarme vi a un tipo de piel cenicienta y pelo negro acabado en punta mirando fijamente a la mirilla con una sonrisa ladina en el rostro.
-          Bu.

Qué oportuno, joder.

-          Sé que estás ahí…y por la forma en que me hablaste anoche supongo que tu amiga no puede salir a recibirme.

Volvió a tocar, esta vez golpeando cinco veces de forma rítmica. No contesté y me dirigí hasta la ventana dispuesto a salir de allí sin hacer ruido, cuando volví a escuchar su voz al otro lado.

-          Si no abres soplaré y soplaré…- comenzó a canturrear al otro lado - ¡y la puerta derribaré!

Fruncí el ceño al escucharle, al menos uno de los dos parecía divertirse con esa puta situación.
Entonces escuché de nuevo ruidos, esta vez como si bajase las escaleras.

“¿Se va sin más…?”

Volví a asomarme por la mirilla y esperé unos segundos. Había desaparecido. Abrí la puerta con cuidado y me aseguré de que no estuviese escondido. Tampoco sentía su presencia, así que recogí todo lo que me interesaba y fui al cuarto de baño, donde Zoe seguía con la mirada vacía clavada en el techo.

Con una de las cortinas que encontré por la casa cubrí su cuerpo desnudo. Y por muy inútil que fuese, le pedí perdón en silencio. 
Era extraño…me sentía como si acabase de perder a alguien importante para mí aunque no la conociese de nada. Seguramente fuese porque sus recuerdos seguían vivos en mi cabeza a pesar de que no pudiese verlos con claridad.

Suponía que aquel efecto se pasaría tarde o temprano al igual que el malestar físico.

-          Estás jodido.

-          Me lo dices o me lo cuentas…

-          Y ella estaba demasiado rica ¿verdad?

Tardé unos segundos en percatarme de que no estaba hablando con mi conciencia y tenía a alguien detrás.
-          Pero truhan, podrías haberte controlado un poquito.

-          ¿Quién…? – me di la vuelta bruscamente para enfrentarme al desconocido.

-          He pensado que derribar la puerta sería demasiado engorroso. Así que me he decantado por algo más sutil – saludó con la mano -  ¿Algún inconveniente?

El tipo sonrió, y al hacerlo su rostro, ya de por si extraño de mirar, se me asemejó al del típico convicto psicópata que puedes encontrar en el tablón de cualquier comisaría. Era muy delgado, alto y de ojos de un verde oliva que brillaba de forma enfermiza.

Sus cejas y nariz eran bastante prominentes, y el puente partido que la caracterizaba recordaba al de un boxeador. Sus finos labios se curvaron aun más al ver la cara que se me quedó al verle apoyado en el marco de la puerta como si llevase ahí todo el día esperando. Impidiéndome el paso.
-          Me parece que vas a necesitar ayuda con eso – dijo alegremente.

-          Y supongo que tú no serás del servicio de limpieza.

Soltó una risotada, pero se puso serio al instante.

-          No. Pero puedo ayudarte a limpiar si vienes conmigo sin armar bronca.

Por algún motivo no me extrañó su oferta, lo cual hizo que me pusiese más a la defensiva.
-          ¿Y por qué debería irme contigo?

-          Veamos…- se movió para adoptar otra postura menos relajada, y en ese instante saqué mi arma desconfiado.

Lo único que hizo fue alzar la mano para comenzar a enumerar sus razones, y yo me sentí bastante estúpido por mostrarme tan alterado. Él en cambio seguía como si no le importase que le estuviese apuntando a la cabeza.
-          Uno, conozco a alguien que quiere verte; dos, llevo buscándote un cojón de tiempo; tres, hay bastante dinero de por medio; cuatro…bueno, que coño, ya puedes suponer el resto.

-          Esos son los motivos por los que tú quieres llevarme contigo – contesté tratando de guardar la compostura - pero no por los que yo debo seguirte.

-          Tus razones quedan implícitas en las mías.

-          Lo único que queda implícito es que esto no va a acabar pacíficamente, porque no pienso acompañarte a ningún lado.

-          Está bien, como tú quieras.
Se separó del marco de la puerta perezosamente, pero note como su mirada brillaba ante la expectativa de una buena pelea. Se notaba que era precisamente eso lo que quería, y yo esperaba no defraudarlo.

Guardé de nuevo mi pistola para mostrarle que no le tenía ningún miedo y podía enfrentarme a él con las manos desnudas (yo y mis sobradas que no me aportan nada bueno), y él me provocó con un gesto burlón para que iniciase el ataque.
-          Adelante, no te hagas el difícil ahora – me invitó.

Me lancé contra él cogiendo impulso con los pies y tratando de golpearle con los puños en el costado. Él paró mi ataque con el brazo izquierdo y respondió propinándome un cabezazo en la nariz. No consiguió darme de lleno, pero el sabor de mi propia sangre llegó pronto a mis labios.

- Deberías estar más atento ¿La resaca te está pasando factura? - mientras me picaba esquivaba sin dificultad mis acometidas. - Es lo que tienen las fiestas salvajes con brujas de por medio.
La verdad es que si, tenía la cabeza embotada y sus movimientos resultaban demasiado rápidos para mis sentidos, aun nublados por el efecto de las drogas. Volvió a golpear, y esta vez logré estar más atento y parar un codazo que se dirigía hacia mi estómago. Sus ataques  eran contundentes, pero no demasiado fuertes.

O no se estaba empleando a fondo para darme algo de ventaja o por su fuerza no destacaba.

Tampoco le hacía falta, sus golpes eran rápidos y letales, sabía dónde atacar para dejarme desprotegido ante los siguientes, y qué hacer para esquivar todos mis ataques sin esfuerzo. No tardé en quedar exhausto y volverme cada vez más torpe, recibiendo uno a uno los puñetazos que me propinaba en el estómago.
Estaba claro que no estaba en mi mejor momento para luchar contra alguien como él ¿Pero de donde había salido ese tipo tan raro?

Mientras luchaba, y a medida que la intensidad del combate se incrementaba, el extraño brillo de sus ojos se hacía más palpable, adquiriendo un tono azulado que en seguida me recordó a los miembros de mi propia raza, en Édora, cuyos ojos se iluminaban cuando usaban algún tipo de poder o entraban en el frenesí del combate. A veces adquirían tonos distintos, pero el añil, el rojo y el púrpura eran los más comunes entre los Vanar, de igual modo que el dorado, el verde o el blanco eran los más típicos para los Dalar.

- Eres un Vanar.
-          Has tardado en darte cuenta – sonrió adoptando una postura defensiva.

Aun me fascinaba la facilidad con la que la información, una vez recuperados los recuerdos de esa época, volvía a mi cerebro. Acomodándose allí como si nunca se hubiese borrado.

-          La verdad es que me hubiese decepcionado que vinieses sin nada de violencia por medio – declaró descargando un nuevo golpe con sus puños desnudos – no hay nada mejor que unas cuantas hostias para romper el hielo.

En ese momento, y como si el destino quisiese tocarle las pelotas, alguien llamó a la puerta interrumpiendo nuestro “baile”.
-          Pues me temo que vamos a tener que dejarlo para otro día, tenemos visita.

-          Tsk – chasqueó la lengua y dejó de atacar. – Está bien, lo dejaremos por ahora, de todas formas es aburrido darte una paliza cuando ni puedes defenderte en condiciones.

-          ¿No piensas llevarme a rastras?

-          Que va, prefiero divertirme viendo como intentas salir de ésta tu solito. Los exnovios celosos y obsesivos son de lo mejor en estas situaciones.

Y tanto, eran las cuatro de la mañana y ya estaba en la puerta de su casa.
Se despidió y fue hacia la ventana, varios golpes aporreando la puerta hicieron que girase la vista un segundo. Y al siguiente ya no estaba allí.

Era increíblemente rápido.

-          ¡¿Zoe?! – era la voz del camarero del bar - ¡¿Zoe, Estás ahí?!

Yo tampoco perdí el tiempo, agarré de un tirón la caja de madera y la metí dentro de mi chupa sujetándola bajo la axila. Si esa mujer tenía alguna información sobre Alidaen o Thaerion quizás en allí estaba la respuesta. Y no pensaba perder la oportunidad de obtenerla.
Me asomé por la ventana, no había ni un alma en la calle, pues aun ni había amanecido, pero una caída desde ahí podría partirme la crisma. Miré hacia los lados buscando al tipo de la sonrisa siniestra, pero no había dejado ni rastro.

¿Por dónde había salido? Allí sólo había metros de caída libre entre la ventana y la acera. La puerta volvió a sonar, pero esta fue un fuerte golpe que amenazó con tirarla abajo.

Fue entonces cuando noté el olor a gas que venía de la cocina…

-          ¡Zoe, voy a entrar! – advirtió - ¡¿Por qué no respondes a mis llamadas?!

No tuve tiempo para pensar en planes mejores. De hecho ni lo pensé, tan sólo sentí un impulso ciego que me llevo a estirar la mano hacia la cocina mientras pronunciaba palabras en un idioma desconocido para mí.
-          ¡Rhego Xâr!

Ni la potente voz que salió de mis labios ni el poder que manó de mi cuerpo hasta convertirse en una llamarada de fuego me pertenecían. Era el poder de una bruja, una bastante poderosa que yo mismo había matado.

La llama se movió a través de mi brazo sin llegar a quemarlo, y se separó de mis dedos adoptando la forma de una esfera que salió disparada hacia la cocina y chocó contra la encimera.
Había dado tiempo suficiente para que el gas llegase hasta la zona del salón, así que el piso no tardó en ser pasto de las llamas, viéndose envuelto por una terrible explosión que me impulsó con fuerza hacia el exterior.

Salté, o volé mejor dicho, y vi a una violenta velocidad cómo la acera ascendía hasta donde me encontraba como si quisiera abrazarme. Sólo me dio tiempo a girar sobre mí mismo antes de caer y aferrar la caja que tenía bajo la chupa.
Cerré los ojos con fuerza preparándome para el choque, pero de repente algo impidió que cayera, una extraña fuerza me impulsó y sujetó como si flotase sobre algo invisible durante unos breves instantes.

Por unos segundos todo pareció ir en cámara lenta, de forma que podía discernir hasta los detalles de la fachada de ladrillo rojo del edificio, el olor a humo y el intenso color de las llamas que provenían del piso de la chica muerta.

Pero lo que más me llamó la atención fueron las alas negras que me sujetaban.
Otro de los detalles importantes sobre los Vanar que había olvidado a causa de mi amnesia.

Por desgracia seguía sin tener control sobre ellas, y todo volvió a la normalidad antes de que me diese cuenta de qué demonios pasaba. Finalmente, a escasos metros del suelo, volví a caer dándome de bruces contra la dura acera.

-          ¡Esta sí que es una salida triunfal! – exclamó el tipo de antes dando un par de palmas.
Había estado observando todo desde abajo sin inmutarse el muy cabrón, y su jodida sonrisa de sádico empezaba a tocarme los huevos. Pero yo estaba demasiado confuso por la caída y me había quedado sin voz por el golpe. Así que se libró de una mordaz respuesta por mi parte.

Presentía que me había roto algún hueso. Pero por lo demás estaba entero.
-          Supongo que ya nos volveremos a ver si consigues salir de esta – mientras hablaba hurgaba en mis bolsillos hasta que dio con lo que quería. Algo me impedía moverme, y sabía que no era sólo por la hostia.

Lanzó las llaves de mi moto al aire y volvió a cogerlas al vuelo mirándome de forma triunfal. Después me quitó la caja que tenía alojada junto a mis costillas y la guardó antes de posar su sucio trasero en MI burra.
-          Hasta entonces…te la secuestro – soltó dando unas palmaditas en la parte trasera de Sally, después lanzó una risotada teatralmente maligna y la arrancó despidiéndose con un gesto de cabeza - ¡Ya hablaremos, pincel!

- La madre que lo parió...- suspiré y apoyé la cabeza en el suelo. Sin molestarme en mirar cómo se marchaba con mi única vía de escape rápida.
Entonces volví a oír el tono de llamada de mi móvil.

- Qué bien... - lo cogí con dificultad del bolsillo interior de mi chupa y vi el nombre escrito en la pantalla, pero no tenía ni fuerzas para darle al botón y recibir la llamada - algo que no se me ha roto.
El cielo estaba poblado de estrellas, y tras la explosión todo había quedado envuelto en un sobrenatural silencio, pero sabía que esa extraña calma no duraría mucho tiempo y en seguida se vería interrumpida por el sonido de las sirenas. Por lo que debía abandonar ese sitio cuanto antes.
Pero, joder, qué pocas ganas me quedaban de moverme…

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12 comentarios:

  1. Buah nena ha sido increible!!! Pero cuando recuerde Thaerion y sepa quien es Zoey en realidad se va a sentir como una mierda >.> !Más más más!!

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    1. Jijiji ¡muchas gracias neni! Va a ser duro para él, y mucho. Pobrecita mi Zoe, le tenía cariño :/

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  2. ¡Woooooo! ¡Que graaaaande! Ha estado genial, y no solo lo digo por ver a ese personajillo nuevo y al que tanto cariño le tengo. ¡Cada vez me tienes más enganchado! ¡Deseando seguir leyendo!

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    1. Tu si que eres grande, gracias por tu comentario cielo, de verdad, con que te haya gustado su aparición me puedo dar con un canto en los dientes ¡Si es que me encanta que me leas! ¡Un besote! ^^

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  3. Olé!

    Me ha encantado el capi.

    Parece que poco a poco vamos a ir conociendo más características de los habitantes de Édora... Los Vanar y los Dalar... Me gusta!

    El pobre Thaerion me ha dado mucha pena... "me sentía como si acabase de perder a alguien importante para mí... aunque no la conociese de nada..." Uff cuando recuerde.

    Y bueno, me has dejado muy intrigada con el feo vacilón ese... ¿Quién es?

    Lo del final me ha matado jajajaaja "Qué bien... Algo que no se me ha roto" xDD
    Las fotos con todos los detalles, y la narración exhaustiva, como no cabía esperar menos de tí.

    Espero el siguiente impaciente, guapi.

    Besos!

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    1. ¡Hola guapa! Me he retrasado un poco pero he aprovechado que he vuelto a publicar para responder a los comentarios pendientes.

      Sobre los Vanar y Dalar quiero ir dando poco a poco más información, pero sin llegar a extenderme mucho para dejar algo para la novela, ¡si es que la saco algún día!

      Thaerion da penita si, es que a veces me cebo mucho con el pobre...pero en el fondo le aprecio jijiji. Ya veremos cómo se lo toma el día que sepa la verdad sobre Zoe...

      El "feo vacilón"...bueno, de momento sabemos poco (me encantó esa defición y creo que me la guardo para usarla el futuro xD), en el próximo capítulo se ve un poquito más, así te podrás ir haciendo una idea ;)

      Muchas gracias como siempre por tus comentarios Mary, ¡me encanta leerte!

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  4. Noooooooo Zoe ;O; me muerooo ;_; no me lo esperaba para nada :c si Thae se llega a enterar quien era... ayyy ; ^ ; me dio mucha pena pobrecita T n T
    El nuevo personaje tiene un no-se-qué que me encanta, me dejaste muy intrigada y ya quiero saber mas de él y de lo que sucederá <3
    Increible como siempre Ali ^^
    Beso : D

    (Soy Mexe, no puedo entrar desde mi cuenta de blogspot porque soy menor de edad ; n ; )

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    1. ¡Mexe guapa! Ya he cambiado de nuevo lo del permiso para que puedas entrar sin problemas, lo que haré será avisar antes de cada capítulo cuando las escenas sean más fuertes de lo normal, como venía haciendo hasta ahora ^^

      ¡A mi también me dio pena lo de Zoe! Pero mi mente perversa quería quitarse a alguien de en medio y le tocó a ella T_T

      No se por qué pero me imaginaba que te gustaría el nuevo personaje, me alegra no haberme equivocado, ya verás como se sabrá más cosas sobre él ^^

      ¡Gracias por tu comentario preciosa! ¡Nos vemos en el siguiente!

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  5. Ayyyyy cuantísimo tiempo sin leerte y hoy por fin me he puesto al día, me he leído como unos diez caps seguidos y ¡¡leñes como engancha!! Cada día que pasa está más interesante, pobre bruja, cuando Thaerion sepa quien era y quien es él se lo tomará fatal haberla matado :( Sigue así guapa, un besote

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    1. ¡Ay Birgitte! ¡Que alegría me has dado!

      Hacía mucho que no sabía nada de ti, pero ya he estado cotilleando por ahí y he visto que has andado muuuuuy ocupada, madre mía...espero que todo te vaya muy bien y seguir viéndote por aquí, ya sabes que eres bienvenida siempre ^_^

      ¡Muchísimas gracias por comentar! ¡Un abrazo enorme!

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  6. Uff, en vaya embrollo se ha metido Thaerion... Y digo "embrollo" por llamarlo de alguna manera, porque vaya...

    Y cuántos misterios se han quedado escondidos en ese lugar tan... *tose* ¡agradable! En fin, que me quedo con mucha intriga, así que voy a seguir leyendo.

    Saluditos :-D.

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    1. La verdad es que si, se ha metido en un lío...ya veremos cómo sale de él y si termina salpicándole o no. Cuando sigas leyendo ya me cuentas ;)

      ¡Un besazo enorme Marsar!

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