(Este capítulo contiene vocabulario adulto y escenas bastante crudas)
(Riverview – 2 de Marzo de 2011)
(Riverview – 2 de Marzo de 2011)
La musiquita de un móvil lejano me
despertó de golpe.
No sabía dónde estaba, ni si
seguía durmiendo y aquello se trataba de otra pesadilla tan real como la
anterior.
¿Qué se supone que había ocurrido?
No tardé en ver la respuesta...
Esta vez no había sido ningún
sueño o una visión, la había matado de verdad y aún tenía el sabor de su sangre
en mi boca.
Verla en ese estado me revolvió
las tripas.
Llegué hasta el baño de milagro y
devolví el contenido de sus venas entre violentas sacudidas que me dejaron
destrozado en el suelo.
Aquello desde luego no era como
pensaba que sería alimentarme de otra persona. ¿De verdad los vampiros disfrutaban
con ello?
Me sentía fatal, físicamente estaba hecho un trapo, como si me hubiese puesto las botas hinchándome de comida caducada y tuviese la necesidad de purgarme hasta echar la última gota. Y ya no hablemos de mi estado mental.
Mi cuerpo se retorcía y
convulsionaba a la vez que las imágenes de la noche anterior con ella formaban
un torbellino en mi cabeza mezcladas con las de su pasado.
Su cuerpo desnudo, su pasado, sus
jadeos, las voces dentro de sus recuerdos…su sabor…
Pensar en su sangre me repugnaba,
y ya no hablo de olerla o saborearla.
Me recordaba a cómo me encontraba
horas después de haber consumido una de las pociones que Lobo preparaba para
concederme temporalmente los poderes de un vampiro. Y lo vulnerable que quedaba
cuando se pasaban sus efectos.
La última vez que había tomado
una de ellas había sido la noche que maté a Beau.
“Si al menos tuviese una de
ellas a mano podría limpiar todo este desastre en poco tiempo”, pensé.
Después de unas cuantas arcadas
más me levanté y fui directo a la ducha.
El agua fría me ayudó a conseguir
que el nubarrón que había en mi cerebro se aclarase un poco, y al salir de la bañera
ya tenía una lista mental de lo que debía hacer para dejar todo en orden. Pero
necesitaba más tiempo del habitual, y al amanecer sería difícil acabar con
tantas pruebas.
En primer lugar debía deshacerme
del cadáver, y no era precisamente la parte que más me gustaba.
Me vestí y fui a la cocina, donde
el cuerpo desnudo de Zoe seguía tirado en el mismo sitio donde lo dejé.
Desangrada, pero no de forma muy limpia.
Le había rebanado el cuello con
un cuchillo de pelar patatas. Pero lo peor no era la sangre y la herida, sino
el color mortecino de su cuerpo, las diminutas venas negras que se habían
formado alrededor de sus ojos, piernas y brazos y su extrema delgadez. Que me
permitía hasta ver el contorno de sus huesos bajo la fina capa de piel blanquecina.
Incluso su pelo, allí donde se
veía la raíz o las mechas de su color oscuro natural, había adoptado un tono pálido
como su cuerpo.
Trabajando para las Sombras pude
ver muchas víctimas de vampiros, pero ni ellos eran capaces de hacer eso.
¿En qué clase de monstruo me
había convertido?
Estaba literalmente consumida, y no sólo por su sangre, de la que realmente no me había alimentado demasiado (viendo cómo lo había dejado todo). Era como si hubiese devorado su propia alma, su ser, o como se quiera llamar a todo el poder que alberga en una criatura antes de su muerte, y que permanece dentro de su cuerpo tras ésta hasta que la naturaleza lo reclama de vuelta.
¿Era eso lo que me había pedido
que hiciese Kaele?
Sólo de pensar que podría volver
a repetirlo me ponía enfermo… ¿y si perdía el control de esa manera ante Alidaen?
No, aquello era imposible. Y comerme
la cabeza con ello no me ayudaría a limpiarlo todo, así que dejé que esas ideas
se alejasen para poder centrarme en la desagradable faena que tenía ante manos.
Era bastante difícil centrarme al verla en ese estado, y aunque había visto cadáveres peores, solía ser mucho más eficiente cuando mis víctimas eran asesinos y no mujeres desarmadas.
-
¡Joder!
¿Por qué tuvo que echar esa
mierda en mi bebida? Estaba seguro de que sin drogas había podido controlar
perfectamente mi sed, pero con lo que me había dado fue imposible, aún no había
llegado a ese nivel de control, Murciélago me había advertido sobre ello antes.
¿Pero qué me había dado
exactamente?
Me debatía entre varias drogas
usadas anteriormente en algunas de mis víctimas, entre ellas la escopolamina,
la preferida de los violadores.
Rebusqué por la cocina y no me
costó encontrar ingredientes que normalmente no suelen usarse en una casa
normal dentro de los armarios, como la mandrágora, el acónito, beleño, la belladona,
estramonio, raíz de valeriana, y algunas setas de aspecto sospechoso. Pero no
había químicos, estaba claro que aquello debía ser algún potingue casero.
¿Una bruja en Riverview?
Eso explicaría parte de las
visiones y su gusto por todo lo esotérico.
Suspiré y volví a observar el
cadáver. Era una pena que esa preciosidad hubiese acabado convirtiéndose en
otra de mis víctimas involuntarias. La primera que recordaba claramente. Pero
ella no debería haber drogado a un desconocido para acostarse con él, nunca se
sabe cómo pueden reaccionar al despertarse.
Seguir lamentándome no me
daría tiempo extra, así que con toda la delicadeza que me era posible cogí su
cuerpo y lo metí en la bañera para poder limpiarlo bien y borrar cualquier
huella externa antes de pensar como me iba a deshacer de él.
Entonces recordé al camarero y las personas que podrían relacionarme con ella la noche de su desaparición, y me cagué en toda mi generación por haber cometido un acto tan imprudente.
Por suerte nadie allí conocía mi
identidad, y la matrícula de mi moto no podría llevarles hasta mí porque ni
siquiera estaba a mi nombre. Pero habría sido bastante útil poder borrarles la
memoria.
Podría hacer que pareciese un suicidio ¿pero por qué motivo una chica como ella iba a quitarse la vida? Además, estaba el ligero problemilla de su garganta y otros asuntos más íntimos...
Aunque, que yo supiera, no había
registros de mi ADN por ningún sitio. Los miembros de las Sombras éramos
completos desconocidos para los humanos. Así que seguramente darían con un
callejón sin salida al tomar muestras de su cadáver.
Negué y me dirigí a la cocina, cogí unos útiles de limpieza y me dispuse a fregar aquel desastre y borrar cualquier huella por si las moscas.
Una de las primeras cosas que se
aprende entre las Sombras es a limpiar el escenario de un crimen de forma
rápida y efectiva, así que en menos de una hora tuve todo listo y dispuesto
para acabar con la parte que menos me gustaba.
Antes de volver al baño, recordé la caja donde la chica había encontrado la foto de Thaerion y decidí
echarle un rápido vistazo por si encontraba algo más. Quizás así podía sacar
algo bueno de aquel desastre de noche.
Había un montón de fotos de ella
en situaciones un poco comprometidas, su novio el fotógrafo no había perdido el
tiempo, aparte de otras cuantas de su infancia y algunas cartas con distintos
remitentes.
Estaba intentando encontrar algo
útil cuando golpearon a la puerta con los nudillos.
Música: Craig Amstrong - Escape
Música: Craig Amstrong - Escape
-
Mierda,
demasiado pronto – susurré.
Dejé las fotos en su sitio y me
acerqué sigilosamente para ver de quién se trataba.
No volvió a llamar, pero podía
notar su presencia al otro lado. Al asomarme vi a un tipo de piel cenicienta y
pelo negro acabado en punta mirando fijamente a la mirilla con una sonrisa ladina
en el rostro.
-
Bu.
Qué oportuno, joder.
-
Sé que
estás ahí…y por la forma en que me hablaste anoche supongo que tu amiga no
puede salir a recibirme.
Volvió a tocar, esta vez
golpeando cinco veces de forma rítmica. No contesté y me dirigí hasta la
ventana dispuesto a salir de allí sin hacer ruido, cuando volví a escuchar su
voz al otro lado.
-
Si no
abres soplaré y soplaré…- comenzó a canturrear al otro lado - ¡y la puerta derribaré!
Fruncí el ceño al escucharle, al
menos uno de los dos parecía divertirse con esa puta situación.
Entonces escuché de nuevo ruidos, esta vez como si bajase las escaleras.
“¿Se va sin más…?”
Volví a asomarme por la mirilla y
esperé unos segundos. Había desaparecido. Abrí la puerta con cuidado
y me aseguré de que no estuviese escondido. Tampoco sentía su presencia, así
que recogí todo lo que me interesaba y fui al cuarto de baño, donde Zoe seguía
con la mirada vacía clavada en el techo.
Con una de las cortinas que encontré
por la casa cubrí su cuerpo desnudo. Y por muy inútil que fuese, le pedí perdón
en silencio.
Era extraño…me sentía como
si acabase de perder a alguien importante para mí aunque no la conociese de
nada. Seguramente fuese porque sus recuerdos seguían vivos en mi cabeza a pesar
de que no pudiese verlos con claridad.
Suponía que aquel efecto se
pasaría tarde o temprano al igual que el malestar físico.
-
Estás
jodido.
-
Me lo
dices o me lo cuentas…
-
Y ella estaba
demasiado rica ¿verdad?
Tardé unos segundos en percatarme de que no estaba hablando con mi conciencia y tenía a alguien detrás.
-
Pero truhan,
podrías haberte controlado un poquito.
-
¿Quién…?
– me di la vuelta bruscamente para enfrentarme al desconocido.
-
He
pensado que derribar la puerta sería demasiado engorroso. Así que me he
decantado por algo más sutil – saludó con la mano - ¿Algún
inconveniente?
El tipo sonrió, y al hacerlo su
rostro, ya de por si extraño de mirar, se me asemejó al del típico convicto
psicópata que puedes encontrar en el tablón de cualquier comisaría. Era muy
delgado, alto y de ojos de un verde oliva que brillaba de forma enfermiza.
Sus cejas y nariz eran bastante prominentes, y el puente partido que la caracterizaba recordaba al de un boxeador. Sus finos labios se curvaron aun más al ver la cara que se me quedó al verle apoyado en el marco de la puerta como si llevase ahí todo el día esperando. Impidiéndome el paso.
-
Me parece
que vas a necesitar ayuda con eso – dijo alegremente.
-
Y supongo
que tú no serás del servicio de limpieza.
Soltó una risotada, pero se puso
serio al instante.
-
No. Pero
puedo ayudarte a limpiar si vienes conmigo sin armar bronca.
Por algún motivo no me extrañó su oferta, lo cual hizo que me pusiese más a la defensiva.
-
¿Y por
qué debería irme contigo?
-
Veamos…-
se movió para adoptar otra postura menos relajada, y en ese instante saqué mi
arma desconfiado.
Lo único
que hizo fue alzar la mano para comenzar a enumerar sus razones, y yo me sentí bastante estúpido por mostrarme tan alterado. Él en cambio seguía como
si no le importase que le estuviese apuntando a la cabeza.
-
Uno,
conozco a alguien que quiere verte; dos, llevo buscándote un cojón de tiempo;
tres, hay bastante dinero de por medio; cuatro…bueno, que coño, ya puedes
suponer el resto.
-
Esos son
los motivos por los que tú quieres llevarme contigo – contesté tratando de
guardar la compostura - pero no por los
que yo debo seguirte.
-
Tus
razones quedan implícitas en las mías.
-
Lo único
que queda implícito es que esto no va a acabar pacíficamente, porque no pienso
acompañarte a ningún lado.
-
Está
bien, como tú quieras.
Se separó del marco de la puerta
perezosamente, pero note como su mirada brillaba ante la expectativa de una
buena pelea. Se notaba que era precisamente eso lo que quería, y yo esperaba no
defraudarlo.
Guardé de nuevo mi pistola para mostrarle que no le tenía ningún miedo y podía enfrentarme a él con las manos desnudas (yo y mis sobradas que no me aportan nada bueno), y él me provocó con un gesto burlón para que iniciase el ataque.
-
Adelante,
no te hagas el difícil ahora –
me invitó.
Me lancé contra él cogiendo
impulso con los pies y tratando de golpearle con los puños en el costado. Él
paró mi ataque con el brazo izquierdo y respondió propinándome un cabezazo en
la nariz. No consiguió darme de lleno, pero el sabor de mi propia sangre llegó
pronto a mis labios.
- Deberías estar más atento ¿La resaca te está pasando factura? - mientras me picaba esquivaba sin dificultad mis acometidas. - Es lo que tienen las fiestas salvajes con brujas de por medio.
La verdad es que si, tenía la
cabeza embotada y sus movimientos resultaban demasiado rápidos para mis
sentidos, aun nublados por el efecto de las drogas. Volvió a golpear, y esta
vez logré estar más atento y parar un codazo que se dirigía hacia mi estómago.
Sus ataques eran contundentes, pero no
demasiado fuertes.
O no se estaba empleando a fondo
para darme algo de ventaja o por su fuerza no destacaba.
Tampoco le hacía falta, sus
golpes eran rápidos y letales, sabía dónde atacar para dejarme desprotegido ante
los siguientes, y qué hacer para esquivar todos mis ataques sin esfuerzo. No
tardé en quedar exhausto y volverme cada vez más torpe, recibiendo uno a uno
los puñetazos que me propinaba en el estómago.
Estaba claro que no estaba en mi
mejor momento para luchar contra alguien como él ¿Pero de donde había salido
ese tipo tan raro?
Mientras luchaba, y a medida que
la intensidad del combate se incrementaba, el extraño brillo de sus ojos se
hacía más palpable, adquiriendo un tono azulado que en seguida me recordó a los
miembros de mi propia raza, en Édora, cuyos ojos se iluminaban cuando usaban
algún tipo de poder o entraban en el frenesí del combate. A veces adquirían
tonos distintos, pero el añil, el rojo y el púrpura eran los más comunes entre
los Vanar, de igual modo que el dorado, el verde o el blanco eran los más típicos
para los Dalar.
- Eres un Vanar.
-
Has
tardado en darte cuenta – sonrió adoptando una postura defensiva.
Aun me fascinaba la facilidad con
la que la información, una vez recuperados los recuerdos de esa época, volvía a
mi cerebro. Acomodándose allí como si nunca se hubiese borrado.
-
La verdad
es que me hubiese decepcionado que vinieses sin nada de violencia por medio
– declaró descargando un nuevo golpe con sus puños desnudos – no hay nada mejor que unas cuantas hostias
para romper el hielo.
En ese momento, y como si el
destino quisiese tocarle las pelotas, alguien llamó a la puerta interrumpiendo
nuestro “baile”.
-
Pues me
temo que vamos a tener que dejarlo para otro día, tenemos visita.
-
Tsk –
chasqueó la lengua y dejó de atacar. – Está
bien, lo dejaremos por ahora, de todas formas es aburrido darte una paliza
cuando ni puedes defenderte en condiciones.
-
¿No
piensas llevarme a rastras?
-
Que va,
prefiero divertirme viendo como intentas salir de ésta tu solito. Los exnovios
celosos y obsesivos son de lo mejor en estas situaciones.
Y tanto, eran las cuatro de la
mañana y ya estaba en la puerta de su casa.
Se despidió y fue hacia la
ventana, varios golpes aporreando la puerta hicieron que girase la vista un
segundo. Y al siguiente ya no estaba allí.
Era increíblemente rápido.
-
¡¿Zoe?!
– era la voz del camarero del bar - ¡¿Zoe,
Estás ahí?!
Yo tampoco perdí el tiempo,
agarré de un tirón la caja de madera y la metí dentro de mi chupa sujetándola
bajo la axila. Si esa mujer tenía alguna información sobre Alidaen o Thaerion
quizás en allí estaba la respuesta. Y no pensaba perder la oportunidad de
obtenerla.
Me asomé por la ventana, no había
ni un alma en la calle, pues aun ni había amanecido, pero una caída desde ahí
podría partirme la crisma. Miré hacia los lados buscando al tipo de la sonrisa
siniestra, pero no había dejado ni rastro.
¿Por dónde había salido? Allí
sólo había metros de caída libre entre la ventana y la acera. La puerta volvió
a sonar, pero esta fue un fuerte golpe que amenazó con tirarla abajo.
Fue entonces cuando noté el olor
a gas que venía de la cocina…
-
¡Zoe, voy
a entrar! – advirtió - ¡¿Por qué no
respondes a mis llamadas?!
No tuve tiempo para pensar en
planes mejores. De hecho ni lo pensé, tan sólo sentí un impulso ciego que me
llevo a estirar la mano hacia la cocina mientras pronunciaba palabras en un
idioma desconocido para mí.
-
¡Rhego
Xâr!
Ni la potente voz que salió de
mis labios ni el poder que manó de mi cuerpo hasta convertirse en una llamarada
de fuego me pertenecían. Era el poder de una bruja, una bastante poderosa que
yo mismo había matado.
La llama se movió a través de mi
brazo sin llegar a quemarlo, y se separó de mis dedos adoptando la forma de una
esfera que salió disparada hacia la cocina y chocó contra la encimera.
Había dado tiempo suficiente para
que el gas llegase hasta la zona del salón, así que el piso no tardó en ser
pasto de las llamas, viéndose envuelto por una terrible explosión que me
impulsó con fuerza hacia el exterior.
Salté, o volé mejor dicho, y vi a
una violenta velocidad cómo la acera ascendía hasta donde me encontraba como si
quisiera abrazarme. Sólo me dio tiempo a girar sobre mí mismo antes de caer y
aferrar la caja que tenía bajo la chupa.
Cerré los ojos con fuerza
preparándome para el choque, pero de repente algo impidió que cayera, una
extraña fuerza me impulsó y sujetó como si flotase sobre algo invisible durante
unos breves instantes.
Por unos segundos todo pareció ir
en cámara lenta, de forma que podía discernir hasta los detalles de la fachada
de ladrillo rojo del edificio, el olor a humo y el intenso color de las llamas
que provenían del piso de la chica muerta.
Pero lo que más me llamó la atención fueron las alas negras que me sujetaban.
Otro de los detalles importantes
sobre los Vanar que había olvidado a causa de mi amnesia.
Por desgracia seguía sin tener
control sobre ellas, y todo volvió a la normalidad antes de que me diese cuenta
de qué demonios pasaba. Finalmente, a escasos metros del suelo, volví a caer dándome
de bruces contra la dura acera.
-
¡Esta sí
que es una salida triunfal! – exclamó el tipo de antes dando un par de
palmas.
Había estado observando todo
desde abajo sin inmutarse el muy cabrón, y su jodida sonrisa de sádico empezaba
a tocarme los huevos. Pero yo estaba demasiado confuso por la caída y me había
quedado sin voz por el golpe. Así que se libró de una mordaz respuesta por mi
parte.
Presentía que me había roto algún hueso. Pero por lo demás estaba entero.
-
Supongo
que ya nos volveremos a ver si consigues salir de esta – mientras hablaba hurgaba
en mis bolsillos hasta que dio con lo que quería. Algo me impedía moverme, y sabía
que no era sólo por la hostia.
Lanzó las llaves de mi moto al aire y volvió a cogerlas al vuelo mirándome de forma triunfal. Después me quitó la caja que tenía alojada junto a mis costillas y la guardó antes de posar su sucio trasero en MI burra.
-
Hasta
entonces…te la secuestro – soltó dando unas palmaditas en la parte trasera de
Sally, después lanzó una risotada teatralmente maligna y la arrancó despidiéndose
con un gesto de cabeza - ¡Ya hablaremos,
pincel!
- La madre que lo parió...- suspiré y apoyé la cabeza en el suelo. Sin molestarme en mirar cómo se marchaba con mi única vía de escape rápida.
Entonces volví a oír el tono de
llamada de mi móvil.
- Qué bien... - lo cogí con dificultad del bolsillo interior de mi chupa y vi el nombre escrito en la pantalla, pero no tenía ni fuerzas para darle al botón y recibir la llamada - algo que no se me ha roto.
El cielo estaba poblado de
estrellas, y tras la explosión todo había quedado envuelto en un sobrenatural
silencio, pero sabía que esa extraña calma no duraría mucho tiempo y en seguida
se vería interrumpida por el sonido de las sirenas. Por lo que debía abandonar
ese sitio cuanto antes.
Pero, joder, qué pocas ganas me quedaban de moverme…
(Siguiente capítulo)
(Comentario de este capítulo)
(Capítulo anterior)
(Siguiente capítulo)
(Comentario de este capítulo)
(Capítulo anterior)
Buah nena ha sido increible!!! Pero cuando recuerde Thaerion y sepa quien es Zoey en realidad se va a sentir como una mierda >.> !Más más más!!
ResponderEliminarJijiji ¡muchas gracias neni! Va a ser duro para él, y mucho. Pobrecita mi Zoe, le tenía cariño :/
Eliminar¡Woooooo! ¡Que graaaaande! Ha estado genial, y no solo lo digo por ver a ese personajillo nuevo y al que tanto cariño le tengo. ¡Cada vez me tienes más enganchado! ¡Deseando seguir leyendo!
ResponderEliminarTu si que eres grande, gracias por tu comentario cielo, de verdad, con que te haya gustado su aparición me puedo dar con un canto en los dientes ¡Si es que me encanta que me leas! ¡Un besote! ^^
EliminarOlé!
ResponderEliminarMe ha encantado el capi.
Parece que poco a poco vamos a ir conociendo más características de los habitantes de Édora... Los Vanar y los Dalar... Me gusta!
El pobre Thaerion me ha dado mucha pena... "me sentía como si acabase de perder a alguien importante para mí... aunque no la conociese de nada..." Uff cuando recuerde.
Y bueno, me has dejado muy intrigada con el feo vacilón ese... ¿Quién es?
Lo del final me ha matado jajajaaja "Qué bien... Algo que no se me ha roto" xDD
Las fotos con todos los detalles, y la narración exhaustiva, como no cabía esperar menos de tí.
Espero el siguiente impaciente, guapi.
Besos!
¡Hola guapa! Me he retrasado un poco pero he aprovechado que he vuelto a publicar para responder a los comentarios pendientes.
EliminarSobre los Vanar y Dalar quiero ir dando poco a poco más información, pero sin llegar a extenderme mucho para dejar algo para la novela, ¡si es que la saco algún día!
Thaerion da penita si, es que a veces me cebo mucho con el pobre...pero en el fondo le aprecio jijiji. Ya veremos cómo se lo toma el día que sepa la verdad sobre Zoe...
El "feo vacilón"...bueno, de momento sabemos poco (me encantó esa defición y creo que me la guardo para usarla el futuro xD), en el próximo capítulo se ve un poquito más, así te podrás ir haciendo una idea ;)
Muchas gracias como siempre por tus comentarios Mary, ¡me encanta leerte!
Noooooooo Zoe ;O; me muerooo ;_; no me lo esperaba para nada :c si Thae se llega a enterar quien era... ayyy ; ^ ; me dio mucha pena pobrecita T n T
ResponderEliminarEl nuevo personaje tiene un no-se-qué que me encanta, me dejaste muy intrigada y ya quiero saber mas de él y de lo que sucederá <3
Increible como siempre Ali ^^
Beso : D
(Soy Mexe, no puedo entrar desde mi cuenta de blogspot porque soy menor de edad ; n ; )
¡Mexe guapa! Ya he cambiado de nuevo lo del permiso para que puedas entrar sin problemas, lo que haré será avisar antes de cada capítulo cuando las escenas sean más fuertes de lo normal, como venía haciendo hasta ahora ^^
Eliminar¡A mi también me dio pena lo de Zoe! Pero mi mente perversa quería quitarse a alguien de en medio y le tocó a ella T_T
No se por qué pero me imaginaba que te gustaría el nuevo personaje, me alegra no haberme equivocado, ya verás como se sabrá más cosas sobre él ^^
¡Gracias por tu comentario preciosa! ¡Nos vemos en el siguiente!
Ayyyyy cuantísimo tiempo sin leerte y hoy por fin me he puesto al día, me he leído como unos diez caps seguidos y ¡¡leñes como engancha!! Cada día que pasa está más interesante, pobre bruja, cuando Thaerion sepa quien era y quien es él se lo tomará fatal haberla matado :( Sigue así guapa, un besote
ResponderEliminar¡Ay Birgitte! ¡Que alegría me has dado!
EliminarHacía mucho que no sabía nada de ti, pero ya he estado cotilleando por ahí y he visto que has andado muuuuuy ocupada, madre mía...espero que todo te vaya muy bien y seguir viéndote por aquí, ya sabes que eres bienvenida siempre ^_^
¡Muchísimas gracias por comentar! ¡Un abrazo enorme!
Uff, en vaya embrollo se ha metido Thaerion... Y digo "embrollo" por llamarlo de alguna manera, porque vaya...
ResponderEliminarY cuántos misterios se han quedado escondidos en ese lugar tan... *tose* ¡agradable! En fin, que me quedo con mucha intriga, así que voy a seguir leyendo.
Saluditos :-D.
La verdad es que si, se ha metido en un lío...ya veremos cómo sale de él y si termina salpicándole o no. Cuando sigas leyendo ya me cuentas ;)
Eliminar¡Un besazo enorme Marsar!