Música: Another Love - Tom Odell
Al despertar, vi que Fran me
miraba con cara rara, y que nos habíamos quedado solos en el vagón del metro.
Temía preguntarle si había
hablado en sueños, o si una vampiresa se le había acercado para absorberle la
sangre y hacerle otras cosas mientras dormía. Pero no parecía estar todo lo
contento que debería de haber pasado realmente todo aquello, así que me
incorporé frotándome los ojos y bostezando, tratando de quitarme la
perturbadora imagen de Dale de mi cabeza.
“Maldito
chupasangres engreído…”
-
Creo que
ya hemos llegado.
Él asintió y me siguió mirándome
de forma pensativa.
¿Me habría puesto a gemir
realmente en medio de ese vagón? La sola idea hizo que mis mejillas adoptasen
el color de la grana y fuese incapaz de mirar a Francessco durante el trayecto
de vuelta a la Compañía.
Pero al llegar, en la puerta de
entrada, me detuvo y me rodeó la cintura mirándome fijamente.
-
¿De
verdad quieres que me quede a tomar la última?
Pensé en ello, y asentí algo
insegura.
Había sido un día lleno de
emociones, y al parecer mi cuerpo deseaba poder desahogarse de alguna forma
desde lo ocurrido con Dale en aquel callejón, pero aun así no estaba segura de
que pasar la noche con Francessco fuese una buena idea.
“Se lo has prometido, Alidaen, y
sólo será una cerveza”, me dije a mi misma.
-
Voy a por
las cervezas – comentó más animado- tú
espérame arriba.
Asentí, y mientras él se dirigía
hacia las escaleras que llevaban a la zona de abajo donde estaba la cocina, yo
entré en el edificio para ir a la primera planta. Me quedé unos segundos
mirando embobada las escaleras ascendentes, como si el hecho de mirarlas
fijamente hiciese que ascendiese por ellas sin esfuerzo.
Suspiré y decidí ir por el
ascensor, al menos así sólo tendría que pulsar un botón para llegar a mi
cuarto. Pero al hacerlo mi mano chocó contra otra y presionamos al mismo
tiempo.
Manos frías.
Di un respingo y la aparté de
golpe, mirando de reojo a la persona que había tenido mi misma idea.
Al verme se puso aún más pálido
de lo que era, y por una vez le vi nervioso en mi presencia. Tanto que casi
tira la caja llena de libros que sostenía con la mano libre.
-
Hola…-
saludé con un hilillo de voz, volviendo la vista hacia la puerta del ascensor.
-
Hola
– respondió seco.
Me mordí el labio, recordando vívidamente el sueño en el que creía que él me tocaba hasta hacerme enloquecer.
Recordando aún mejor la noche que
pasamos juntos en el Darkness. Y no ayudó nada a que me sintiese más tranquila
con él tan cerca, aunque al menos tenía las manos ocupadas en esta ocasión.
Esperamos en silencio mientras el dichoso ascensor se tomaba su tiempo en aparecer, y miré hacia las escaleras pensando que podría evitar aquella tensión huyendo cobardemente. Pero aquello habría hecho que me ganase de algún modo, y no estaba dispuesta a mostrar más debilidad de la necesaria aquel día.
Si no quería subirse en el
ascensor conmigo que fuese él quien tomase otro camino.
Alcé el mentón orgullosa de mi
misma y entré con decisión cuando la puerta aún no se había abierto del todo,
él hizo lo mismo, y al final conseguimos chocar de nuevo y tratar de pasar
haciendo estúpidas maniobras para rozarnos lo menos posible y no caernos hasta
el interior de ese trasto que ya odiaba con toda mi alma.
-
Lo siento
- se disculpó apartándose tímidamente y cediéndome el paso como debería haber
hecho desde un principio. Aunque él fuese quién iba más cargado.
Por suerte me recompuse rápido y
entré lo más dignamente que pude, notando cómo me seguía con esa intensa
mirada.
-
Gracias.
Sujetó la puerta para que no se
cerrase con la caja sobre su cabeza y entró después de mí, y yo pulsé el botón
de la primera planta para que no hiciese tantos esfuerzos innecesarios. Pero
cuando comenzó a cerrarse, un pie la detuvo a tiempo y Francessco se coló
cargando con una botella de vino y dos copas en las manos.
-
Lo
siento, no quedaba cerveza, seguro que Lande se las ha acabado todas – me
mostró la botella y no pude evitar mirar de reojo hacia Thaerion, que tenía
delante de la cara la caja de cartón y no hizo sonido alguno.
-
No…no te
preocupes – contesté algo incómoda.
-
Vaya, tu
eres el nuevo cantante ¿no?
La puerta se abrió al llegar y
esta vez el primero en salir fue Thaerion sin decir ni una palabra.
-
Qué tío
más borde – murmuró Francessco sintiéndose, obviamente, bastante ignorado.
Lo vimos entrar en una de las
habitaciones que hasta ese momento habían estado vacías, y cerró la puerta de
golpe.
Estaba a sólo un par de
habitaciones de la mía…
A duras penas seguí a Francessco hasta mi cuarto, si no hubiese sido por él seguramente habría acabado en cualquier otro por equivocación. O no.
Me dejó pasar y cerró la puerta
sin hacer ruido, dirigiéndose al escritorio para dejar sobre él la bebida.
-
Ups…se me
ha olvidado el abrebotellas.
-
No te
preocupes…
La verdad es que poco vino me
apetecía en esos momentos.
-
Iré a por
él, no tardo – se le veía un poco nervioso.
Y me dejó en el cuarto a solas.
A unos pocos metros de Thaerion…
Abrí la puerta y asomé la cabeza
por el pasillo, pero justo en ese momento escuché el ruido de su puerta al
abrirse y volví a cerrar de golpe.
Sus pasos acercándose resonaban
con fuerza en mis oídos… ¿o eran los latidos de mi pecho? Él era muy silencioso
al caminar…quizás… ¿quería que lo escuchase?
“Viene aquí”, pensé poniéndome más nerviosa. “Por favor…ven”, le rogué mentalmente.
Por un segundo me pareció hasta
escuchar su respiración detrás de mi puerta, silencio…y de nuevo pasos, pero
esta vez alejándose cada vez más deprisa.
Dejé caer mi peso sobre la puerta
y tomé una larga bocanada del aire que había estado conteniendo.
“Se ha
ido”
¿Y qué podía esperar?
Francessco no tardó en llegar con
el abrebotellas, y yo comencé a beber de la copa que me ofrecía tratando de
animarme con las historias que me contaba tan sonriente como siempre.
El alcohol ayudaba bastante a que
el mal trago pasase, y poco a poco comencé de nuevo a reírme de sus chistes y
disfrutar de su compañía como antes.
Lo ocurrido con Salma, Dale, y el
metro pasó a un segundo plano, y hasta fui capaz de olvidarme de que Thaerion
había estado a sólo un par de habitaciones de distancia de la mía por unos
minutos.
Me esforcé por centrarme en Francessco. Lo habíamos pasado muy bien juntos y ya me sentía bastante culpable por haberle hecho esa encerrona y dejarle solo mientras yo me iba con el vampiro, como para encima añadir a Thaerion.
Me esforcé por centrarme en Francessco. Lo habíamos pasado muy bien juntos y ya me sentía bastante culpable por haberle hecho esa encerrona y dejarle solo mientras yo me iba con el vampiro, como para encima añadir a Thaerion.
Además, no era la primera vez que
nos encontrábamos ahí dentro, y debía acostumbrarme a verlo en los pasillos.
La botella se fue vaciando
demasiado deprisa, y las copas se rellenaron a la misma velocidad, y cuando
quisimos darnos cuenta ya no quedaba más alcohol que el que corría por nuestras
venas.
-
Vaya…se
acabó – las mejillas de Francessco estaban encendidas por el calor y sus
ojos verdes tenían un brillo especial aquella noche.
Estaba sentado en la silla de mi
escritorio mirando hacia los pies de la cama, donde yo reposaba sobre el baúl
que a veces usaba de asiento cuando tenía visitas.
-
Es evidente
– sonreí divertida.
Dejó la botella y las copas sobre
la mesa y se incorporó para sentarse a mi lado.
-
Admito
que estoy un poco borracho…
No pude evitar echarme a reír.
-
Eso
también es evidente.
Él rio conmigo y llevó una mano a
mi mejilla. Tenía lágrimas por la risa y las limpió con suavidad.
-
¿Y son
evidentes también las ganas que tengo de besarte?
Me quedé en silencio, sin saber qué contestar a eso. Y
él lo tomó como una invitación, pues acercó sus labios a los míos para besarlos
de forma hambrienta.
En ese momento mi mente era un
remolino de pensamientos difusos, y mi cuerpo un volcán que había estado a
punto de entrar en erupción demasiadas veces en ese día y necesitaba algún tipo
de alivio.
Dejó escapar un gruñido ronco
cuando permití que su lengua se enredase con la mía, y con algo de torpeza me tumbó
sobre la cama, donde se dejó caer sobre mí apoyando su peso en las rodillas sin
dejar de besarme.
“¿Qué estoy haciendo?”, me
pregunté varias veces. Pero la mayoría de ellas las olvidaba cuando notaba el
calor que emanaba de nuestros cuerpos y lo dulce que sabía el vino en sus
labios.
Estuvimos así un tiempo, hasta que él se separó lo
justo para mirarme fijamente.
-
Alice…te…-
se interrumpió - …quiero…- murmuró
sonrojado – y deseo…deseo pasar la noche
contigo…si tú quieres…- dijo tímido.
Le miré algo confusa, sin
entender de primeras a qué se refería exactamente, y con sus palabras
martilleando en mi cabeza.
“Te quiero…”
Thaerion nunca me había dicho que
me quería, no con esas palabras y de forma tan clara. En cambio me había dicho
otras muchas cosas. Y yo las recordaba todas.
Al igual que recordaba el deseo
que embargaba mi cuerpo cada vez que él estaba cerca.
“Eres mía…”
“Te llevo grabada en mi piel”
“Nunca
permitiré que te olvides de esto”
Eran distintos…demasiado
distintos…y yo sólo quería pertenecer a una persona. Por mucho que me esforzase
en olvidarle sabía que entregarme a otro sin desearlo realmente era un error.
- Lo…lo
siento. Pero no puedo.
Esta vez fue Fran quien me miró
confuso, y fui incapaz de contemplar por mucho tiempo la decepción que se
dibujó en su rostro.
-
Lo…entiendo…-
dijo con dificultad – aún es pronto…quizás
no estés preparada. Perdóname, pero es la primera vez que…y he
bebido…demasiado.
-
Calla,
por favor.
Cerró la boca de golpe y yo sentí
muchísimo haberle cortado de esa manera, pero no podía soportar más tiempo
escuchar sus disculpas, me hacían sentir aun peor por comportarme de ese modo.
-
Soy yo la
que debo disculparme, Fran…no he sido todo lo sincera que debería contigo.
Me incorporé para dejar algo más
de espacio entre nosotros, pero él hizo lo mismo y trató de animarme a que le
mirase sujetando mi barbilla con suavidad.
- ¿Qué
ocurre, Alice?
- Es que…he intentado hacer lo posible para que esto funcione…y me encanta estar contigo, de verdad, pero…estoy enamorada de otro chico – admití sin titubeos - y aunque ya no hay nada entre él y yo soy incapaz de abrirme a otra relación ahora mismo.
-
No estoy
preparada…y no quiero aprovecharme de ti, eres demasiado bueno para que te
engañe dándote largas.
Al terminar, un incómodo silencio
se adueñó del cuarto durante unos minutos. Francessco apartó la mano de cara y
bajó la vista hacia sus los puños cerrados mientras yo esperaba inmóvil a que
dijese o hiciese algo. Y entonces habló.
-
¿Es por
ese cantante, no?
¿Cómo…?
-
Valo, se
parece mucho al tipo que aparecía en esa foto.
-
¿Qué
foto?
-
A finales
de año, cuando te ayudé a buscar información sobre esas Sombras…- trató de
hacer memoria – le llamaban “Halcón”, y
era sospechoso de aquel asesinato. Cuando le viste te quedaste muy sorprendida,
y al verle aparecer en la compañía con Violeta casi te desmayas. Es el mismo
¿verdad?
Hasta ese momento no había caído
en ello, pero era cierto que Francessco lo había visto antes.
-
N-no…
-
No me
mientas en esto también – me rogó cogiéndome del brazo - sé que sientes algo por él, tiemblas cada
vez que le ves. Y no es miedo lo que veo en tus ojos – bajó la mirada
dolido – a mí nunca me has mirado de esa
forma. Si no es él tiene que ser Janne, pero con él no tiemblas del mismo modo.
Volví a negar.
-
Está
bien, no me lo digas si no quieres – contestó algo malhumorado. - De todas formas me ha quedado claro que no
me deseas.
-
Lo
siento, Fran…yo…
-
Ya…-
suspiró. – Yo también lo siento.
Se inclinó y me dio un suave beso
en los labios.
-
Quizás me
llegue algún día el momento – dijo abriendo la puerta - Buenas noches, Alice.
-
Francessco...
Al quedarme sola, no tarde en darme cuenta de que
admitir que necesitaba a Thaerion a pesar de todo era realmente el alivio que
más falta me hacía.
Aunque lo había hecho a costa de
dañar al hombre más tierno y bueno que había conocido nunca.
***
Francessco caminaba despacio,
midiendo cada paso de camino a casa para evitar tambalearse y que supiesen que
iba borracho.
“Con la suerte que tengo me roban el reloj y
la cartera y ya tendré la noche completa”
Esos pensamientos no eran muy
alentadores, pero pensar en ella tampoco le ayudaba.
No era la primera vez que le
daban calabazas, pero si la primera que lo hacían cuando había conseguido valor
suficiente para intentarlo.
“Moriré virgen, como el primo de
mi abuelo”, claro que él murió más joven, no había cumplido ni los diecisiete, y
él se acercaba a los treinta. Giglio tenía razón.
Pero aunque su orgullo masculino
se imponía a veces, sabía que lo que más le había dolido era que ella no le
correspondiese y estuviese enamorada de otro. Se había hecho demasiadas
ilusiones esta vez, y pensaba que las cosas iban perfectamente.
Era perfecta para él, divertida,
amable, tímida y atrevida al mismo tiempo, cálida, ingeniosa…y preciosa. Como
una mezcla entre elfa qualinesti, mediana y algún personaje de Disney como
Bella.
- Estás
muy borracho…-
murmuró dándole una patada a una lata que se puso en su camino.
Habría esperado lo que hiciese
falta por ella, hasta el matrimonio si ella era de las que creían en esas cosas
como su madre, pero estaba claro que el problema era él. No le gustaba, a ella
le iban los tipos malos como ese estúpido cantante de pelo largo y cicatrices,
ese que encima estaba fichado en los archivos secretos de la policía y del que
no figuraba ni su nombre…chicos que sólo podían hacerle daño y nunca la
valorarían lo suficiente.
Vamos, la historia de siempre.
-
Nah…
- negó dando una nueva patada a la lata.
No podía ser el mismo, de miembro
de secta chunga a cantante de rock había un buen trecho, no muy grande teniendo
en cuenta lo que dicen algunos curas, pero amplio igualmente.
-
Buenas
noches.
Francessco estaba a punto de
golpear por tercera vez la lata cuando vio que alguien se había cruzado en su
camino y el de la lata.
- Lo
siento, no tengo hora –
dijo temiendo que le robasen. Pero al levantar la vista se quedó con la boca
abierta.
Frente a él había una mujer de
pelo rojo estilo bob y enormes ojos color miel, esbelta y pálida como la luna
que pendía sobre sus cabezas. Sus gruesos labios estaban curvados en una
sensual sonrisa y le miraba fijamente.
Era muy guapa, demasiado para querer algo de un tipo
como él (gratis al menos), y desprendía un aura misteriosa que hacía que se le
erizase el vello de la nuca.
Pero había algo en ella aparte de
su evidente atractivo físico que le atraía como la miel a las abejas.
-
Bu-buenas…noches
– consiguió decir.
Antes de atragantarse cuando, sin pudor alguno, ella se
acercó para besarle.
-
Tranquilo…no
dejaré que pases la noche sólo – susurró acariciando sus labios
seductoramente.
“Bueno…quizás,
después de todo….no tuviese tan mala suerte como creía”
nooo... como lo dejas asi? ji ji ji que metida me he quedado :)
ResponderEliminar¡Espero poder actualizar de nuevo para dejarte con más intriga! jijiji ;)
EliminarDe verdad, pobre Fran xD En serio, que me da cosica ya jajaja.
ResponderEliminar¡¡Que no le pase nah, ¿eh?!! ¡Cuídamelo! xD
Baal.
Ya veremos ya...jajaja
EliminarPobre Fran, es verdad, ¡si es que soy mala!
¡Besotes Baal!
!queremos rollo con el cantante!! Si es que está para comérselo, con la caja, con la coleta, sin la caja sin la coleta...
ResponderEliminarEso si, pobre Fran, que no le pase nada que no es muy lúcido en relaciones!!
Muy bueno neni** como siempre, ya se echaba de menos^^!
Jajaja me alegra que te guste tanto el cantante Sharabel, ¡a ver si pronto puedo volver a juntarlos!
EliminarFran el pobre ha terminado sufriendo como creo que todos esperábamos, pero ya veremos qué sale de esto...
¡Gracias guapa! A ver si vuelvo a actualizar pronto, hoy mismo voy a seguir sacando imágenes ^^
Muy bueno nena! Pero no mates al pobre Fran!
ResponderEliminar¡Gracias Manarose! Y no te preocupes, que yo no mato a nadie, soy muy buena...^^
EliminarComo siempre, me has sorprendido. La elección de la canción ha sido brutal (va para mi lista), la serie de tópicos de películas románticas (el pulsar el botón del ascensor a la vez, la cercanía al atravesar la puerta del ascensor...) que has introducido han sido conducidos expertamente por tu buen gusto y sensibilidad. Cada vez me gusta más el lavado de imagen que le distes al os personajes con las nuevas texturas.
ResponderEliminarEstoy deseando que llegue el siguiente, espero que consigas tener el tiempo libre suficiente para traernos otro episodio nuevo calentito a la mesa pronto. (con calentito me refiero a recién horneado... ¿O no?).
No tan pronto como me gustaría, pero espero poder actualizar en breve. Muchas gracias por tus palabras, y por estar ahí animándome a seguir con la historia ;)
Eliminar¡Un besazo!
Espero que no le pase nada a Fran, con lo bueno que es... No me gustaría un final así para él, sin contar con que Alidaen no se lo perdonaría nunca, y yo tampoco te lo perdonaría a ti :P
ResponderEliminarThaerion y Ali no sé cómo pueden aguantar tan cerca y controlarse, los vas a matar y a nosotros, los lectores, de paso, ya que estamos locos por ver y sentir casi en primera persona su reencuentro. Por otro lado, me ha extrañado que Ali tenga la señal del vampiro en la cara y Thaerion no se haya dado ni cuenta, y más siendo una herida, ya sabes... Sangre y esas cosas.
Estaba deseando leerte, de hecho lo he hecho en dos veces, pero no por falta de ganas, todo lo contrario, sino porque estoy más liada que un "trompo". Gracias por tu historia, de veras, ambientas mis ratitos libres nocturnos.
¡Un besazo!
Pasarle pasarle...algo pasará, pero ya veremos qué jijiji me temo que os dejaré con la intriga un tiempecito con este tema...
EliminarLo de Thae y Ali...creo que ella lo lleva algo mejor con eso de no querer comérselo de forma tan literal como él, pero me parece que ambos lo sufren a su manera, y yo también lo sufro, porque estoy deseando volver a juntarles de una vez >.<
Y bueno, lo de la herida lo ha notado, en el siguiente capítulo es algo que comenta. Aunque no sabe lo del vampiro, ya que fue cosa de las uñas de la bruja de Salma. Al final a Dale le costó pero la dejó intacta.
Y no te preocupes guapa, yo también ando demasiado liada, a la vista está lo que he tardado en contestar comentarios, ¡que mal! Pero bueno, me alegra muchísimo saber que sigues por aquí cuando tienes un huequito. ¡Un besazo preciosa!
Espero que Franccesco no muera, o mucho peor...se convierta en vampiro (por favor noooooo), es tan dulce y tierno que se merece algo bueno al final. Sobre Alidaen...pues creo que con media botella de vino dentro del cuerpo y Thaerion a solo unos tabiques de pladur....tendrá que pasar algo ¿no?, :)
ResponderEliminarTranquila guapa, ¡que soy malvada pero no tanto! Le tengo demasiado cariño al bueno de Fran como para matarlo sin más, y lo de vampiro...ya veremos muahaha :3 ¡Besotes koredanu! (y perdona por tardar tantísimo en contestar)
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