martes, 10 de junio de 2014

CAPÍTULO XXVII: Deseo Dormido (EXTRA)

(ADVERTENCIA: Esta parte del capítulo contiene escenas con alto contenido sexual y no revela información importante sobre la trama, lo que significa que es opcional leerla, podéis saltarla si no tenéis edad suficiente o no os gusta leer este tipo de situaciones)

No sé cuánto tiempo pasó, pero debí de quedarme dormida, pues al despertar todo parecía haberse quedado en silencio y al abrir los ojos vi que Fran y yo estábamos solos en el vagón del metro.
Él estaba dormido con la cabeza apoyada en el cristal, y yo me levanté para tratar de ver si nos habíamos pasado de parada, como aquella vez que Lande me acompañó a hacer recados y nos pasamos más de dos horas dando vueltas por el metro porque ninguno de los dos sabía hacer de guía.

Me apoyé en una de las barras centrales de metal y noté una leve sacudida, como si el conductor hubiese tenido que frenar de forma algo forzosa en una de las paradas.
El vehículo se detuvo de golpe y las puertas se separaron como si alguien hubiese pulsado el botón de apertura desde el exterior, pero aparte de una helada ráfaga de aire nadie más entró en aquel vagón, que de repente se había quedado casi a oscuras y parecía otro.

Uno mucho más siniestro y vacío. Un lugar que parecía formar parte de otro mundo.
Me obligué a apartar la vista de la puerta y giré la vista hacia Francessco para pedirle que saliésemos de allí en seguida.

Él seguía dormido como antes, pero a su lado había alguien más mirándome fijamente.
Era una mujer de pelo rojizo y ojos dorados que me resultaba bastante familiar, y nada más verla supe que se trataba de una vampiresa.

Su piel era pálida y tan delicada como la del resto de los suyos, y sus ojos brillaban sedientos de sangre mientras me miraba con una sonrisilla lasciva y se acercaba a Francessco de forma zalamera, rozándole la mejilla con la punta de sus dedos para despertarlo.
Intenté acercarme para poder ayudarlo, pero mis piernas no reaccionaban como debían por el miedo que me inundaba. Y a punto estuvieron de tirarme al suelo cuando volví a sentir una nueva sacudida más violenta que la anterior.

Pero alguien me lo impidió cogiéndome de la cintura por detrás y agarrándome con firmeza.
-          Tranquila…no le va a pasar nada malo.

-          ¿Thaerion…?

-          No me llames así – me ordenó con voz suave.

Me estremecí al sentirlo a mi espalda.

-          Entonces prefiero no llamarte de ninguna manera – respondí a la defensiva.

- No me importa, tan sólo quiero que gimas – susurró a mi oído.
Miré sorprendida el reflejo del cristal al escucharlo, pero sólo podía verme a mí misma de pie junto a la barra, sin nadie detrás. Por lo que supuse que estaría soñando de nuevo, o que serían imaginaciones mías.

De todas maneras no era la primera vez que soñaba cosas parecidas con Thaerion, así que al sentir su tacto sobre mi piel decidí dejar que aquel sueño me guiase y poder así estar con él, aunque sólo fuese oníricamente.
Cerré los ojos y apoyé mi pecho en la barra, notando como sus frías manos recorrían mis muslos desde las rodillas hasta la cara interior de éstos, y con mucho cuidado deslizaban mi ropa interior hacia abajo para dejarme expuesta a sus caricias.

A veces sentía su aliento helado en mi nuca, y el leve roce de sus labios y su lengua mientras yo abría las piernas, ofreciendo acceso a sus diestros dedos para sucumbir al placer que tanto tiempo me había sido negado y que tanto anhelaba a pesar de todo.
Entonces escuché un gruñido masculino, y fijé la vista en Francessco, que tenía enganchado al cuello a la vampiresa pelirroja, de la que instantáneamente me había olvidado al pensar en Thaerion y sus caricias.

Él parecía disfrutar mientras ella hacía lo propio bajo su pantalón, tocando y besando a mi supuesto novio sin ningún tipo de pudor delante de mí.
Debí de haberme sentido molesta, e incluso preocupada, pero la escena provocó que el interior de mis muslos se humedeciese y desease con más urgencia que las heladas manos que rozaban mis piernas llegasen a su destino de una vez.

-          Vamos…hazlo…- le rogué.

- ¿Deseas…esto?
Tan solo un roce y ya me sentía a punto de estallar. Como siguiese por ese camino aquel sueño acabaría tan pronto como el resto. Pero no tenía forma de controlarme, dentro de éstos Thaerion conocía todos mis secretos.

Tuve que aferrarme con fuerza al metal para evitar que mis piernas volviesen a fallarme mientras él me liberaba del yugo de mi propia ropa con la mano libre.

- Si…si...
Siguió acariciándome. Primero de forma suave tanteando el exterior de mi sexo con sus dedos para aumentar mi deseo, y después introduciéndolos poco a poco a través de mi humedad, presionando en el centro de mi placer, masajeando cada vez más seguro los lugares donde nunca antes había estado otro hombre que no fuese él.
Y yo no podía dejar de gemir, de instarle a que siguiera y de ofrecerme a cambio de aquellas deliciosas caricias.

Creí que moriría ahí mismo si se alejaba de mí en ese momento, y dejé que mi cuerpo se liberase de su único apoyo para poder unirme más a él, estirándome hacia atrás para caer de espaldas sobre su pecho.
Su brazo libre me sostuvo con fuerza, y mientras sus dedos seguían haciendo maravillas entre mis piernas, su otra mano se introdujo en el interior del sujetador para liberar mi pecho y presionarlo firmemente.

Notaba su duro cuerpo contra el mío, y su rígida entrepierna pegada a la parte baja de mi espalda, pero salvo para frotarse contra mí no hacía más amago de obtener placer que aquel que yo le ofrecía a través de mis gemidos.
Y deseé que estuviese en mi interior. Pero por mucho que se lo rogase tan sólo conseguía que sus manos se volviesen más atrevidas y sus caricias aumentasen a un ritmo que me volvía loca.

-          Hoy no…- susurraba.

Y volvía a presionar y a introducir su dedo profundamente. A besar mi espalda, a morder ligeramente mi hombro y mi cuello desnudo. Hasta que no pude soportarlo más y estalle gritando su nombre como la última vez que estuvimos juntos.
-          ¡Thaerion!

Una risa burlona resonó a mi espalda, y al abrir los ojos vi que tanto Francessco como la mujer pelirroja me estaban mirando divertidos con la escenita que acababan de presenciar.
Del cuello de él emanaba sangre oscura, la misma que bañaba los labios de la vampiresa. Y frente a mí, en el reflejo del cristal, dos orbes rojizos brillaban divertidos.

-          Te equivocas de nuevo…- susurró el vampiro con tono cantarín.

- Dale...
“Te prometí que tendrías dulces sueños, ninfa…Espero no haberte decepcionado”

12 comentarios:

  1. ¿Qué quieres que te diga?
    Me ha gustado que haya estado pensando que era Thaerion todo el rato, y hay algo que me ha sorprendido y he tenido que releer, lo de que ningún hombre antes estuvo en esos lugares excepto Thaerion, porque yo pensaba que Hamming (creo que así se llamaba), la había violado o algo, así que mejor.
    Aún así, Dale sigue encantándome :3
    Perfecto capítulo, como siempre.
    ¡Espero el siguiente!

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    1. Me alegra que te hayas fijado en ese detalle Terry, no sabía si había quedado claro o no hasta el momento, por lo que quise aclararlo un poco con esa frase. De todas formas muy pronto sabremos un poco más sobre Hamming y qué es lo que le hizo, ya lo verás :)

      Creo que Dale comienza a tener algunas admiradoras jajaja ¡con lo mal bicho que es! pero me encanta que te guste ^^

      Un besazo enorme guapa, y el siguiente ya no sé para cuando lo tendré pues a principios de mes me espera mucho lío, pero intentaré tenerlo pronto.

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  2. Vaya, vaya, este Dale, cuánto peligro tiene. Y con respecto a la escenita extra..., ejem..., ufff..., ¡sin comentarios! ;-)

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    1. Jijiji gracias por comentar Marsar, espero que te gustase ;)

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  3. Me encanta Dale... cumplidor como ningún otro vampiro ajaja
    ninfa ninfomana, que se olvide de Thae si sigue asi.

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    1. Jajajaja y a mí me encanta cuando te indignas con Ali o Thae, la verdad es que la ninfa está un poco necesitada...pero no se lo tengas muy en cuenta, al fin y al cabo tiene sus motivos ¿no? xD

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  4. Increíble... me lo he releído un par de veces, al parecer no me percaté de que no era Thaerion hasta casi el final, cosas que pasan cuando te centras en leer y pasas un poco de las imágenes ¡Genial! me ha encantado este sueño XD

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    1. Jijijiji si, a veces pasa...esa imágenes tuve que repetirlas dos veces porque las primeras saqué a Thaerion con su ropa y luego pensé que quedarían mejor si le ponía las de Dale. ¡Me alegra que te gustase Momo, un besito!

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  5. El capi normal me sorprendio ke no la mordiera Dale tiene mas autocontrol ke yo x3 jiijijij
    Pobre ali solo en sueño tiene accion xD ke imaginacion O.O, tuve ke reller para darme cuent ake era un sueñito -.-
    Sigue asi eres la mejor :D espero pronto el nuevo capi :3

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    1. Jajajaja Vane, que razón tienes...la pobre Alidaen necesita que sus sueños se materialicen de una vez o me parece que acabará por explotar xDDDD

      ¡Muchas gracias por tus ánimos cielo y perdona por no contestar antes!

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  6. Ay Dale, Dale querido, eres un malvado y me encanta eso. Bah, no, me encanta que hace desear su maldad. Me ha parecido maravilloso y muy bien redactado, me encanta ver esos instintos sexuales a flor de piel en ella, "humanizarla" tanto y a su vez mostrar que su ¿ninfés? le da un cambio a esas situaciones.

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    1. Jajaja si que es un poco malvado, pero creo que se le permite hacer este tipo de cosas...

      Me alegra muchísimo que te haya gustado guapa, este tipo de escenas me cuesta mucho escribirlas y es una alegría saber os agradan.

      Y creo que has captado muy bien ese lado "ninfa" de Ali, ya que en realidad no es tan mosquita muerta como parece y sólo necesita un pequeño empujón para encenderse, y la verdad es que Dale para eso...bueno, es un experto xD

      ¡Un beso enorme guapa, y gracias por comentar!

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